Los secretos de familia se ocultan en casa
img img Los secretos de familia se ocultan en casa img Capítulo 1 CONFESIONES
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Capítulo 9 POR AMOR A MI FAMILIA img
Capítulo 10 DEL AMOR AL DOLOR img
Capítulo 11 NUEVO COMIENZO img
Capítulo 12 VERDADES RELATIVAS img
Capítulo 13 LUCHARÉ POR TI img
Capítulo 14 UN SENTIMIENTO DESCONOCIDO img
Capítulo 15 DESEO img
Capítulo 16 TUYA img
Capítulo 17 NO SE ACEPTAN DEVOLUCIONES img
Capítulo 18 SORPRESA img
Capítulo 19 TE SOÑÉ img
Capítulo 20 FAMILIA EN CRECIMIENTO img
Capítulo 21 CAMBIOS PARA MEJOR img
Capítulo 22 INFIERNO EN LA TIERRA img
Capítulo 23 VIDA EN FAMILIA img
Capítulo 24 LA NOTICIA img
Capítulo 25 EL PASADO img
Capítulo 26 JUSTICIA POÉTICA Y CRUEL VERDAD img
Capítulo 27 SACRIFICIO img
Capítulo 28 CARGA PESADA img
Capítulo 29 SIN MÁSCARAS img
Capítulo 30 EN NOMBRE DEL AMOR img
Capítulo 31 EPÍLOGO img
Capítulo 32 ¿DE QUIÉN FUE LA CULPA img
Capítulo 33 PASARELA img
Capítulo 34 SALTO DE FÉ img
Capítulo 35 MONTAÑA RUSA img
Capítulo 36 GRIETAS img
Capítulo 37 TE HARÉ PAGAR img
Capítulo 38 JUSTICIA PARA EL MAGNATE img
Capítulo 39 SECRETOS DE FAMILIA img
Capítulo 40 ¿QUÉ VAMOS A HACER img
Capítulo 41 CHICO MALO img
Capítulo 42 MI SALVADOR img
Capítulo 43 CONOCIÉNDONOS img
Capítulo 44 SE MI PRIMERO img
Capítulo 45 AHORA NOS PERTENECEMOS img
Capítulo 46 JUNTOS img
Capítulo 47 LA VOZ DE MIS PESADILLAS img
Capítulo 48 PERDIDO img
Capítulo 49 SIN SALIDA img
Capítulo 50 LA LUCHA img
Capítulo 51 DETONANTE img
Capítulo 52 CABALLO DE TROYA img
Capítulo 53 JUSTICIA PARA SERGIO img
Capítulo 54 EPÍLOGO: APRENDIENDO A VIVIR img
Capítulo 55 ANTOINE VARGAS Y LORENA IRIARTE img
Capítulo 56 REMEMBRANZA img
Capítulo 57 UN RESPIRO img
Capítulo 58 ANTE TODO EL DEBER img
Capítulo 59 DESESPERACIÓN img
Capítulo 60 DESESPERANZA img
Capítulo 61 LA SANGRE ES MÁS ESPESA QUE EL AGUA img
Capítulo 62 OTRA OPORTUNIDAD img
Capítulo 63 CIEGA img
Capítulo 64 REALIDADES img
Capítulo 65 LA BÚSQUEDA img
Capítulo 66 GRACIAS A DIOS img
Capítulo 67 DUDANDO img
Capítulo 68 LA BATALLA (I) img
Capítulo 69 LA BATALLA (II) img
Capítulo 70 REFUERZOS img
Capítulo 71 UNA VIEJA HERIDA img
Capítulo 72 BORRÓN Y CUENTA NUEVA img
Capítulo 73 LA VERDAD DESNUDA img
Capítulo 74 LA DECISIÓN MÁS DIFÍCIL img
Capítulo 75 LA DECISIÓN MÁS DIFÍCIL (II) img
Capítulo 76 ¿JUSTICIA DIVINA O TERRENAL img
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Los secretos de familia se ocultan en casa

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Capítulo 1 CONFESIONES

CONFESIONES

Helena Cabral estaba haciendo su residencia en el Hospital Clínico Leonardi, para completar sus estudios como médico residente. Al mes de su estadía abrieron un departamento de apoyo para pacientes con problemas psicológicos y los que participaran obtendrían un diplomado en Psicología.

A Helena le pareció una excelente oportunidad, se inscribió y al terminar su turno matutino, pasaba al área de consultas en el horario de una a cuatro de la tarde. Llevaba alrededor de seis meses, el diplomado duraba un año. Incluso gracias a eso, decidió hacer su especialización en Psicología en vez de Cardiología, como su madre quería.

