Era marzo, y las flores del peral de la residencia de la familia Elliott estaban esparcidas por el suelo, mojadas por la lluvia.
Dentro del salón, la atmósfera era inusualmente sombría.
Ese día se llevaría a cabo el primer desayuno familiar, desde que se encontró a la verdadera hija de los señores Elliot.
Sentada en su lugar habitual, Tricia no podía evitar la sensación de que algunas personas la miraban con sorna. Irritada, pero recordando su propia identidad, lo único que pudo hacer fue apretar los dientes y soportar la situación. "Jeremy, ¿cuándo podemos desayunar?", le preguntó en voz baja a su hermano.
Cuando el chico la miró, notó en sus ojos rojos el esfuerzo que estaba haciendo por ocultar su angustia. Sintiendo compasión por ella, tomó su mano y llamó con impaciencia a una sirvienta. "Sube y verifica si ya está lista".
Jeremy aún no se había acostumbrado a referirse a Danielle Gordon, su hermana biológica, por su nombre. Al notar la expresión de inquietud en el rostro de Tricia, trató de tranquilizarla en voz baja: "No tengas miedo. Estoy de tu lado".
La chica le sonrió con agradecimiento, y sintiendo una oleada de orgullo. Aunque no fuera la hija biológica de los señores Elliot, alguien en esa familia aún la apreciaba.
Tras una breve espera, una figura apareció en la escalera...
No fue que Danielle llegara tarde intencionalmente. Lo que sucedió fue que menudo se saltaba el desayuno y no era consciente de la importancia que los Elliott le conferían a esa comida familiar. Lucía elegante y hermosa sin maquillaje, en marcado contraste con Tricia, quien se había dedicado a arreglarse, en un intento de destacar.
Aun así, Danielle la eclipsó sin esfuerzo.
Abrumada por los celos, pero manteniendo una fachada de calma, Tricia dijo: "Danielle, ya llegaste".
La aludida asintió débilmente con la cabeza mientras tomaba asiento y sin decir ni una palabra.
En ese momento, el comedor se quedó en absoluto silencio.
Debido a la falta de respuesta de la recién llegada, los ojos de Tricia se llenaron de lágrimas.
La expresión de Jeremy se volvió severa cuando le preguntó a Danielle: "¿Por qué eres tan fría con Tricia?".
"¿Tengo que responder con una reverencia o algo así?", replicó Danielle, pues podía percibir la antipatía que la otra chica sentía por ella, la cual rayaba en la hostilidad.
Jeremy se sentía muy molesto.
En un intento de aliviar la tensión, Tricia declaró: "Jeremy, estoy bien. Quizás como Danielle acaba de volver, no está familiarizada con las reglas familiares...".
Esas palabras dieron a entender que esta era una chica de campo y que carecía de modales.
La aludida permaneció en silencio; decidió no responder. Ella era nueva en la familia Elliott y, aunque no tenía miedo, prefería evitar los conflictos.
En ese momento, sus padres, Steve y Rhonda Elliott, intercambiaron algunas palabras para aliviar la tensión. Poco después, por fin comenzó el desayuno.
"Danielle, he estado muy ocupado últimamente. Puede que nos lleve algún tiempo cambiar tu apellido", comentó Steve.
La joven asintió, entendiendo que los Elliott dudaban en darle su apellido. A pesar de que ella era su hija biológica, fue a Tricia a quien criaron, por lo que necesitaban considerar sus sentimientos.
Una vez que le dieran su apellido a Danielle, Tricia se convertiría en la verdadera intrusa. A decir verdad, llevar el apellido Elliot no le interesaba a Danielle. "Entiendo".
Sintiéndose aliviado por la respuesta de la chica, Steve por fin pudo relajarse. Luego, le ofreció más comida, pues una punzada de culpa lo invadió. "Danielle, come un poco más".
"Gracias, papá". La joven le agradeció, sin embargo, evitó comer lo que le ofreció, ya que no estaba acostumbrada a tales atenciones.
