EL ESCRITOR & SU OBSESIÓN
img img EL ESCRITOR & SU OBSESIÓN img Capítulo 2 Soy el dueño.
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Capítulo 6 ¿Quien se cree esa mujer img
Capítulo 7 ¡Jefe! img
Capítulo 8 Tan bella mi madrina img
Capítulo 9 ¡Lo Prometo! img
Capítulo 10 Has robado mi virginidad! img
Capítulo 11 Solo mantente alerta. img
Capítulo 12 Le faltan cosas por aprender. img
Capítulo 13 También se tru img
Capítulo 14 Nivel Dios img
Capítulo 15 Las apariencias engañan. img
Capítulo 16 ¡Rompiste nuestro corazoncito! img
Capítulo 17 ¡Para nada señorita! img
Capítulo 18 ¡Yo no pienso violar a nadie! img
Capítulo 19 Nada volvió a ser igual img
Capítulo 20 ¿Qué hacen aquí img
Capítulo 21 El pequeño gatito ha crecido. img
Capítulo 22 ¡Qué melodramática eres! img
Capítulo 23 Solo déjame salir. img
Capítulo 24 Yo no veo nada. img
Capítulo 25 Quiero consentir a mi esposa. img
Capítulo 26 Solo finge img
Capítulo 27 Explícanos eso de los bebés. img
Capítulo 28 ¡Olvidé mi ropa! img
Capítulo 29 Es renovar el alma img
Capítulo 30 EL CONEJO CASCARRABIAS Y FLORECITA l img
Capítulo 31 EL CONEJO CASCARRABIAS Y FLORECITA II img
Capítulo 32 EL CONEJO CASCARRABIAS Y FLORECITA III img
Capítulo 33 ¿Qué tanto sabes img
Capítulo 34 ¡Pato, Suéltame! img
Capítulo 35 Gracias por ser mi salvadora. img
Capítulo 36 ¿Te vas a quedar ahí img
Capítulo 37 ¡No puedo más! img
Capítulo 38 ¡Qué comience la batalla! img
Capítulo 39 Mi pequeña diablilla img
Capítulo 40 ¿Me quieres matar img
Capítulo 41 Su lado pervertido. img
Capítulo 42 ¡Oh querida! img
Capítulo 43 Su segunda madre. img
Capítulo 44 EL SECRETO DE LA OSCURIDAD I img
Capítulo 45 El secreto de la oscuridad parte II img
Capítulo 46 El secreto de la oscuridad parte III img
Capítulo 47 El secreto de la oscuridad parte IV img
Capítulo 48 El secreto de la oscuridad V. Fin img
Capítulo 49 49. Te perdono. img
Capítulo 50 50. ¿Para quién trabajas img
Capítulo 51 51. Una plegaria al todopoderoso. img
Capítulo 52 52. Ella es lo único que tengo. img
Capítulo 53 53. ¿Podrían explicarnos qué está su img
Capítulo 54 54. Una pieza suelta. img
Capítulo 55 55. ¿Qué tienes niña img
Capítulo 56 56. ¿Puedes darle algo para que no sufra img
Capítulo 57 57. Dios santo. img
Capítulo 58 58. Derrotado img
Capítulo 59 59. No morirás tan fácil img
Capítulo 60 60. Eres un maltidø perro que pedirá clemencia. img
Capítulo 61 61. ¿Qué le hiciste img
Capítulo 62 62. ¿Qué pasó img
Capítulo 63 63. Te amo con el alma. img
Capítulo 64 64. ¡Vamos, mamita! img
Capítulo 65 65. ¡No exageres! img
Capítulo 66 66. Definitivamente la perdimos. img
Capítulo 67 67. Esas mujeres. img
Capítulo 68 68. Ella merece ser castigada. img
Capítulo 69 69. La tortura inicia. img
Capítulo 70 70. ¿Qué más puedo pedir img
Capítulo 71 71. Bienvenida Satí img
Capítulo 72 72. Letras del corazón capitulo I img
Capítulo 73 73. Letras del corazón capitulo II. img
Capítulo 74 74. Letras del corazón capitulo III img
Capítulo 75 75. Letras del corazón IV img
Capítulo 76 76. Letras del corazón V. img
Capítulo 77 77. El mundo de las letras. img
Capítulo 78 78. El plan no puede fallar img
Capítulo 79 79. a Dios... fin. img
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Capítulo 2 Soy el dueño.

Patricio se dirige a la editorial en su BMW de colección. La distancia es de tan solo 30 minutos. Su castillo, al igual que la sede principal, queda en el centro de Berlín, en Mitte la zona más exclusiva.

Omar, su conductor, quien lleva casi 40 años con la familia, conoce de memoria la ruta, era la que realizaba a diario con los señores Reimann.