Una mañana salió del área de emergencia y se fue a almorzar al cafetín, allí la estaba esperando su amiga inseparable y colega, Natalia.

-Disculpa la demora Nat, llegó un ingreso de emergencia. ¿Qué me pediste?

-Arroz con filete de atún, se acabó la pasta bolognesa.

-¡Demonios! Con las ganas que tenía de comerla hoy. Y cuéntame. ¿Qué harás esta noche?

-Pues me embriagaré, ¡Hoy es viernes Helenita y mi cuerpo lo sabe y lo ansía!

-Ay Nat no cambias -soltando una carcajada- no piensas en otra cosa.

-Por Dios Helena, no todo es estudiar, deberías de venir también. No sólo van chicos, te vas a embobar cuando veas las mujeres que van allí.

-Quiero enfocarme en ser un buen médico, Nat y en este momento no pienso en eso -se sonrojó- Me toca quedarme a las consultas del nuevo departamento, recuerda que me inscribí y tengo que cumplir las horas para que me den el diploma.

-Oh claro el diploma... Además, hoy viene a consulta la rubia que te idiotiza.

-Natalia -dijo Helena susurrando y sonrojándose nuevamente- baja la voz. Cualquiera que te escuche creerá que es verdad.

-¿Y no lo es? ¿No es verdad que te gusta la chiquilla? Es muy linda en verdad... Sabes que a mí no me puedes mentir, te conozco.

-Cállate Doral, deja de decir tonterías. Ella es mi paciente y yo soy su doctora. Va contra el código de ética.

-Por favor Cabral, no me vengas con esas bobadas. ¿Recuerdas a Nicolás Lazo, el de la habitación 10-A? Salí con él ayer y mañana iremos al cine.

-Pues yo pienso un poco las cosas, Natalia. Recuerda que nuestra carrera se puede ir al diablo por algo como eso. Hazme el favor y ten cuidado.

-Tranquila pelirroja aburrida, soy muy cuidadosa. Además, de la puerta para afuera somos como cualquier mortal, tenemos una vida fuera de esto. Me voy Helenita -dijo levantándose- tengo que arreglarme para esta noche.

-Sí, vete y déjame comer en paz -Natalia le sacó la lengua- Adiós Nat.

Helena terminó de almorzar y se fue al consultorio. Estaba pensando en las palabras que le dijo Natalia cuando oyó el intercomunicador.

-Doctora Cabral, la señorita Zavala se encuentra aquí.

-Ok, licenciada Cabrera. Dígale que puede pasar y no me pase llamadas.

-Buenas tardes, doctora Cabral -dijo tímidamente la chica.

-Buenas tardes Mirta. ¿Cómo te encuentras? Ya te he dicho que en nuestras consultas me puedes llamar Helena, detesto las formalidades.

-Bien... Helena. Me he sentido mejor. El tratamiento que me prescribiste me ha ayudado mucho. Las otras pastillas me aletargaban demasiado y me producían más ansiedad.

-Me alegro que estemos avanzando. ¿Cómo vas con los ataques de ansiedad?

-Son menos frecuentes y la música que me recomendaste me ha ayudado bastante con eso. Por primera vez en mucho tiempo siento que tengo el control de mi vida. Todo ha mejorado gracias a ti.

La chica levantó la vista y como Helena la estaba mirando, sus miradas se cruzaron. Sin duda Mirta tenía unos ojos azul cielo hermosos, lo cual derretía a la pelirroja. Mirta se sentía exactamente igual con los ojos verdes grises de Helena. Al percatarse de lo que estaba ocurriendo, Helena rompió el contacto y bajó a su libreta de anotaciones, simulando escribir algo y volvió a hablar.

-¿Te has vuelto a lastimar desde que comenzamos las consultas?

-No. La verdad mis ganas de hacerme daño han desaparecido. Poco a poco las memorias erróneas las he ido sacando de mi psique.

Helena comenzó a escribir en su libreta en silencio. Las sesiones duraban de veinte minutos a media hora como máximo, ya que era un proyecto gratuito y se buscaba ayudar a la mayor población de bajos recursos posible.

-Bueno Mirta, nuestro tiempo terminó. Te veo el viernes, qué estés bien.

-Helena am... me preguntaba si... si tú... aceptarías tomar un café conmigo hoy.

Helena no esperaba esa propuesta, por lo cual no tenía una respuesta preparada. Generalmente se le hacía fácil rechazar a sus compañeros, pero cómo se trataba de una chica, esto era algo nuevo para ella y no sabía cómo reaccionar. Su corazón latía como burro sin mecate.

