-Es un bebé, cuando crezca no sabrá de su linaje. -Expresó con un poco de remordimiento Ethan.
-¡No! Mátalo y lanzarlo al río así el agua limpia toda la escoria Farkas. -
Ordenó Orión creyendo que era un niño recién nacido, el que llora a en brazos de su madre muerta .
Veinte años después.
Sasha era una joven criada por una anciana humana, lejos de Pennsilvania.
Ahora residentes en un pueblo de Stanford, lleva una vida como toda humano.
-Abuela, hoy es mi gran día, es mi cumpleaños, seré mayor de edad, buscaré un nuevo trabajo y ya verás que tendremos una mejor situación cuando lo consiga..
-Me hace feliz por ti mi niña, serás una grande en la vida, tus padres te iluminan desde el cielo. -respondió Adela dando un gran abrazo a Sasha.
-Lo se abuela...y tu...eres la mejor del mundo mundial.
Adela, sonrió al ver a su nieta feliz por su cumpleaños, y se lamentaba no poder hacer una fiesta para ella, y recordó a aquel hombre que siempre la visita en secreto, su corazón se estrujó y en su interior creció la duda de decirle la verdad de su origen. Sabía que en algún momento tenía que revelar esa verdad aunque con ello, tendría que perder a su nieta, pero aún así lo intentó, haciendo comentarios sobre un sueño.
-Sasha, tuve un sueño, en el que tú perteneces a una gran familia adinerada, y alguien les robó su fortuna. ¿Hija, que harías si el sueño fuera realidad.? -Adela intentó persuadir, a ver la reacción de su nieta.
-Claro que reclamaría lo que me pertenece abuela,y te daría una vida cómoda, así no pasas necesidad.
Adela vio las determinaciones en las expresiones decididas de Sasha, y vió que se acercaba el momento de revelar esa verdad.
-Bueno me voy abuela, cuídate, regreso un poco tarde, tengo horas extra.
Sasha salió de su pequeña casa, tomó el camino de tierra y se dirigió a su lugar de trabajo después de la graduación.
En el camino fue interceptada por sus compañeros de clases, estaban listos para ir de paseo por un día después de la graduación.
-Sasha, anímate, vamos a un divertido paseo a Pensilvania, está de fiesta, es el cumpleaños del heredero del gobernador del pueblo.
-No puedo, tengo que trabajar después de la graduación, necesito dinero para la universidad. -Se excusó. Pero algo en su interior, una fuerza tan grande la invitaba a ir.
-Será solo unas horas, anímate, no te puedes quedar somos un grupo. -insistió su amiga Laila.
Dudó por un momento, pero al final cedió y aceptó.
-Está bien, nunca antes llegué tarde, don Diego me disculpará si le digo que nunca antes vi el pueblo Vecino.
Subieron al coche y empezó el viaje.
-¿Que pasa Sasha? Estás distraída.
-Es una sensación extraña la que siento, es como si.... Olvídalo mejor. -dijo sintiendo una inquietud en su interior.
El recorrido fue entre risas y conversas, pero Sasha era ajena a todo aquello que hablaban. Veía cada paisaje pasar frente a ella y era como si ya lo conociera, era una sensación muy fuerte de seguir, porque entre más se adentraba en pensilvania más conocido era.
¿Pero jamás antes yo estuve aquí? -Pensaba algo intrigada.
Llegaron y recorrieron las calles, Sasha sin darse cuenta caminó por largo rato y se vio parada frente a los portones del palacio del Alfa Orión Romeo de Sibelius, su corazón agitado retumbaba en sus oídos, los portones fueron abiertos y ahí estaba frente a ella, un hombre muy atlético, que sus ojos destellante en fuego puro eran al verla, Arion la vio y supo que era ella, su lobo se inquietó al percibir su aroma embriagador, sus miradas se encontraron, Sasha parpadeó sintiendo una revolución en su estómago.
-Que olor tan fuerte tiene esa Deltas, no lo creo, es la primera vez que le veo y su aroma me embriaga tanto, me atrae. -pensó y haciendo un gesto de negación cerró fuertemente los ojos y los abrió, mirando la fijamente.
Arion se negaba a aceptar a una Deltas, como su mate, eso era lo que él creía.
Romina al darse cuenta de las penetrantes miradas entre ellos, interfirió, se acercó a Arion colgándose a su cuello.
-Arion. ¿Que pasa, quien es esa desaliñada Deltas, mírala se ve tan ordinaria.
-Ya Romina, deja de hablar estupideces, no puedes juzgar a las personas por sus vestimentas. -Espetó algo molesto.
Con un gesto a sus guardaespaldas dio orden de que la sacaran de su presencia.
Arion siguió su camino, pero ese fastidioso aroma le era muy molesto.-¿Sientes ese olor tan fastidioso.? No lo soporto. -renegó molesto y Romina lo miró extrañado.
Los guardaespaldas cogieron del brazo a Sasha y la apartaron del camino.
-Suéltame imbécil, quítame tus sucias manos de encima. -casi gritó Sasha forcejeando para liberar el fuerte agarre.
-No te vuelvas a cruzar en el camino del jefe.
-¡Suéltame imbécil! -vociferó.
Los guardaespaldas soltaron a Sasha lanzándola al suelo, mientras Arion miraba por el espejo.
Salió furioso del coche y caminó hasta ello, los tomó por el cuello y los lanzó haciendo un gruñido tan fuerte,
-No vuelvas a maltratar a una mujer en mi presencia. -habló muy enojado..pues su lobo reaccionó al ver que aquella mujer era maltratada por otro hombre.
