Mientras esperaba el correo más importante de mi vida, mamá solo pensaba en que no había terminado toda mi comida durante la cena por lo que lleva varios minutos regalándome por correr inmediatamente a la computadora y diciendo que ya era una esclava de la tecnología. En ese momento escuché el sonido más satisfactorio de mi vida. Era el sonido de un email entrante y listo para cambiar mi futuro, estaba tan ansiosa que apenas podía ver de lo nerviosa que estaba.
Con lágrimas en los ojos leí las primeras líneas del correo que decían que había sido aceptada en la empresa más importante del país para irme una temporada a trabajar con ellos como asesora asociada.
Había empezado a invertir en valores con pequeñas inversiones en empresas en las que casi nadie ponía atención pero gracias a mi especialización había logrado hacerme de un buen nombre entre los mejores asesores financieros. Y aunque ya había logrado un capital considerable no era nada comparado con las grandes empresas.
¡Mamá! ¡Papá! Grite asustandolos, mañana mismo partiré a la ciudad para comenzar nuestro imperio dije con mucha ilusión a lo que ellos solo con risas y una fuerte confianza en que se que puedo volver cuando sea a casa me dijeron creemos en tí.
Casi no pude dormir de la emoción y al mismo tiempo del temor de perder el tren ya que mi cita de presentación era a las 10 de la mañana y debía partir del pueblo más tardar a las 6:30 am. Una llamada me despertó a eso de las 5 y me sorprendió que sería la secretaria del presidente de la compañía; me explicó que un chófer esperaría por mi en la central de trenes de la ciudad a lo que conteste que no era necesario pero su respuesta fue concreta eran órdenes del presidente.