Vida solo una

¿Quién diría, que a los 41 años no se puede gozar la vida sin tener una vida amorosa?

Pues mi familia no lo cree así. No me malinterpreten, mi familia me ha amado de manera increíble pero no suelen entender por qué no quiero casarme o formar una familia.

Pues agradezco no haber sido parte de la época de los años 1950 o 1960, dónde no tener pareja o familia era más cuestionable aún.

De igual manera, en pleno siglo 21 me enfrento a esa mirada curiosa de la gente cuando por alguna razón creen que es imperdonable el que yo a esta edad este soltera.

En fin, me llamo Paulina, tengo 41 años y no, no quiero casarme. Si podrán decirme que no soy el canon de belleza clásico, de hecho soy una persona con sobrepeso y aunque trato de cuidar mi alimentación siempre he sido gordita. Y es algo con lo que estoy tranquila, no, no lo normalizo pero es algo con lo que he vivido siempre y pues, vida solo es una, quiero vivirla feliz.

He sido una hija medianamente obediente y responsable, mis señores padres quienes gozan de una salud decente a pesar de algún achaque debido a su edad, siempre han estado para mi, así que yo trato de estar para ellos, tengo 3 hermanos que han tenido toda la diversión de diez individuos cada uno. Cuando sentaron cabeza pues se casaron y cada uno se estreno en la paternidad.

De alguna manera creo que sienten que he fracasado por haberme quedado atrás, mi madre todavía sueña con que conozca al hombre de mi sueños y decida casarme al fin.

Pero yo ni creo en el hombre de mi sueños, ni creo que esto me haga falta para ser feliz.

Mi mejor amiga Carolina dice que llegado a su tiempo lo conoceré pero lo veo difícil, a la par de mi aspecto tengo dos cosas que juegan en mi contra, me visto puro niño y resulta que mi cara nunca disimula lo desagradable que encuentro a algunas personas.

Así que esta soy yo, una persona medianamente ordinaria con sueños de galaxias lejanas, con amor por las cosas sencillas de la vida, como caminar por la noche, leer un buen libro o simplemente platicar con mis mejores amigos, como dije vida ordinaria y sencilla.

Al parecer el destino no pensaba dejarme tranquila ni con mi vida sencilla, eligió un mes extraño como abril para darle vuelta a mi pacifica vida.

Viaje a trabajar una feria de pueblo como siempre hago en el mes de marzo terminando este evento se nos invitó a otra exposición para la cual no hallamos razón para negarnos y pues participamos, resulto un lugar muy bonito para descansar parecía un viaje de trabajo pero termino siendo una parada a la vida ajetreada que a veces llevamos.