Capítulo 4 El certamen parte 2

Pero bueno, a lo mejor no es tan malo, no siento ninguna presencia maligna cerca de mí y en cuanto a que Astarot tenga intimidad conmigo no me imagino como podría ser una cosa así. Lo importante es que después de haber hecho esto yo pueda ser hermosa, lo que pasara después no puede ser tan malo.

Me tire en mi cama y cerré los ojos, rápidamente me quede dormida. En mi sueño me vi a mi misma durmiendo y como una sombra negra que estaba en una esquina se acercaba hasta cubrirme por completo.

Cuando me desperté ya me sentía diferente, me vi en el espejo y quedé maravillada por mi imagen. Veía una mujer que no conocí, mi cabello castaño antes finito y sin forma ahora lucía una abundante melena negra, piel blanca y suave, nariz chica y unos hermosos ojos pequeños y azules. Mis piernas antes flacas ahora tenían forma, tenía glúteos y también tenía senos grandes. El trabajo había sido maravilloso, pensé en ese momento que todo había valido la pena.

Era hermosa y seguro ahora iba a poder ser deseada. Tuve que decir una mentira en el trabajo, dijo que había ahorrado para hacerme una cirugía completa y por eso no podía asistir, deje pasar unos días para simular el proceso de recuperación, me dirigí al trabajo vistiendo una pollera que mostraba mis piernas, un top junto con un saquito, me pinte los labios de rojo y deje mi pelo suelto. Los hombres me miraban en el camino y yo lo disfrutaba, mientras pensaba que ahora si iba a poder conquistar a Patrick

Cuando aparecí en la oficina, el que siempre solía ignorarme me miro con una sonrisa alagándome por lo bien que me había sentado esa cirugía. Yo disfrute cada minuto de ese alago él se me quedaba parado buscándome conversación mientras se refregaba los labios.

Por dentro me sentía en la gloria, jamás había recibido ese trato de parte de los hombres y mucho menos de parte de Patrick, el día en la oficina continuo entre coqueteos y mirandas. Yo me bajaba el top y le alcanzaba un té o cualquier cosa para inclinarme y que él me mire lo que lo hacía desviar la mirada, en los momentos libres me apoyaba contra la maquina fotocopiadora para que se je suba la pollera delante de él. Si estaba hablando con alguien en ese momento, mi posición lo hacía tartamudear sin poder quitar sus ojos de mí.

Cuando termino la jornada, el me pidió que no me fuera de la oficina y yo le hice caso. Cuando todos se fueron me llevo al baño y allí tuvimos intimidad. Así empezó mi relación con Patrick.

Lo hacíamos siempre después del trabajo, a veces salíamos a cenar, pero no demasiado, casi siempre todo lo que pasaba era en la oficina después del trabajo. Yo pensaba que iba a poder ser algo más para él. Pero un día me decepciono tanto cuando me dijo que ya no quería seguir estando conmigo, cuando le pregunte porque era no me quiso responder.

Asique me quede ese día para observar lo que hacía después del trabajo y me encontré con que él ya tenía otra amante. Le reclame, pero él me respondió tironeándome del brazo me saco afuera como si fuera un perro, diciéndome que yo no era nada de él, por lo que no tenía derecho.

Lo peor de todo eso es que si tenía razón, yo no era nada, deseaba ser algo más de él, que me quisiera, pero no iba a lograrlo nada más que con una cara bonita. No tenía caso, yo no podía hacer nada para que me quisiera si él no quería quererme. Trate de consolarme pensando que ahora que era bella podría buscarme el hombre que quisiera, una oportunidad que nunca se me había dado, pero me sentía tan desolada por lo que había pasado. Que me compre varias botellas de cerveza y tome hasta quedarme dormida en mi casa.

Esa noche tuve otro sueño: Me estaba casando en una iglesia, mi novio estaba frente al altar, pero en lugar de tener un traje blanco tenía un traje negro, los invitados me miraban sonrientes como si hicieran el mismo gesto, no sabía quién era el que me llevaba tenía una capa negra. Al darse vuelta el novio, veo la cara putrefacta de huesos y bichos del zombi que había estado con Marta, me doy la vuelta tratando de escapar, pero los invitados me presionan, me tapan el paso no dejándome salir, todos me toman por la fuerza llevándome hasta el novio mientras yo grito: no, no, no

Me levanto sobresaltada, con el corazón latiéndome veloz cuando me fijo en mi reloj falta media hora para entrar al trabajo. Me cambio rápido y al entrar en la oficina, me encuentro con un panorama que es todo lo contrario al que me venía encontrando los últimos meses. Patrick ahora me mira con desprecio, no con indiferencia, con asco y resentimiento al igual que su amante. Algo habrán descubierto los demás empleados porque no dejaban de llamarme zorra tras mis espaldas con sus miradas despectivas.

