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Orgasmos con el Jefe

Orgasmos con el Jefe

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Acerca de

Natalie despertó en una habitación desconocida, pero eso no fue lo que asalto sus nervios, si no enterarse en el lugar en el que se encontraba. La famosa casa del placer, un club nocturno lleno de prostitutas dispuestas a ofrecer sus cuerpos al mejor postor. Todas le rendirán cuentas a una sola persona a Sonny Martonne, un CEO italiano dueño de aquel club. Era un mafioso al que muchos le tenían miedo debido a su sangre fría para los negocios y el placer. Hasta que llega a su club Natalie, sus recolectores por equivocación la llevaron y la joven termino en total esclavitud bajo las órdenes del mismo Sonny. Lo que este CEO desconocía de su nueva empleada era que Natalie era virgen y aquella información lo convirtió en un jefe posesivo y celoso al punto de no permitir que nadie la tocase más que él.

Capítulo 1 Atrapada en la casa del placer

El fuerte sonido de un golpeteo despertó a Natalie de su letargo sueño, la joven castaña empieza a abrir sus ojos lentamente y es cuando sus sentidos despiertan también, en ese instante comienza a escuchar como una especie de gritos que la obligan a abrir sus ojos.

Se incorpora rápido y mira hacia todos lados mostrándose confundida y asustada, sus ojos empiezan a nublarse y sus labios a temblar.

-¿Dónde estoy?

Termina por sentarse en aquella cama que mira con asco, luego escucha nuevamente ese golpeteo en la pared que la lleva a ponerse en pie y caminar hasta donde provenía el ruido, al acercarse a la pared coloca su oreja con cuidado y escucha gritos del otro lado.

Pero aquellos no eran gritos de desespero, más bien eran chillidos como de placer. Natalie se aleja un poco de la pared y se le queda mirando a la misma como si pudiera ver lo que pasaba del otro lado.

Parpadea varias veces al mismo tiempo que derrama algunas lágrimas, luego mira hacia la única puerta que existía y corre a ella para abrirla, pero esta estaba cerrada.

El sonido del otro lado de la habitación se volvía cada vez más intenso que la llevo a arrinconarse en la esquina del cuartucho donde estaba. no se quería ni imaginar donde diablos estaba metida, pero a juzgar por la forma en la que la agredieron aquella noche ya se lo imaginaba.

Entre tanto, del otro lado del cuarto de Natalie, una pelinegra se encontraba completamente desnuda sobre la cama, boca abajo y con el culo elevado y sus muslos abiertos debido al grosor del cuerpo del sujeto que se la estaba follando.

Un sujeto seboso con exceso de grasa abdominal se encontraba detrás de ella penetrando su culo una y otra vez mientras que manantiales de gotas de su sudor se deslizaban por su voluptuoso cuerpo hasta llegar al cuerpo de Ross.

La pelinegra se aferra a la almohada mientras que siente como el pene de aquel sujeto penetra su culo sin parar, era un maldito pensó la joven, odiaba cuando ese gordo la contrataba para coger, pero era su trabajo.

Hunde la cara en la almohada cuando él vuelve a empujar su cuerpo hacia delante de manera violenta provocándole dolor en ano.

-¡Ahhhh! Si, si, si, así mi amor, más fuerte -gime aquellas palabras, sabiendo que debía mentir lo mejor que podía, ya que ese sujeto era un bruto para coger y encima de eso era el peor en el sexo.

-¿te gusta, preciosa? -el gordo sujeto a Ross por el cabello y jala hacia atrás de forma ruda provocando que ella frunza el ceño -. Se que te encanta cuando meto mi pene en tu culo, eres una chica mala. Por eso siempre contrato tus servicios.

-Si, me gusta mucho, quiero que me penetres más.

El cliente continúa metiendo y sacando su verga dentro del culo de aquella mujer, baja la mirada y ve como su pene envuelto en un condón entra y poco a poco lo saca, observando como aquel pequeño agujero oscuro se tensa.

Se inclina un poco hacia Ross y empieza a penetrarla más rápido hasta que aquella sensación de placer lo invade.

-¡Ohh! Si, bebé, ya estoy por eyacular dentro de ti.

-¡Aaahhh! Si, por favor quiero sentirte.

