Una mañana agradable, en una hermosa villa en la ciudad esmeralda Seattle E.U, una familia de tres desayunaba alegremente, mientras charlaban y reían.
El hombre era de piel blanca, alto, con el pelo negro como la noche, un rostro apuesto, una sonrisa encantadora, un carácter muy bueno, amable, humilde y amoroso con su familia, poseedor de unos ojo peculiares, tan bellos que podrían ipnotizar a cualquiera, aunado a que este par de ojos traía consigo un defecto heredado de nacimiento que lo hacía aún más misterioso y encantador.
La mujer, no solo era un encanto, era muy hermosa, tanto que despertaba la envidia en muchos corazones, tez blanca, una sonrisa cálida, alta, con un cuerpo perfecto, el pelo largo y ondulado, tan oscuro como la noche misma, sus ojos eran azul agua marina, muchos decían que podrías perderte en ellos, eran la pareja perfecta.
Y la pequeña, no era menos, heredó los genes de sus padre y sus rasgos únicos, belleza, encanto, carácter, modales, y aquellos misteriosos ojos, que su padre le heredó, aunado a una inteligencia sin presidentes. Nació como una niña genio pero lo ocultaba bien, para no ser vista como una rareza y solo como cualquier otro niño disfrutando de una infancia ingenua.
Mientras charlaban la pequeña de la familia pregunta; "¿Papá, podemos ir a pasear al lago de la ciudad?, vamos a pescar, y mamá puede cocinar, podemos...? Por favor".
A lo que el padre de la niña respondió: "Hey! Mi pequeña, por supuesto, eso si mami está de acuerdo".
La pequeña, al escuchar a su padre, se apresuro a preguntarle a su madre y dijo; "mami que dices, verdad que podemos...?" la pequeña suplicaba con una sonrisa en su rostro.
A lo que la madre responde; " Solo si has hecho tus deberes, no veo ningún problema".
La pequeña de apresuro a responder; "ya está hecho, los termine ayer, ¿Acaso olvidas que
soy muy inteligente?, Jajajajajajaja después de todo soy tu hija".
La madre al ver a su hija se enternecio, miro a su esposo y ambos sabían que no podía negarle nada a su preciosa hija, ambos padres la amaban con todo su corazón y lo único que deseaban era que su hija pudiera crecer feliz y tener una vida sin ningún daño y una infancia como cualquier niño.
Pero sabían muy bien que eso no podría ser, por ello querían darle a su amada hija lo mejor que podían en el poco tiempo que tenían juntos, sin saber que ese día sería el último como familia.
Lo que más les dolía y lamentaban era el hecho de no ver crecer a su preciosa hija y a su bebé no nacido quién no vería la luz nunca ni disfrutaría de las cosas buenas de la vida, pero tendría que conocer la maldad sin haber vivido...
Mientras viajaban al lago de la ciudad, la mujer cuyo nombre era Aitana Ángeles Clark dibujaba algunos bocetos de sus nuevos diseños de ropa para la temporada de invierno, pronto lanzaría su nueva colección en la semana de la moda en Milán y quería dejar todo listo antes de partir., ella era diseñadora de moda, conocida como la Reyna de la moda, sus diseños eran exquisitos, tenían tanta demanda que se agotaban tan rápido como eran lanzados a la venta, con una fama y fortuna que pocos tendrían siendo tan jóvenes, cuando tenía 15 años se interno en el mundo de la moda y desde entonces hasta la actualidad su fama solo siguió en aumento.
El hombre que conducía era el esposo de aitana llamado Edward Scarlet Prince, un hombre muy inteligente, llevo al Golden Group a nuevas altura desde que se hizo cargo de la empresa.
La pequeña Alissa no quería molestar a su madre, y mucho menos a su padre, quien conducía, así que optó por hablar con el copiloto.
"Hermano Gus, papá dijo que sabés pescar, enséñame, aprendo rápido"
Gus le dijo; "dudo mucho que así sea, además las niñas bonitas deben ser elegantes en cualquier lugar, eso de andar pescando déjaselo a los hombres".
