Matrimonio forzado con un CEO
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Capítulo 5 5

Dos días después...

 Kenna bajó las escaleras, dirigiéndose hacia la mesa para desayunar, sin embargo, se detuvo en la sala cuando vio varios lienzos y artículos de pintura.

 - Señora... quiero decir, Kenna. - dice Andrea, haciendo sonreír a Kenna. - son suyos, señor Adrián, usted los compró.

 - ¿Dónde está Adrián? - Pregunta Kenna.

 - Aún no ha bajado. - dice Andrea, luego sale hacia la cocina.

 Kenna mira las escaleras y tiene un conflicto interno, quiere subir a la habitación de Adrián y agradecerle. O esperaría a que él bajara. Kenna decidió subir e ir a su habitación.

 - ¿Adrián? - dice, ya de pie frente a la puerta. Kenna llama a la puerta tres veces y decide entrar.

 - ¿Adrián? - Kenna lo llamó una vez más.

 - ¿A qué debo el honor de la visita de mi querida esposa? - dice Adrián.

 Kenna, cuando se volvió hacia él, abrió mucho los ojos y rápidamente le dio la espalda, cubriéndose los ojos.

 -Estás desnudo. - dice Kenna.

 Adrián estaba mojado y completamente sin ropa.

 - Estaba duchándome, escuché tu dulce voz y vine a ver qué querías. - él dice.

 - Podrías haber conseguido una toalla. - dice Kenna.

 - Ya has visto muy bien todo lo que tengo. - dice Adrián con una sonrisa. - Si mal no recuerdo, la última vez aprovechaste mucho ese cuerpo.

 - Idiota, ponte algo. - dice Kenna.

 - Está bien, tengo una toalla. - dice Adrián. Kenna lentamente se da vuelta con la mano todavía sobre los ojos y abre un poco los dedos, cuando se da cuenta de que Adrián en realidad estaba cubierto con una toalla, retira la mano de su rostro. - ¿Qué querías?

 - Yo... quería agradecerte por los lienzos y las pinturas. - dice Kenna aún un poco avergonzada por la escena que acababa de ver, aunque ya había tenido relaciones sexuales con Adrián, el día que sucedió Kenna había estado bebiendo, ahora sobria, estaba avergonzada.

 - Por nada. - dice sonriendo hermosamente.

 - ¿Va a salir? - pregunta Kenna al ver una camiseta Polo blanca sobre la cama y un pantalón de vestir.

 - Sí. - dice Adrián. - Voy a salir con un amigo, James.

 - Está bien... yo... tomaré los lienzos y las pinturas y buscaré algún lugar para pintar. - dice Kenna sonriendo.

 - Puedes usar la habitación de invitados contigua a la tuya como estudio de pintura, estaba vacía. - dice Adrián.

 - Gracias, lo usaré. Voy a aprovechar y pintar cuadros bonitos. - dice Kenna emocionada.

 - Se ve perfecto. - dice Adrián. - disfruta tu mañana.

 - Yo te digo lo mismo. - dice Kenna. - Bajaré a tomar un café.

 - Me vestiré y me uniré a ti. - Kenna saluda rápidamente con la mano y sale rápidamente de la habitación.

 [...]

 Después de tomar un café con su marido, Kenna llevó dos lienzos y algunas pinturas a la habitación vacía donde la convertiría en su estudio y refugio. Kenna se sentó cerca de la ventana para poder contemplar la hermosa vista de los edificios y tal vez obtener algunas ideas para nuevas pinturas. Adrián se fue después de desayunar, solo le dijo a Kenna que podría tomar un tiempo, que se suponía que no debía esperarlo para almorzar.

 Entonces, después de decir eso, se fue y Kenna fue a la habitación con sus pinturas y lienzos. Estaba muy emocionada de empezar a pintar, Kenna siempre ha sido una gran pintora y soñaba con exhibir sus lienzos en el futuro y llevar su arte al mundo.

 [...]

 Adrián llegó al apartamento de James y tocó el timbre, después de unos minutos, escuchó un ruido y la puerta se abrió.

 -Adrián, mi amigo. - dice James sonriendo.