Tricia no pudo soportar verlos comportarse como una familia, por lo que de repente empezó a sollozar.
Danielle supo instantáneamente que la otra chica estaba a punto de armar una escena.
Ante eso, Jeremy dejó caer sus cubiertos y la consoló: "Tricia, ¿estás bien?".
"Me siento culpable", dijo la chica, volviéndose hacia la otra con lágrimas en los ojos. "Si no hubiera sido por un error, Danielle no habría tenido que crecer en el campo. Quizás debería irme de aquí. Siento que eso sería lo correcto".
"¿Quién quiere eso?", espetó Jeremy, frunciendo el ceño, visiblemente molesto.
Mientras Tricia continuaba llorando, el joven miró a Danielle y declaró: "Sin importar lo que digan los demás, tú eres mi hermana. Tu apellido es Elliott. ¡Si alguien te pide que te vayas, yo seré el primero en oponerme!".
Danielle no pudo evitar sonreír ante la ingenuidad de su hermano.
Las expresiones de las demás personas que se encontraban en la mesa se volvieron inescrutables, y sus ojos se movían entre las dos jóvenes, mientras lentamente unían cabos.
Steve, quien al principio sintió una punzada de culpa hacia Danielle, afirmó: "Jeremy tiene razón; Tricia, siempre serás una Elliott".
Mientras Danielle observaba el drama que se desarrollaba, se sintió tan intrigada, como si estuviera viendo una obra de teatro. No podía entender por qué la habían traído de vuelta si no la recibirían con los brazos abiertos...
Y así, terminaron de desayunar en medio de un silencio tenso.
Jeremy había planeado llevar a sus hermanas a la residencia de los Harper.
Las dos familias habían hecho una alianza matrimonial, y fue Tricia quien se comprometió con Chris Harper. Ahora que la verdadera hija de los Elliott había regresado, ese compromiso no podía continuar.
Cuando Carolyn, la abuela de Chris, se enteró de la experiencia de Danielle, sintió compasión por ella y decidió intervenir.
Ese día Jeremy llevaría a la chica a conocer a los Harper.
De pie en el jardín, mientras esperaba a que su hermano llegara, Tricia se acercó a Danielle y le dijo de manera indirecta: "Si Chris muestra algún signo de hostilidad, no le hagas caso. Crecimos juntos. Ahora que tú eres su prometida, puede que le parezca extraño".
Lo que dio a entender fue que Danielle estaba entrometiéndose en su relación con Chris.
Si esta última hubiera sido menos comprensiva, tal vez se habría molestado, lo que posiblemente habría provocado una discusión. Sin embargo, era indiferente a ese compromiso. Si no fuera por la insistencia de Carolyn, no lo habría aceptado en lo absoluto.
"No importa", contestó con una sonrisa.
Ella quería evitar el conflicto, sin embargo, Tricia continuó provocándola. Así que añadió: "Nos conoceremos y ya. No tienes que preocuparte por nosotros. Al fin y al cabo, no es asunto tuyo".
Ante eso, el rostro de Tricia palideció de rabia, pues en algún momento había sido la prometida de Chris, un estatus que había despertado la envidia de mucha gente. Sin embargo, Carolyn no la favorecía, y aquellos que una vez la envidiaron seguramente se burlarían de ella.
Para su sorpresa, Danielle no resultó fácil de manipular. Tricia había planeado provocarla aún más, hasta el punto de hacer algo loco para que el resto de la familia Elliott la despreciara. Cuando eso sucediera, ella sería la única señorita Elliott.
Sin embargo, antes de que pudiera decir más, Jeremy se detuvo frente a ellas. Al percibir la tensión, bajó la ventanilla y preguntó: "¿Qué ocurre?".
Justo cuando Tricia estaba a punto de quejarse, Danielle intervino: "Nada. Solo estábamos charlando para saber más acerca de los Harper. Fue una buena conversación".
Dicho eso, se volvió hacia la otra chica y, con una sonrisa dulce le preguntó: "¿Verdad?".
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