Jadea cada vez más fuerte mientras que jala con un poco más de rudeza el cabello de ella, inclina la cabeza hacia atrás y cierra los ojos y frunce el ceño cuando siente que ya estaba por llegar. Aprieta un poco la cadera de ella y es allí cuando se libera y eyacula en seguida.

-Mierda Siiii -gime al mismo tiempo que su cuerpo seboso se estremece al terminar -. Que rico es cogerte, Ross -vuelve a jadear para inclinar la cabeza hacia abajo y deslizar su mano por la espalda sudorosa de ella-. ¿te ha gustado, nena?

- Por supuesto que sí, cariño.

El cliente extrae su verga del culo de ella, le saca el condón lleno de su semen y lo lanza a un lado, luego hace girar el cuerpo de ella y abre sus muslos a la fuerza.

Ross observa al gordo sudoroso y velludo ante ella y medio sonríe a la fuerza mientras ve como él se inclina hacia ella.

-Nunca me canso de ti, pequeña puta traviesa.

-Qué bueno cariño -hace amago de recibirlo y es cuando él se inclina hacia ella para besar su boca.

El gordo toma su pene aun despierto por la base y lo conduce hacia la vagina de ella, tantea con sus dedos buscando la abertura hasta que la encuentra, la punta de la cabeza de la verga de él roza con la vagina de Ross y de una se lo mete de forma grosera.

-¡Ahhhh! -Ross gime mientras clava sus uñas en la espalda de su cliente, su peso la estaba asfixiando.

-Eso nena, que rico te mueves, vamos, mueve ese coño para mí como siempre lo haces -jadea con voz ronca y pastosa.

Ross cierra los ojos mientras que su cliente se la folla con violencia.

-¡Ahhh! ¡Ahhhh!

Mientras que la pelinegra grita para darle placer a su cliente, Natalie se encontraba del otro lado de la habitación escuchando todo aquello. Sus ojos se abrían cada vez más al pensar que si ella estaba en ese lugar era porque iba a pasar por eso también.

Su corazón se acelera y vuelve a correr hacia la puerta para intentar abrirla, empuja y utiliza toda su fuerza para que cediera, pero no lo conseguía. El desespero se estaba apoderando de ella ya que no deseaba terminar como la mujer que se encontraba del otro lado del cuarto.

Entre tanto el cliente de Ross volvió a eyacular, al sentir la sensación de llegar extrae su pene de la vagina de ella y vierte el semen sobre el vientre de ella desperdigándolo por la piel sudorosa de su cuerpo.

-Que deliciosa te vez con mi semen en tu cuerpo -Ross sonríe a su cliente.

Luego lo ve ponerse en pie para luego tomar sus pantalones y sacar una cajetilla de cigarros enciende uno y expulsa el humo, la joven se inclina y también toma uno de su mesa y empieza a fumarlo mientras que observa el techo de su habitación.

-Esto es para ti -Ross observa un billete de baja denominación sobre la cama y aquello la hace fruncir el ceño.

-Eso ha sido muy poco.

-No te daré más maldita puta codiciosa. Pague una fortuna por ti a tu jefe.

Ella se sienta en la cama y piensa que después de darle el culo a ese maldito le da esa propina de mierda.

-Te follaste mi culo, ¿Cómo me das esta mierda de propina?

-No te mereces más, además eres una mal mentirosa cuando te estoy cogiendo. No te hagas la víctima.

Observa como el gordo empieza a vestirse mientras que ella debe conformarse con esa miseria, ese maldito gordo era un tramposo, siempre hacia lo mismo.

-No puedes ambicionar follarte mi culo cuando pretendes darme esta mierda de propina.

-Deja de quejarte, solo eres una puta más del montón. No aspires mucho -ella lanza el cigarro y se pone en pie para enfrentar a ese seboso de mierda.

-No volver a dejar que me folles por el culo si piensas pagarme esta mierda-le muestra el billete de mala gana.

En ese instante el gordo levanta la mano y golpea la mejilla de Ross, la joven cae el suelo al mismo tiempo que coloca la mano en su mejilla y ve como su mano se encuentra manchada con sangre.

-Confórmate con eso, eres una puta y debes hacer lo que tu cliente te ordene. Prostituta barata.

