Capítulo 2 2

🔥MARCOS 🔥

La llamada de Yuli me dejó bastante inquieto y el hecho de que no haya venido a trabajar me preocupó.

Tal vez no se sienta bien, con todo lo que vómito ayer de seguro se sintió peor. Lo raro aquí es que casi me obligó a venir a su casa, ya estoy fuera.

Bajo de mi auto, saco las llaves que me dio para abrir la puerta, al entrar la veo de pie al lado de la de comedor, está decorada con un mantel dorado, velas y una rica cena que estoy seguro, ella preparó para mí.

Me encanta cuando lo hace, es una diosa en la cocina.

Y en la cama.

-Hola amor, llegaste -Me abraza y me da un beso en los labios en cuanto me acerco.

-¿Qué es esto? ¿Celebramos algo?

-Ven, siéntate amor -Obedezco gustoso-. Amor yo... No sé como decirte esto y la verdad es que... -Una lágrima rodó por su mejilla-. Quiero que sepas que te amo, y mucho. Ahora te amo más porque, porque me has hecho la mujer más feliz del mundo.

-Te pusiste sentimental hoy. ¿Hay algún motivo en especial que yo no sepa?, Ay no. ¿Olvidé una fecha importante para ti, digo para los dos? -corrijo lleno de nervios.

-Si, lo hay. Pero... Primero cenemos. Te preparé tu comida favorita.

-Que rico. -Ríe.

Sirve una copa de vino y me la da, luego llena otra con agua para ella. Me causa curiosidad eso, pero no le digo nada.

-Brindemos. -dice con una sonrisa, esa que ha tenido desde que llegué.

-Y, ¿Qué celebramos? -interrogo, ya quiero saber el motivo de todo esto.

No responde, corta la carne de su plato e introduce un trozo en su boca, saborea y me anima para que yo lo haga también. Tomo el cubierto y el cuchillo y hago lo mismo.

Si, exquisito como siempre.

-Hum, esto sabe a gloria Yuli.

-Y te sabrá mejor amor mío. -La miro curioso.

-¿Vas a decirme o te tengo que esperar más? -La impaciencia me empieza a ganar. Agarra la servilleta para limpiarse un poco y de nuevo esa sonrisa que ya me está causando desespero.

-Si, estás ansioso.

-¿Si qué?

Se levanta de su asiento, toma algo del mesón y vuelve a su lugar.

-Amor, estoy nerviosa. No sé cómo vas a reaccionar.

-Me estás desesperado Yulissa.

-Es que... -Me extiende eso que tomó hace un momento y lo tomo.

Mi rostro se contrae en cuanto observo el test en mis manos. No sé que siento, mi corazón se acelera y entonces la miro a sus ojos.

Ella sonríe mientras lleva sus manos a su abdomen y asiente varias veces.

-¿Estás... -Ni siquiera puedo decirlo.

-Si. Seremos papas amor. ¿No es maravilloso?.

No sé que pensar. No sé que decir, ni sentir.

Estoy sorprendido, nervioso y algo dentro de mí se encendió, pero no podía descifrar si era emoción o preocupación. Temor, desilusión.

En menos de un segundo todas las palabras de mis padres vienen a mi mente, cada insulto, cada reproche hacía mí por estar con ella, todas las veces que papá me prohibió que esto sucediera y las que mamá dijo que Yulissa lo haría para atraparme.

¿Todo fue cierto? ¿Era lo que buscaba? ¿Embarazarse de mi?

Bebo de un sorbo todo el vino, me sirvo otro y lo bebo igual. Me levanto de la silla dándole la espalda sin decir nada, tomo aire y miro el techo unos segundos.

-¿Embarazada Yulissa? ¿Lo hiciste a propósito? -Logro preguntar.

-¿Qué? No amor, simplemente pasó, yo me he cuidado y lo sabes, los anticonceptivos no son cien por ciento seguros, fallan y supongo que...

-¡No mientas Yulissa! -Me volteo para verla-. Me cuidé siempre que estuvimos juntos. Te dije claramente que no quería hijos. ¡Mierda Yulissa! -golpeo la mesa tan fuerte que los platos saltan y ella lo hace también.

-Amor, cálmate. Te juro que no lo planee ¿Por qué lo haría? -Parecía nerviosa, pero seguramente fingía.

-Dímelo tú, para obligarme, amarrarme, asegurar tu futuro, ¿Qué quieres? ¿Qué nos casemos y vivamos juntos como una familia feliz?

-Sería lo lógico, pero no, no es necesario que nos casemos ahora, tal vez más adelante cuando... -Me rio con sarcasmo.

-Claro, ¿Y dices que no lo planeaste? -La furia se apodera de mí-. No, te equivocaste. Tu plan no va a funcionar porque no lo vas a tener.

-¿Qué? ¿Cómo dices eso amor?

-No lo tendrás, y es mejor que te hagas hazte a la idea si quieres seguir conmigo.

-Marcos, amor no...

Salgo enseguida del lugar sin importar que escucho su voz pronunciar mi nombre muchas veces. Subo a mi auto y voy a casa muy preocupado y decepcionado, supongo que se nota mucho mi angustia porque mamá de inmediato se acerca a llenarme de preguntas en cuanto cruzo la puerta. No quiero decirle nada, pero ella es tan insistente que se bien, no tendré opción.

-Está embarazada.

Como era de esperarse, arma todo un alboroto atrayendo la atención de quien menos quiero.

Papá

Ni siquiera he escuchado las palabras que salen de su boca, son recriminatorias hacia mí.

-La mujercita esa se embarazó.

-Eres un imbécil Marcos, ¿No te advertimos que te cuidaras de ella? ¿Cómo caes en su trampa ? Te dijimos que esto pasaría ¿Y aún así no te cuidaste? ¡Qué pendejo! -Se acerca furioso tomándome por el cuello de la camisa-. ¿Sabes lo que esto nos va a causar? Si la familia de Martina se entera de esto nos van a joder Marcos. Necesitamos esa unión, gracias a las locuras de tu abuelo las cuentas están congeladas y, la compañía está a punto de quebrar si no le invertimos una fuerte cantidad. Otro chisme de bastardos y estrenos arruinados. ¿Quieres eso Marcos?

-No.

-¿Entonces por qué te comprarás con un imbécil? ¿No sabes cogerte a una mujer sin preñarla? Maldito idiota.

-Basta papá.

            
            

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