Al escuchar esto, la pequeña Alissa se enfado y respondió con desdén: "ugh, ustedes los hombres siempre dicen eso, nunca escuché que las mujeres no podíamos pescar...., Sabes nosotras también tenemos habilidades, hump. Ya no quiero hablar contigo".
"Papi, tu me enseñas?".
El hombre al escuchar esto solo sonrió, y dijo; "si mi princesa lo desea, entonces no veo porque no".
Gus moviendo la cabeza solo dijo; "a fin de cuentas sigues siendo una niña".
Alissa solo pudo confirmar ese hecho, ya que era verdad; "porsupuesto que soy una niña, por eso me debo comportar como una, acaso no sabes que así actuamos los niños?".
Gus estallo en carcajadas ante sus comentarios y le dijo; "exactamente, tú lo has dicho, así actúan los niños en general, pero es más para los niños normales, tu eres una viejita en el cuerpo de una niña jajajaja".
Alissa no soportaba que se burlaran de ella por su extrema inteligencia, así que refutó a cómo pudo, afin de cuántas sus conocimientos eran limitados; "no soy una viejita, yo no tengo la culpa de ser más inteligente que los demás...." Dijo ya casi gritando.
Al ver que no podía salir de eso pidió ayuda a sus padre; "papá, ese muchacho me está molestando.."
El hombre solo sonrió impotente, aunque en sus ojos había un toque de melancolía, sabiendo que pronto, ya no podría disfrutar de estos bellos momentos en familia.
Alissa al ver que su padre no respondía se volvió hacia su madre
"Mamá, ese muchacho me está molestando, castigalo, papi no quiere hacerlo". Está haciendo berrinches, como pocas veces ocurría, esto solo pasaba cuando se peleaba con Gus, y cuando eso pasaba, ya no le decía hermano Gus, optaba por muchacho, para no decir su nombre
Aitana sonreía, y solo dijo "Sr. Thomas, haga una concesión por mi bien".
A esto Gus sonrió y asintió, dando por terminada la discusión.
Solo así ambos, hicieron tregua y guardaron silencio, durante el trayecto al lago.
Pasaron toda la mañana en el lago, platicando, jugando, pescando y comiendo, tomando fotos y cantando, solo disfrutando el momento. Que bonita escena para plasmar en un hermoso cuadro, todo era perfecto hasta que el timbre del teléfono celular dió por terminado el momento.
"Hola, que pasa....?". Respondió Edward, al otro lado de la llamada, solo respondió, "señor, se están moviendo.... Tome a su familia y corra tan lejos como pueda...?, El hombre al otro lado de la llamada sonaba ansioso y preocupado, era el buen amigo, mayordomo e informante de Edward, leal a esta familia, y no quería que nada le pasará a su amo.
Edward solo respondió con melancolía y pesadez, "hay cosas que no podemos evitar, así como batallas que no podemos ganar, hoy caeré, pero te aseguro, que en el futuro, ellos pagaran el precio, por su traición y codicia....., amigo mío, espero verte algún día, y deseo que en mi próxima vida nos volvamos a encontrar....., Adiós mi buen amigo y cuídate!!". El hombre al otro lado de la línea solo pudo suspirar y orar por la familia de su buen amigo mientras la lágrimas corrían por sus mejillas.
La tristeza se podía ver en su rostro y en sus ojos llorosos.
Había llegado el momento, y ya no podía dar marcha atrás, termino la llamada y miro a su esposa, camino a si lado, la abrazo y la tomo de las manos mientras decía, "Es hora, se están moviendo, sabes lo que tienes que hace". Aitana asíntio y toda la familia y el joven Gus subieron al auto y volvieron a casa.
Al ver sus expresiones Gus dedujo lo que se avecinaba y solo pudo llorar en su corazón mientras su mirada se posaba en la pequeña Alissa quien dormía, sin saber que nada de leo que pasaba a su alrededor.