Ross ve al gordo abandonar su habitación llevándola a arrugar el dinero que le dejo ese miserable, se pone en pie y camina hasta la puerta mientras lo ve alejarse por aquel alargado corredor.

-Maldito gordo seboso asqueroso -musita.

Era su cliente no podía hacer otra cosa, agredirlo estaba en contra de las reglas, eran los clientes de su jefe. Si le causaba algún daño ella podría pagar las consecuencias y lo que menos deseaba era ser castigada por su jefe.

De pronto escucha un ruido en la otra puerta, ve que alguien intenta abrir la puerta, pero por dentro, pensó que alguna de las chicas estaba encerrada y eso la llevo a acercarse a la misma ya abrir.

Cuando lo hace ve a una joven castaña con expresión asustadiza, Ross frunce el ceño y vuelve a darle una calada a su cigarro mientras que mira de abajo hacia arriba a aquella niña ante ella. Parecía ese tipo de carne fresca.

Natalie observa el cuerpo desnudo de esa morena y se impacta al verla tan tranquila allí parada sin llevar nada de ropa.

-¿Quién eres tú? -le pregunto mientras que le daba una calada a su cigarro -. No te había visto antes, ¿eres nueva?

-¿Dónde estoy? -Ross frunce el ceño mientras que sostiene su cigarro de medio lado, inclina la cabeza y se da cuenta que esa chica era nueva.

-¿Estás aquí por voluntad propia? -la joven niega y es cuando Ross sonríe con malicia -. Te han traído a la fuerza, que pena, pero no te preocupes, ya te acostumbraras a tener vergas metidas en tu coño todos los días.

-¿Qué? ¡No! Yo no quiero que nada de eso me pase, no quiero tener sexo con nadie no soy de ese tipo de mujeres.

Ross se ríe a carcajadas para luego tirar el cigarro a medio consumir, lo piza con su tacón de brillantes y se acerca a la joven idiota que no estaba entendiendo bien las cosas.

-Niña tonta, te encuentras en la casa del placer, ¿Dónde más pensabas que estabas metida? -Natalie ensancha la mirada ya que sabe bien qué lugar era ese-. La que llega aquí no sale sin el permiso del jefe, y si estás aquí es porque sus matones te han traído para que le produzcas mucho dinero.

-Yo no quise venir aquí, nuncaaa...

-Todas dicen eso -Ross se queda bajo el marco de la puerta mientras que la ve con recelo -. Pero al final de la noche, tu coño estará están hinchado por todos pitos que te obligaran a meterte, acostúmbrate niña.

-No pienso aceptar esto, yo me voy a ir de este lugar -ella hace amago de salir del cuarto, pero Ross se lo impide colocando la mano la puerta.

-¿Y a dónde vas a ir?

Ross mira hacia abajo ya que la jovencita era bastante bajita y ella era muy alta para ella, la mira con ojos lascivos mientras que ella se muestra rebelde, pero temerosa a la vez. Ross sonríe con malicia y se inclina un poco hacia ella.

-No puedes salir de aquí, eres una estúpida, aquí te quedaras y tendrás que coger con muchos hombres a todas horas solo porque el jefe lo dice.

-¡¿El jefe?! -ensancha los ojos al mismo tiempo que su corazón se acelera.

-él no te dejara escapar -Ross susurra contra su mejilla mientras que sus ojos conectan con los ojos color miel de esa chica -. Pareces dulce e inocente, ¡no me digas que eres una virgen! -sonríe con malicia.

-Ese no es tu problema -Natalie la empuja, pero Ross no se quita y la sujeta por los hombros apretando con fuerza.

Ambas se miran con firmeza. Ross se da cuenta de que esa chica era valiosa, parecía inocente y eso le gustaba a su jefe. Sus ojos brillan con firmeza.

-Eres una mocosa, eso es todo. Ya veo porque estás aquí.

Natalie la empuja con fuerza y se escapa por el corredor sin saber hacia dónde ir, Ross la ve alejarse y se ríe a carcajadas para que esa tonta la oiga.

-No podrás salir de este lugar, este será tu nuevo hogar. Ahora eres una puta más de la casa del placer. ¡Ve acostumbrándote! -grita lo último cuando ya no logra verla-. Que idiota es esa chica, como si pudiera escaparse de este lugar sin que el jefe no lo supiera.

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