Arianna ya se encontraba morada, estaba muy cansada de tanto andar de un lado a otro, pero sonríe con mucha alegría al saber que todas sus amigas reían a carcajadas, aunque eso es solo una máscara, pues sabía que sus amigas estaban pasando por momentos muy duros.
Ella todavía no sabe del amor, no tenía tiempo para andar con chicos, o correr con decepciones, Arianna había rechazado una cantidad enorme de niños que siempre la veían pero no se sentía con la suficiente confianza para hablarle, ya que la chica siempre fue muy popular.
Aunque ella fuera alegre, amistosa y sociable, le daba mucho miedo entregar sus sentimientos a otras personas ajenas a su círculo de amistad y familiar, no quería verse como su madre.
Fueron muchas las noches en las que escuchaba a su madre llorar por la muerte de su padre. Arianna jamás lloro, pero si quedo marcada, y apuesta a que su hermano llora todavía la muerte de su padre.
Ella decidió ser fuerte por sus dos personas favoritas
¿La vida es así? - pensó Arianna, naces, reproduces, creces y mueres. El ciclo sin fin de la vida.
No quiero llorar por nadie, solo quería regalar sonrisas y alegrar los días a las personas que ella más quiere y la rodean.
-Arianna, vamos a casa, la tía nos espera afuera del centro comercial -comentó Chiara.
-¿Tía Alexa no ha llegado? - su prima niega con una sonrisa
-Se retrasó su vuelo, ¡ya vendrá! - ella ya se había acostumbrado a esta vida, ya que su madre al viajar olvidaba un poco la vida de desgracia que vivió al lado de su padre, para Chiara los hombres son una mierda, unas escorias que sólo ven a las mujeres bajo su propio beneficio, te utilizan y te desechan, no valoran a una verdadera mujer, por eso, Chiara había decidido no volver a mirar a un hombre, no quería tener una vida de viajes lejos de Arianna, no quería esa vida. Solo por que un hombre le rompe el corazón o que la cambiara por el mejor "partido"
Todo mienten, nadie valora -ese era su pensar -Sólo Arianna te sabe valorar, ni siquiera el mocoso de Fernando -pensó.
Ambas se toman de la mano y salen del centro comercial, Lisa las llama con la mano muy alegre, ambas corren al auto y suben a este, Chiara sube atrás y Arianna acompaña adelante a su madre.
-¿Qué tal su día, niñas? -Arianna suspira con cansancio, a su prima le brillan los ojos y mira a Arianna.
-¡Muy bien! -una lo dice muy alegre y la otra con un poco de cansancio - Lo bueno es que todas estuvieron de muy buenos ánimos -exclamó Arianna, su prima asintió.
-Eso es lo importante, que se diviertan mis niñas -el camino estuvo lleno de risas, música, gritos y más risas, las tres se sabían divertir mucho, si su hermano estuviera con ellas estuviera callandolas y gruñendo por la bulla.
A lo lejos, un camión había perdido sus frenos, su conductor estaba muy alterado y asustado, su compañero estaba igual y hasta peor.
-MALDITA SEA, ÉSTE CARGAMENTO DEBE LLEGAR AL MUELLE O EL JEFE ¡NOS MATARA! -gritó uno.
-SÍ ES QUÉ NO MORIMOS NOSOTROS PRIMERO.
-MALDICIÓN, NOS HAN DAÑADO LOS FRENOS, HIJOS DE SU PUTA, NOS JUGARON UNA TRAMPA, el jefe me lo advirtió y yo... -eso último lo susurró para él. Pero había hecho caso omiso a su advertencia.
-Cállate, y haz algo, ¡mi hija necesita este dinero para su vida! -ambos hombres no sabían qué hacer
No muy lejos de ellos venían tres chicas muy sonrientes, de tanto reír y jugar. Estaban tan distraídas la una con la otra qué el tiempo no les daba para reaccionar, puesto que el camión ya estaba muy cerca de ellas, los frenos declinaron el auto, chocando fuertemente contra aquel camión lleno de contrabando.
-¡¡Arianna!! -ambas gritaron, la castaña mira hacia la ventana del auto y niega con mucho miedo, cierra sus ojos...
-¡Aaahhh! - grito esperando el impacto.
Las tres mujeres estaban totalmente inconscientes.
.....
Las sirenas se escuchaban por toda la avenida, las patrullas policiales habían cerrado toda una gran manzana, los tipos que conducían el camión ya habían escapado, siendo un camión, ninguno de los dos estaba tan malherido como lo estaban las tres mujeres. El auto de aquellas chicas les sirvió para frenar y no morir en el intento.
Los paramédicos y bomberos corrían como locos para sacarlas, el auto estaba apuntó de explotar. Los bomberos retiran rápido las puertas de aquella camioneta gris.
Sacan a la mayor con su cabeza llena de sangre, con su cuerpo lleno de contusiones, estaba desmayada, pero con vida. Eso era un punto a favor para los rescatistas, la ambulancia sale rápido del lugar con aquella mujer.
Después, sacan a una de las menores, la que iba atrás tenía sus piernas en una de las sillas, justamente la del chofer, los bomberos corren a sacar a esta rápidamente y sin lastimarla tanto, con éxito la ponen en una de las ambulancias, aquella chica no tenía el cinturón de seguridad, por lo tanto estaba muy golpeada, pero con sus signos vitales fuertes.
Y por último la que más les asustaba a los bomberos y a los paramédicos, de que no saliera con vida, era aquella castaña, que estaba bañada en sangre, todos pensaban que sí la sacaban le harían un fuerte daño, ya que el impacto del camión lo recibió justamente la castaña
-¡No la podemos dejar aquí! Salvemosla, y ya, el auto.. El auto... -el humo comienza a salir.
El doctor que habían llamado ya estaba acudiendo al socorro de los paramédicos. Le puso oxígeno a la chica, le costaba respirar, sus signos vitales estaban muy débiles, le abre una abertura al costado de las costillas succionando la sangre que tenía dentro de uno de sus pulmones, Arianna comienza a respirar.
Esta emite un quejido, todos comienzan a moverse, la sacan poco a poco, el golpe que recibió en la cara fue bastante fuerte, su tabique estaba totalmente dañado, y algunos huesos de la cara están en contacto con sus ojos. Aquel médico con sólo estar allí, sin toma de exámenes dio dictamen definitivo, un dictamen que a una joven a su edad odiaría, esperaba que la chica lo tomará bien.
Aunque quién podría tomar algo así de bien - pensó el doctor.
Al sacarla totalmente, la llevan a una de las ambulancias, se estaba desangrando, de sus ojos comienza a salir mucha sangre, dándole a confirmar al doctor lo que había pensado.
La castaña está a punto de perder la vista
-¡Muévete, necesitamos llegar rápido al hospital! ¡Debemos salvarla a toda costa! -el doctor la veía con tristeza y sólo recordaba a su pequeña hija, ir con su madre en el auto y que un accidente por culpa de unos traficantes pasara tal cosa.
Por lo menos, nadie perdió la vida.
...............
Continuará