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 Una boda imprevista

Una boda imprevista

img Romance
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Acerca de

Aria Manrique ha vivido siempre en la sombra, despreciada por su padre y abusada por su gemela Eira. Todo cambia cuando Aria decide tomar el lugar de su hermana en un matrimonio arreglado con Joshua Bolomir, el amor de la vida de Eira. Con esta audaz jugada, Aria ve la oportunidad de escapar de su opresiva familia, vengarse de su hermana y conquistar al hombre que Eira tanto desea. En un juego de identidades y deseos, Aria lucha por su libertad y la vida que le fue arrebatada, enfrentándose a los peligros y placeres de su nueva vida.

Capítulo 1 Error

Respiro con dificultad. Mis ojos están vendados y sé que no estoy en mi habitación; el aroma es diferente. La habitación se siente fresca y el repiqueteo en la ventana me indica que está lloviendo, lo cual me entristece. Odio la lluvia porque me recuerda los momentos más duros de mi vida. Tengo sed, pero mi boca está sellada con un paño y mis manos y pies están atados, lo cual me parece una estupidez total. Quien me haya secuestrado debe ser un idiota o un loco.

¿Quién se atrevería a raptar a la hija menor de una de las familias más importantes del país, y además, la hija de un senador muy querido?

Me burlo de mí misma, porque sé que no es por eso, que pienso que es un idiota; lo pienso porque a mi familia le da igual lo que me pase. Toda esa gran farsa de una familia feliz es solo para comerciales de carrera política; mi padre solo reconoce a una hija, la otra no existe, es alguien defectuoso. Aunque él me hizo de esta manera, no le importa. Cualquiera supondría que debe sentir culpa por lo que sucedió, pero la única culpa que siente es no haber logrado su objetivo aquel día en que mi vida se hizo añicos. Mi madre me detesta y mi querida hermana solo me usa y hace que sus amigos me odien.

Al punto de que logró que mi prometido me humillara frente a toda la universidad, diciendo que jamás se casaría con alguien como yo. A veces me pregunto por qué no morí ese día. Hubiese sido mejor para todos, pero no. ¿Por qué voy a dejar que ganen? Yo sé lo que valgo y nada ni nadie va a detenerme. Bueno... ahora mismo lo hace el estúpido que quiere lograr algo conmigo. ¡Ash! ¿Por qué no esperó unos días más? Se hubiese llevado a mi hermana. Aunque... un momento... ahora que lo analizo, el único que me pudo haber drogado para hacerme dormir en aquel cuarto es el desgraciado de mi padre. ¿Será que este es su plan para finalmente deshacerse de mí? Pero si yo iba a irme, me lo debió haber dejado hacer por mí misma. No pensaba volver jamás. A no ser que desee conseguir algo con esto... las tierras, claro, son mi única garantía de vida y algo hará para quitármelas; de esa forma, no existiré más.

En eso, escucho ruidos de pasos, lo cual me hace tensar. Agudizo el oído y, a una cierta distancia, las voces comienzan a aclararse. Distingo que son unos cuantos hombres los que se acercan por la cantidad de zapatos que percibo. Este es el momento; al fin sabré qué quieren de mí. La puerta se abre y se enciende una luz que, gracias al paño, no quema mis ojos. Me quedo quieta; no quiero ser golpeada. Tengo bastante con los golpes de mi padre.

-Al fin te tenemos, Eira, la famosa hija de Manrique, la que tanto protege.

Sí, como no. Se equivocó de gemela, mi señor, pero no gasto mi tiempo en aclararlo. Hacerlo puede costarme la vida, de seguro.

-Sí, la tomamos de su cuarto y la trajimos, como ordenó, señor Bolomir. El guardia que compramos nos facilitó mucho las cosas; él mismo nos llevó hasta ella.

¡Qué idiotas! ¿La seguridad de un senador va a ser tan fácil de corromper? Y para terminar, se van a llevar a la hija en sus propias narices. Es claro que mi padre sabía de las intenciones de este hombre.

-Bien, ahora solo hay que hacer que firme ese papel de matrimonio. Se lo pedí por las buenas y no funcionó, pues bueno, lo hacemos de otra manera. Al final, el querido senador me la debe por meterse con algunos de mis negocios.