 - Por el tamaño de tu sonrisa, creo que pasaste una gran noche. - dice Adrián.

 - Mucho más que genial. - dice sonriendo. - entra.

 Adrián entra al departamento de James y ve el lugar en completo desorden, todo era un desastre.

 -¿Pasó un huracán por aquí? - pregunta Adrián.

- Tres huracanes. - dice James. - una morena, una rubia y una pelirroja.

 -¿Pasaste la noche con tres mujeres? - pregunta Adrián. - mi chico.

 - ¿James? - se escucha una voz femenina por parte de Adrián quien rápidamente gira hacia la puerta del dormitorio, la mujer morena que estaba en la puerta solo tuvo que devorarlo con su mirada. - Adrián, qué sorpresa.

 - Talía. - dice Adrián. - que bueno verte.

 - Yo digo lo mismo. Nunca volvió a ir al infierno. - dice Talía acercándose, vestía ropa supercorta.

 - Estaba bastante ocupada y me casé. - dice Adrián, mostrándole el anillo.

 - Me avisaron. - dice sonriendo con picardía. - si tu esposa no te cuida puedes llamarme, estoy muy feliz con lo que te gusta.

 La mujer saca una tarjeta con un número del bolsillo de su minifalda y la mete en el bolso de la chaqueta de Adrián.

 - Llámame, puedo traer algunos amigos. - dice guiñándole un ojo y luego volviéndose hacia James. - Gatita, tenemos que irnos, tenemos otra cita.

 - Todo bien. - dice James. - Ya transferí el dinero a tu cuenta.

 - Ok.- dice dándole un beso a James y luego llamando a las otras mujeres que estaban terminando de arreglarse en la habitación. Pronto los tres se van.

 -Talia es encantadora. - dice James.

 - Sí, he estado involucrado con ella algunas veces y no me arrepiento. - dice Adrián.

 - ¿Tienes intención de irte al infierno? - pregunta James.

 - No sé. - dice Adrián suspirando.

 - ¿Sucedió algo? - pregunta James.

 - Me siento raro. - dice Adrián.

 - ¿Cómo así? - pregunta James.

 - Kenna me está confundiendo. - dice Adrián.

 - ¿Te gusta ella? - pregunta James con incredulidad.

 - No... me siento atraído por ella. - dice Adrián. - ella es hermosa, ya lo viste. Su belleza me atrajo.

 - Tu esposa es realmente muy hermosa, incluso yo me siento atraído por ella. - dice James.

 - Cállate, James, estás hablando de mi esposa, madre de mi hijo. - dice Adrián.

 - Bien. - dice James levantando las manos en señal de rendición. - ¿Por qué no intentas estar con ella? Si es solo atracción, tal vez cuando vuelvas a estar con ella, todo ese deseo desaparezca.

 - Si ella me dejara acercarme, sería bueno. - dice Adrián. - la última vez que traté de acercarme y sugerir algo, Kenna amenazó con vomitar encima.

 James dejó escapar una carcajada.

 - Esta chica es increíble. - dice James, recibiendo una mirada mortal de su amigo. - Me detuve. Tienes que conquistar a la chica, vas a la olla con mucha sed.

 - No tengo paciencia para esto de conquistar. - dice Adrián. - Lo mío es llegar, tener sexo y adiós.

 -Pero ella es tu esposa, y no cualquiera. - dice James. - Si quieres resolver toda esta confusión que dijiste tener, te recomiendo que intentes resolverla pronto. Terminarás volviéndose loco.

 - Está bien, lo pensaré detenidamente. - dice Adrián. - ¿Podemos salir a caminar?

 - Claro, ¿podemos tomar un café afuera? - pregunta James.

 - Ya tomé café en casa. - dice Adrián.

 - Pero yo no. - dice James. - Voy a prepararme y saldremos.

 - Está bien, pero date prisa. - dice Adrián.

 - Siempre me preparo rápido. - dice James levantándose mientras sonríe.

 - Eres peor que una mujer disfrazándote. - dice Adrián.

 - Muy gracioso, payaso. - dice James, arrojándole una almohada a Adrián y luego dirigiéndose hacia el dormitorio para prepararse.

                         

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