El área por donde ingresa es una zona privada para los dueños, así que solo es visto por el vigilante, quien conoce el vehículo y le permite el ingreso. Omar parquea el automóvil frente al ascensor. Patricio le pide que lo espere, no tiene pensado tardar mucho tiempo, desciende y se dirige a la caja de metal que lo llevará directamente a su oficina. Utiliza su huella y reconocimiento facial que le permite acceder a este.

El ascensor se eleva hasta el último piso. La última vez que realizó ese recorrido fue junto a sus padres. Recuerda que estaban muy emocionados, acababan de ganar una enorme cifra de dinero con las 10 últimas novelas que habían lanzado, ya que lo hicieron de forma simultánea en 30 países y en distintos idiomas.

No puede evitar que sus ojos se cristalicen y por su mejilla resbale una lágrima traicionera al reproducir en su mente esos momentos que nunca volverán.

Necesita salvar el negocio de sus padres y regresarlo a sus años de gloria, es en lo único que piensa.

El elevador se detiene en el último piso, el cual se divide en tres secciones, la Oficina de Presidencia, que era la de su padre, la de vicepresidencia de su madre, y un apartaestudio el que comunica internamente con las dos y sirve de vía de ingreso o escape, para que ni sus asistentes sepan de su llegada. Hay otro ascensor en la zona sur para ellas y los visitantes.

Sale y camina unos cuantos pasos, encontrándose con la puerta de cristal que conduce a su oficina, la atraviesa y observa el escritorio de su asistente; por lo tanto, va directamente allá. Ve a una chica de cabello castaño, hasta los hombros, vestida elegantemente, delgada; a lo lejos le parece una agradable mujer.

-Buenas tardes -saluda Patricio, ella lo mira con extrañeza.

-Buenas tardes, ¿quién es usted? ¿Y quién le permitió el ingreso? -Sarah preguntó, ya que nadie la llamó para informarle de algún visitante. Además, está sorprendida de que esté allí, si ese es el piso fantasma, solo ella y el señor Arnold tienen acceso.

-Soy el dueño de esa oficina -responde Patricio calmadamente y señalando la puerta de madera que está a pasos de su escritorio.

-Llevo trabajando en este lugar durante cinco años y aquí nunca lo había visto. Además, con esa pinta... -Sarah toca su mandíbula y le realiza un escaneo, intentando encontrar la palabra que describa su vestimenta. Mientras Patricio frunce el ceño-. Sinceramente, por más que busco, no le encuentro nombre, simplemente ese suéter es horroroso... -Sarah camina alrededor y dice -¿A quién se le ocurre usar medias negras con zapatos, mocasines y un pantalón de lino color azul? -Se observa y mira a la mujer que tiene al frente, criticando su manera de vestir e impidiéndole el paso a su oficina.

-Le aseguro que, si dice algo más y no me permite el paso, será su último día de trabajo -le advierte Patricio molesto.

-Lo siento, pero por más que me amenace no pasará - dice de manera firme Sarah cruzándose de brazos y atravesándose en su trayecto.

-¿No ha entendido que soy el dueño?

-Por su puesto y yo soy la princesa Lady Di-. Él toma su billetera y saca su identificación.

-Mire, mi identificación -Sarah abre los ojos, no puede creer que ese hombre, que está en frente con ese atuendo horroroso, sea el dueño de la editorial. Además, que su amiga y compañera de maestría esté enamorada de él, solo rueda los ojos y piensa en que Montserrat, necesita gafas, o tiene algún problema mental.

Observa la identificación y a Patricio, quien cuenta con un rostro atractivo, sus facciones lo hacen ver interesante, aunque su cuerpo, muestra un hombre débil, sin fuerza en sus extremidades y un estado físico deplorable. Se ve que no practica ningún deporte. Y su forma de vestir no tiene descripción.

-Definitivamente, si es usted... No pueden existir dos personas con tan mal gusto-. Patricio escucha a la que supuestamente es su asistente y por primera vez siente el deseo de estrangular a alguien. Esa mujer lo ha insultado y menospreciado, lo peor es que no se calla. -Ahora entiendo la razón por la cual este lugar está al borde de la quiebra... Y yo que pensé que era un elefante blanco para lavar dinero.

-Buenas tardes, señorita Smith -Montserrat, quien está ingresando y alcanzó a escuchar a Sarah, necesita salvar la situación. Sabe que él no la va a reconocer. La última vez que se vieron fue antes de la muerte de sus padres, cuando tenían 17 años. Lo observa y realmente su ropa es espantosa, debe ser su nana quien se la compra, ya que odia ir de compras.

- Buenas tardes, señorita Walton -Sarah siente que está a punto de perder su trabajo, así que necesita actuar rápido, puesto que metió las de caminar-. Hoy es su día de suerte... El señor Reimann está aquí - lo señala.

Patricio gira y al mirar a esa mujer de piel trigueña, ojos grises, cabello castaño largo, alta y elegante con un aura intimidante, hace que su cuerpo se estremezca.

-Señor Reimann, mucho gusto soy Montserrat Walton...

            
            

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