Mi matrimonio con Máximo Castillo era un cuento de hadas... en mi imaginación.
Siempre lo amé, desde niña, pero él solo me veía como una molestia.
Incluso en nuestro primer año de casados, la noche después de la Feria de Abril, me usó y se vistió a toda prisa para irse con mi hermanastra, Scarlett.
Luego, al intentar proteger la memoria de su abuelo, fui flagelada públicamente con un látigo por Máximo, bajo la mentira de Scarlett, sin que él siquiera preguntara mi versión.