Fue el peor día de trabajo de toda mi vida, ahora era castigada por haberme fijado en el jefe de la compañía. Cuando finalizó la jornada laboral Patrick me llamo a su oficina, pero no para besarme o tener intimidad, me dijo que no podía continuar trabajando aquí después de lo que había pasado. ¿Que? Si me echa como hare para pagar el alquiler y poder mantenerme. Él me dijo que eso no era asunto suyo y me pidió que me fuera

De camino al trabajo no dejaba de pensar en ese en ese maldito certamen de belleza porque todo lo malo que me estaba pasando en la vida me sucedió a partir de que hice ese ritual. Era bella como tanto había deseado, más mi belleza no me estaba sirviendo para nada. Seguía sintiéndome tan vacía y sola como cuando era fea y nadie me miraba.

Por fortuna mis padres pudieron empezar a pasarme dinero para que pueda mantenerme en el departamento hasta que consiga otro trabajo, pero no sé si eso iba a pasar o si al final iba a tener que regresar a casa de mis padres a los veintiocho años porque me sentía como maldecida.

Cosas peores empezaron a pasarme, tenía sueños en donde sombras se me aparecían, a veces al despertar no podía moverme y podía sentir como si tuviera a una persona sentada sobre mi pecho, con mis ojos entrecerrados podía ver una sombra que me ahorcaba, quería gritar, quería escapar, pero no podía. Hasta que lograba levantarme entre suspiros y sudores nocturnos. A veces las pesadillas no me dejaban dormir. Con el tiempo empecé a notar marcas en mi cuello como si hubieran tratado de ahorcarme, moretones en mis piernas y lo más sorprendente de todo. Algo viscoso se encontraba sobre mis sabanas al tocarlo me di cuenta que era eyaculación.

Había eyaculación masculina en mi cama, aunque no había dormido con nadie esa noche, y esto siguió pasando durante varias noches.

Trate de consultar con brujos blancos, pastores y sacerdotes para pedirles que me quitaran el efecto que ese ritual me había echo, no importaba ya si volvía a ser fea, pero todos me decían lo mismo: Tienes una presencia maligna encima de ti, pero no se puede hacer nada, por cuanto se ha hecho un pacto de sangre y hasta que no se cumpla el año no podrás librarte del espíritu que se te ha asignado.

Según ellos este estado en el que todo me sale mal y me siento tan desgraciada durara solo un año. Solo tengo que aguantar unos meses más por el error que cometí y después de que allá pasado ese tiempo seré libre de Astarot y toda su influencia.

Pero me sentía tan desolada, había quedado sola, mi vida no tenía sentido. Me pare frente al muelle pensando en tirarme para acabar con mi sufrimiento, pero dije no, si lo hago ese demonio me perseguirá para siempre.

Por lo que decidí cambiarme de Estado, me mude a Texas pensando que cambiar de aire y de ambiente haría que las cosas fuesen diferentes. Pero no fue así, seguía sintiéndome tan desolada como siempre, en el nuevo estado tampoco conseguía trabajo y la paciencia de mis padres se empezaba a acabar.

Salir a caminar por las noches mientras lloraba, y el viento me pegaba en la cara era lo único que me consolaba. Por dentro pensaba ¿porque solo por ser fea no podía ser feliz? ¿valió la pena perderlo todo lo que sufrí solo por belleza? En mi mente me decía que no, que mil veces no, pero ya no había nada que hacer faltaban solo cuatro meses para que el año terminaba y yo contaba cada día como si de una pena se tratara.

En uno de estos viajes nocturnos veo a una viejecita pidiendo monedas, ella se acerca a mí y me dice su nombre. Es Marta la chica que gano el certamen de belleza y que ahora es la novia de satanás. Su belleza se había disfumado, en lugar de un cutis terso ahora lucía una piel demacrada sus hermosos cabellos naranjas se habían vuelto canos y sus ojos brillantes y celestes ahora estaban negros, apagados y sin vida.

Quise preguntarle que le paso, no se suponía que ella era la elegida, pero solo me dijo que nunca fue elegida de nada, y sin decirme más se marchó llorando.

Un mes quince días, es lo que faltaba para que esta pesadilla terminara cuando esa noche aparece en mis sueños, quien se supone todavía es mi novio, el demonio Astarot, pero no lo veo completo el me habla desde una oscuridad apenas se ve su cara que es una calavera y me dice que se ha enamorado de mí y no piensa permitir que lo abandone.

Yo le respondo que no, que dentro de un mes y medio el trato se acabará y que el deberá dejarme ir. En ese momento en su cara cadavérica se dibuja una sonrisa satánica.

Me despierto sobresaltada suplicando que todo esto solo sea producto de mis miedos y de una imaginación perversa.

Pero resulta que este último tiempo las pesadillas se han vuelto demasiado frecuentes y aterradoras y por las noches siento como alguien me destapa mientras estoy durmiendo tocando mis partes.

Hoy es la última noche, me duermo pensando que después de hoy todo esto habrá acabado, cuando una alarma a las tres de la mañana que yo no puse me despierta, entonces veo tras la pared una figura musculosa con cuernos completamente negra. Se parecía mucho a las figuras con las que había soñado todo este tiempo

Esta figura se abalanzo sobre mí y me tomo arrastrándome hacia el cementerio mas cercano, mientras yo le suplicaba que me libere, pero no me hacia caso.

Me metió junto con él a un ataúd

Lo último que escuche son las personas que yo quería llorando mi muerte mientras la tierra caía sobre el ataúd y yo era enterrada.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022