Brasas de un nuevo amanecer

Sophie Wilson amó a Daniel Carter durante toda su vida.

Hasta que estaba a punto de morir, él le sostuvo la mano, con las lágrimas corriendo por su rostro.

Ella pensó que sería una última confesión de amor.

Pero, en su lugar, Daniel suspiró: "Sophie, ser tu esposo en esta vida ha sido una carga. Solo quiero vivir con Lily en Pueblo Costero, como un simple pescador".

En ese momento, Sophie se quedó sin aliento.

La Lily de la que hablaba era la pescadora que lo encontró años atrás en el Pueblo Costero. Mintió, diciendo ser su esposa, y lo mantuvo oculto, viviendo como una pareja.

Cuando Sophie lo encontró, Daniel, que había vivido en la pobreza por tanto tiempo, recordó todo. No le dio ni una mirada a Lily y regresó con Sophie a la familia Carter.

Le dio una gran boda, prometiéndole estar a su lado para siempre.

Pero ahora, mientras Sophie se encontraba a punto de morir, su esposo le dijo que se lo arrepentía.

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La primera cosa que hizo después de su renacimiento fue ir al ayuntamiento.

"Hola, quisiera saber si puedo reemplazar un certificado de matrimonio perdido", dijo.

Sophie observó al empleado, tensa y esperanzada.

Cada segundo de espera se sentía como una tortura.

Las palabras de Daniel, dichas en su lecho de muerte, resonaban en sus oídos.

Desesperada, necesitaba saber si aquello era una ilusión de moribunda o la verdad.

"Lo siento, señora", el empleado levantó la mirada, cortésmente, "No hay registro de su matrimonio en el sistema. Nunca estuvo casada".

"¿No... matrimonio registrado?", Sophie repitió esas palabras suavemente, sus ojos ardiendo.

Y luego bajó la cabeza y sonrió.

Claro que sí.

La familia Carter la había engañado desde el principio.

Y le dieron un certificado de matrimonio falso, usando los recursos de ella y la familia Wilson para su propio beneficio.

En ese largo matrimonio, Daniel parecía amarla apasionadamente, pero algo siempre se sentía extraño.

Si bien ella albergaba dudas, Daniel siempre las desestimaba, diciendo que su pérdida de memoria lo había cambiado, que era normal.

Hasta que estuvo en su lecho de muerte, con tubos por todo su cuerpo y solo unas horas de vida, Daniel finalmente dijo la verdad.

"Sophie, a veces deseo no haberme dejado encontrar. Podría haber seguido siendo Danny, el pescador, feliz en el Pueblo Costero. Ser tu esposo es agotador. y ser el heredero de la familia Carter también lo es".

Se detuvo un momento, mirando por la ventana, con una expresión suave: "En la próxima vida, quiero vivir despreocupadamente con Lily en el Pueblo Costero".

Mirando atrás, Sophie lo encontraba todo ridículo.

Y aún más risible, cuando la familia Carter enfrentó su peor crisis, la familia Wilson no dudó en usar todas sus conexiones y recursos para estabilizar la posición de Daniel.

Sin embargo, menos de un año después de su muerte, Daniel, con mano de hierro, se apoderó de la empresa de los Wilson. Los ancianos que habían trabajado incansablemente por la familia Carter fueron rápidamente marginados.

El matrimonio al que Sophie dedicó toda su vida terminó por arrastrar a su familia.

"Así que... realmente era así", Sophie rió hasta que las lágrimas brotaron.

Cuando salió del ayuntamiento, la lluvia ya había cesado.

Ella se detuvo en la calle y, sin dudarlo ni un segundo, rasgó el falso certificado de matrimonio en pedazos.

El teléfono vibró en su bolsillo, con la pantalla iluminada mostrando "Academia Médica de Norvo".

Hace meses, un mentor del extranjero le había enviado una invitación para que continúe su estudio en medicina.

En su vida anterior, por Daniel, había rechazado esa oferta, guardando su bisturí para siempre en un cajón.

Y, con ello, también se había encerrado a sí misma, perdiendo su propia vida.

Sophie miró la pantalla, respiró profundamente y presionó el botón de aceptar.

"¿Sophie, de verdad no vas a reconsiderarlo?", la voz del profesor, cálida y familiar, resonó en sus oídos.

"Profesor, le prometo que me encargaré de todo, y estaré allí en un mes", contestó ella con firmeza.