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Algo nuevo, Algo viejo, Algo prestado y Algo violento

Algo nuevo, Algo viejo, Algo prestado y Algo violento

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Acerca de

Mike es un chico acomplejado con su apariencia, Andrés es el mejor amigo de este y Diana la chica de la que Mike está enamorado. Un favor para su amigo llevará a estos tres a un caos para nada esperado. Historia registrada con todos los derechos de autor.

Capítulo 1 ¡Soy un chico! (1)

PARTE 1 de 3 (1)

Mike Dieter era un joven adinerado de diecinueve años. Su padre era Charles Dieter, un conocido director de una acaudalada multinacional de cosméticos de belleza que prácticamente se desentendió de Mike desde que el joven tuvo uso de razón.

Sin embargo, Mike creció siendo un niño humilde y de buen corazón. De apariencia andrógina siendo de una belleza sin igual. Con una piel rosada y pálida como la nieve, de cabellos rubio platino y ojos de un azul profundo como el mar. No obstante, esos rasgos tan delicados le produjeron algún que otro quebradero de cabeza. Al verse como una mujer, Mike se sentía acomplejado y decidió dejarse el flequillo lo suficientemente largo como para le tapara la cara y que nadie le pudiera reconocer, mucho menos, la chica por la que llevaba más de cinco años enamorado.

—¡Mike! Aquí. —Avisó Andrés a su compañero mientras atravesaba el marco de la puerta de la clase con unos gestos de mano.

Andrés era el compañero de la infancia de Mike y con el tiempo se volvieron los amigos más íntimos. A diferencia de nuestro protagonista, Andrés era un chico atractivo que desprendía una masculinidad atrayente. De ojos esmeralda y cabello cobrizo, el joven era todo un portento.

—¿Otra vez con el pelo por delante? — preguntó Johnny levantándole levemente el flequillo a Mike, una vez llegó a ellos.

Johnny, al igual que Andrés era el sex-symbol del grupo de cuatro que integraba Mike. De espalda ancha y vigorosa junto con unos labios carnosos y unos ojos grises penetrantes, llevaba a las mujeres perdidas.

— Es una persona acomplejada con su rostro, aunque, siendo un hombre, también lo estaría. —Añadió Andrés con una mueca entre la burla y la exasperación.

— Que gran recibimiento. Porque sois mis amigos de la infancia o sino pensaría que me odias. —Mencionó Mike colocándose en su asiento para sacar los libros de su mochila.

— Venga, venga. Al fin y al cabo, si Mike fuera una mujer sabéis perfectamente que todos estaríamos colados por él. Y eso es una realidad que hay que admitir. —Agregó Oscar en un tono jocoso sentado sobre su asiento y obteniendo el apoyo de todos sus compañeros.

Oscar, el último integrante del grupo, era el menos conocido después de Mike. Un sabelotodo con gafas sin ningún tipo de atractivo a excepción de su cerebro. Pero la amistad que tenían todos, los unos por los otros, abarcaba años. Por ello, aunque la popularidad entre ellos era muy dispar, nunca los verías separados.

—¡Pedazo de imbéciles! —gritó un Mike avergonzado por los comentarios de sus compañeros.

— Admítelo. Practicante eres como una mujer. Cocinas, vistes genial, cuidas todos los detalles y eres bastante femenino...—prosiguió Andrés con la intención de picar a Mike.

— Sin olvidar delicado. —Prosiguió Johnny.

— Eres el hombre/mujer perfecta para ambos sexos. —Continuó Oscar encendiendo el enfado de Mike.

— Así son las cosas, mi querido/da amiga. —Consiguió desplomar el vaso de paciencia de Mike, Andrés, apoyando el brazo sobre amigo.

—¡Callaros! —les increpó Mike encolerizado.

— Venga, venga. Solo bromeábamos. —Apaciguó Andrés a su compañero con unos golpecitos en la espalda —. A todo esto, esta noche celebran el cumpleaños de Emily.

—¿Y? —levantó una ceja Mike escéptico.

— Pues que, de los cuatro, como es de entender, solo han invitado a los dos más populares. —Prosiguió Andrés señalando orgulloso a él y a Johnny.

—¿Y?

— La cuestión es que Johnny ya tiene pareja, pero yo he sido incapaz de encontrar a ninguna.

— Después de que te liaras con Emily y la plantaras por otra, ninguna chica de la universidad en su sano juicio decidiría ir contigo a esa fiesta. —Infirió Mike mirando a su amigo.

— No solo de la universidad, sino de la ciudad. —Extendió Johnny.

— Se sabe perfectamente lo rica que es su familia y lo loca que está. —Agregó Oscar girando un dedo en círculos en dirección a su cabeza al unísono de un silbido.

— Locura y dinero no es una buena combinación. —Sentenció Johnny haciendo espasmos de negación con las manos.

— Andrés...—levantó una ceja Mike—. dime que es lo que quieres.

—¿Recuerdas aquella vez en primero de secundaria cuándo la hermana de Johnny te vistió de mujer? Pues solo quería preguntarte si... ¿Serías mi pareja para la fiesta? —le preguntó suplicante juntando las palmas de las manos a Mike.

— Rotundamente, no. Me niego.

— Venga, Mike. Por favor. Por favor.

— No. No soy tu cobaya y no pienso ir a una fiesta a la que irá Diana.

— Eso es cierto. ¿Qué crees que pensará la chica que le gusta si lo ve vestido de tía? —cuestionó Oscar apoyándose sobre la mesa llevándose el puño sobre la mejilla.

—¿Qué es un hombre muy seguro al que no le molesta travestirse? —mencionó Andrés con una de sus sonrisas seductoras mirando a su compañero sin obtener respuesta —. Mike ¿verdad que somos amigos?

— Sí.

—¿Los amigos se ayudan?

— Sí...

—¿Recuerdas cuando los chicos se burlaban de ti por tu rostro y yo siempre acudía a tu rescate saliendo muy mal herido?

— Sí...

— Además, Diana jamás ha visto tu cara por lo que no será capaz de reconocerte, y lo sabes. Ahh, y, por cierto, —incluyó Andrés mientras se sacaba del bolsillo del uniforme algo—. tengo unas fotos que me ha dado una amiga suya, si me acompañas serán tuyas.

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