-Escucha Mirta es muy amable de tu parte en verdad, pero...

-Qué tonta soy -le interrumpió sonrojándose- una hermosa chica como tú jamás aceptaría salir con alguien como yo. Perdona, no te quito más tu tiempo...

Mirta se paró de la silla para huir despavoridamente, pero se detuvo ante el llamado de la doctora.

-Espera, Mirta... Lo que iba a decir es que no puedo en este momento, me desocupo como a las cuatro de la tarde... Escríbeme más tarde ¿Sí?

-De acuerdo -dijo totalmente emocionada- te veo más tarde -se despidió y salió.

Helena se quedó pensando un poco antes de recibir al siguiente paciente.

"Dios sé que esto no es correcto, pero en verdad me gusta. Ella es tan linda y tierna. Cómo es posible que su propia madre la haya destruido al punto de que se sienta indigna de cualquier gesto amable. Ella merece ser amada y cuidada como cualquiera".

Ya estaba despidiendo al último paciente de la tarde cuando su teléfono vibró.

M: "Hola ¿Interrumpo? Quería saber si seguía en pie lo del café hoy..."

H: "No, justamente estoy por salir. ¿Dónde nos vemos?"

M: ¿Sabes dónde queda el Scrambler Café?"

H: "Sí sé. Ve apartando la mesa, voy para allá."

M: "De acuerdo, te espero entonces."

Helena llegó al café, pidieron dos mokaccinos y dos brownies. Pasaron la tarde de lo más agradable conversando que se les escapó el tiempo.

-Gracias por el café en verdad Mirta, la pasé muy bien contigo.

-Me alegra oír eso Helena. Gracias por aceptar mi invitación.

-Escucha, no debes comentar esto porque ya sabes... recuerda que soy tu doctora y...

-Si tú no dices nada, yo tampoco -sonriendo- No te preocupes por eso.

Helena quedó embobada con su sonrisa, tenía unos dientes perfectos.

-Escucha Helena am... me gustas mucho, eres muy agradable.

La pelirroja no dijo nada, en respuesta sólo se sonrojó. Nunca se imaginó que la atracción fuera mutua. Mirta aprovechó la pasividad de la pelirroja, se acercó lentamente y rozó sus labios. Fue un beso lento y Helena no pudo evitar corresponderle. Luego, al caer en cuenta, se separó apenada.

-No quise ponerte incómoda -se disculpó- es que tenía que decírtelo.

-No lo has hecho, no te preocupes -miró su reloj nerviosa- deberíamos irnos.

Vacilaron un poco y se levantaron para salir del café.

-Que tengas buenas noches hermosa -le dijo Mirta dándole un beso cerca de la comisura de los labios.

Se despidieron en la entrada del café y cada quién tomó su rumbo. Helena se fue a su apartamento y al llegar llamó a Natalia.

-Cuéntame cariño.

-Demonios Nat, tenías razón. Me encanta la chica. ¿Qué voy a hacer?

-Te lo dije pelirroja -soltó una risa- ahora me harás compañía en el infierno. Has pasado a mi lado oscuro.

-Maldición Nat, no es un juego. ¿Sabes que es lo peor? Que yo le gusto. Vengo de tomarme un café con ella y acaba de confesármelo. Me besó y le correspondí. ¿Sabes lo que eso significa? Si mi madre se entera me quitará la cabeza.

-¿Por qué tiene que enterarse? Eso es un asunto de dos. La chica sabe que no debe hablar porque te perjudicaría. Lo bueno es que mis pacientes se dan de alta y me los puedo ligar, en cambio tú con ese empeño de estar entre loquitos. Te deseo suerte amiga.

-Vete al diablo -bufó- deberías de regañarme en vez de incentivarme.

-Ay no, Helenita. Eso de la amiga aburrida y sermonera es tarea tuya. La vida se hizo para vivirla, no para triunfarla. Vive un poco nena. Te dejo, me espera una fiesta. ¿Segura que no quieres venir? Estás a tiempo.

-No Nat, ve y diviértete. Yo me quedaré a ver un maratón de Criminal Minds que van a transmitir en una hora.

-¡Looooseeeerrrr!

Helena colgó sonriendo al teléfono. Ella y Natalia tenían ese trato agridulce, pero eran las mejores amigas. Aprovechó de ir a la cocina, preparó unas palomitas y se trajo un six pack de cerveza que tenía en la nevera para estos casos. Se dio una ducha, se empijamó y se metió a la cama a ver su maratón.

            
            

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