"Pero que carajos me importa lo que pase con esta mujer" -pensó. Se giró y sus centelleantes ojos se profundizaron en los ojos negros de Sasha.
" No puedo pensar que esta Deltas sea mi luna" -pensó nuevamente apretando los dientes tan fuerte y negándose a esa posibilidad.
-Apartaré de mi camino, apestosa. -dijo tomándola del brazo y arrastrándola a un lado del camino.
-¿Que haces imbécil? Suéltame a dónde me llevas.
-Cierra la boca, me molesta tu voz chillona. -dijo Arion mirándola del brazos tan fuerte que marcó si piel.
-Eres un salvaje, no dejas que otro me maltrate para hacerlo tú... idiota. -habló muy molesta poniéndose de pie pararse frente a él y desafiarlo con la mirada,
-Eres un idiota, mira como me dejaste. -dijo intentando dar una bofetada pero sería la detuvo.
-Nunca se te ocurra intentarlo nuevamente. -dijo Arion furioso por la osadía de Sasha y la cargó en su hombro, caminó con ella, la subió al coche haciendo salir a Romina del asiento, entró, y condujo por las calles perdiéndose de la mirada furiosa de Romina.
-¿Que haces? ¡Dejame ir! ¡Auxilio! -gritaba y luchaba por lanzarse del coche y Arion no se lo permitía.
-Recibirás tu castigo por atreverte a tocarme. -dijo apretando su muñeca, y continuó tirando de las riendas, se adentró a una velocidad en los espesos bosques, mientras Sasha intentaba liberarse de él, llegó a una cabaña de su propiedad, donde siempre se refugiaba.
-¿Que es este lugar? ¿Dónde estamos? ¡Regrésame a la ciudad abusador! -gritó pataleando mientras era cargada nuevamente por Arion.
-Quieta apestosa....te quitarás ese mal olor que me molesta mucho. -respondió Arion caminando con ella asta la orilla del arroyo.
-¿Que haces? Suéltame. Noo.. nooo. -gritó cayendo al agua.
Arion la vio dar manotazos intentando mantenerse a flote, reía mientras Sasha sentía desfallecer del miedo al sentír morirse ahogada.
-¡Auxilio! ¡Ayuda! -pedía mientras Arion la miró fijamente en el momento en que ella dejó de luchar por mantenerse a flote, se lanzó al agua, sumergiéndose para poder sacarla de ahí, nadó con ella hasta la orilla y la cargó nuevamente en los brazos.
La dejó sobre el suelo, intentó reanimarla haciendo que ella reaccione.
Sasha tosió sintiendo confusión, y empezó a llorar, haciendo que Arion sintiera estrujar su corazón por la culpa pero no lo demostró.
-Creí que sabías nadar. -habló en un susurro.
-Eres un imbécil, déjame no me toques. -habló o gritó muy enojada poniéndose de pie y saliendo de ahí casi corriendo.
Arion logró alcanzarla, la agarró del brazo haciendo que ella caiga sobre unos arbustos nuevamente.
-¡Suéltame! Estás loco esto es un secuestro, te voy a denunciar.
-Tranquila.....ven déjame ver esa herida. -dijo tomándola nuevamente del brazo y regresando a la cabaña casi a arrastras. Sasha no entendía por qué todo aquella situación, ¿Estaba siendo secuestrada por ese desconocido? Pensó en su abuela y sintió pesar, cerró los ojos y se dejó llevar para después encontrar la manera de escapar. Arion entró con ella a la cabaña y fue a la sala, la dejó sobre el sofá y buscó algo para sanar sus heridas causadas al intentar escapar.
-¿Te duele? -Interrogó sin mirarla.
-Un poco, pero yo lo hago, no me toques. Aléjate de mí. -pidió sintiendo temor.
-No, yo te voy a curar. ¿que perfume usas? Es tan molesto ese olor. -preguntó y no tuvo respuesta sasha no entendía.
Arion miró sus ojos y vio en ellos un color naranja intenso, Sasha estaba sintiendo una extraña sensación recorrer su cuerpo, el simple roce de Arion encendía algo en su interior que no entendía y eso la asustaba.
-¡No me toques! Por favor, déjame ir. -Habló mientras de un salto se alejó de él.
- No te lastimaré, solo... Solo déjame sanar tu herida. -Habló mientras miraba una sombra donde tenía la lesión.
Sasha al mirar su brazo se sorprendió.
-¿Que sucedió con mi herida? ¿Que le hiciste? -dijo Sasha y trató de salir de la cabaña pero Arion no se lo permitió.
-Tu no te puedes ir de aquí. -ordenó.
-Y tú no me puedes detener, no soy de tu propiedad, así que me voy y no serás tú quien me lo impida. -respondió muy enojada, Sasha salió de la cabaña dejando a Arion con la palabra en la boca. ¿Como se atreve a desafiar me.? Pensó viendo la mientras Sasha desaparecía en el bosque. Arion sigilosamente la siguió mientras ella sentía su corazón salir por la boca, ya casi oscurece y sentía que la vigilaban, sentía una presencia.
Sasha llegó al pueblo, buscó a sus amigos y no los encontró, fue a la parada de los coches, subió a uno y se fue a Stanford.
"¿Que carajos acaba de pasar?" Todo esto fue muy extraño. -Pensó viendo pasar el paisaje oscuro frente a ella, recordar lo que vivió con Arion le daba temor y deseo jamás volverlo a encontrar.