¡Ups! Ok, espera un momento. ¿Matrimonio? ¿Bolomir? Esto se está poniendo interesante. Quizás esta sea mi salida. En cuanto mi esposo me conozca, pedirá el divorcio. ¿Así que dónde firmo? Bajo mi cabeza para esconder mi sonrisa. Esto se llama matar dos pájaros de un tiro; me libraré de mis padres y ya no tendré que pedir un préstamo al banco para iniciar mi nuevo negocio. No, ¿para qué endeudarme cuando mi esposo es heredero de una gran riqueza?

Mi padre, con su obsesión por Eira, ha perdido un magnífico partido y ella su gran posibilidad, que yo, en cambio, aprovecharé hasta el final. De seguro, ella no está al corriente sobre este trato o lo hubiese aceptado con los ojos cerrados. Bueno, yo sé bien por qué no lo sabe. Gracias a mi condición, he aprendido a ser una perra, como dirían vulgarmente; no soy mansa, aunque lo parezca. Evito los problemas, pero si vienes a por mí, encontrarás un pitbull sin duda alguna. O al menos eso quisiera. La verdad es que ya no soy como antes; ya no aguanto burlas y maltratos de otros. Bueno, eso es real hasta un cierto por ciento. Mi hermana y mi padre aún ejercen poder sobre mí, pero pronto escaparé de su reino de terror. La voz de mi futuro suegro y los demás me sacan de mis pensamientos.

-¿Quién de sus hijos será el elegido?

-Si está en la habitación de Joshua, por supuesto que es él. Es el heredero y, por tanto, debe ser el primero en darme nietos.

¡Oh! Siento pena por el señor; al final me ha hecho un favor, pero no verá pronto a sus nietos si depende de este matrimonio. Joshua Bolomir es un mujeriego, según las revistas de chismes, e incluso se dice que es bisexual. Lo conocí una vez cuando tenía dieciséis años; fue en una de las actividades que celebran las grandes familias de esta ciudad. De hecho, fue a la única que me permitieron asistir. Y me pareció alguien frío, orgulloso y difícil de tratar. Aun así, las mujeres caen rendidas a sus pies, y es cierto que es hermoso, pero con ese carácter de porquería, ¿quién podría quererlo? ¿Quién sabe? Quizás tiene algún amor de cuando era niño o adolescente; me da igual. No pretendo quedarme mucho tiempo a su lado.

-¿Esta es la mujer con la que pretendes casarme, padre?

Joshua... Su voz no es ronca, aun así, tampoco fina, y me parece haberla escuchado antes, mucho antes que en esa fiesta. Siento que me hablan y dicen: «volveremos a vernos, te buscaré». Y en eso, una luz fuerte me ciega; entonces un dolor de cabeza repentino provoca que me queje. Llevo mis manos a mi rostro para apoyarme en ellas y dejar que pase el dolor.

-Sí, ella es Eira Manrique. Pero por Dios, han amarrado a la chica de una forma horrible. Desátenla inmediatamente.

Los pasos vienen hacia mí y varias manos comienzan a retirar todo, lo cual agradezco. No es necesario, ya que iba a firmar sin problemas. Aunque luego de oír cómo me ha llamado, creo que la situación acaba de cambiar. Cuando retiran todo, me acaricio las muñecas. Estoy sentada sobre una cama, de modo que al menos estoy cómoda. Muevo la boca para quitar la sensación que dejó en esta el dichoso paño; la siento dormida. Y poco a poco, comienzo a abrir los ojos hasta que la luz deja de ser un martirio para ellos. Recorro el cuarto con la mirada; es un lugar decorado de una forma bastante moderna, pero claramente es la habitación de un hombre. Los colores que resaltan son negro, blanco y gris, haciendo resaltar la fuerza de su personalidad. Pero, aun así, también puedo notar el toque femenino en ese jarrón que combina lleno de flores o ese adorno amarillo que es evidente que un hombre no escogería. Su madre aún tiene algo de control al ser su casa, y eso me da cierta gracia. Pero alejó ese descubrimiento para volver a la realidad.

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