Corazones enredados: Enamorado de mi fea esposa

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Capítulo 9 Confrontación img
Capítulo 10 El incidente de la toalla img
Capítulo 11 El físico impresionante img
Capítulo 12 El Perfume img
Capítulo 13 La donación img
Capítulo 14 Una sensación nauseabunda img
Capítulo 15 El condón img
Capítulo 16 Encuentro ilícito img
Capítulo 17 La botella de agua img
Capítulo 18 El soplón img
Capítulo 19 La cita en el hotel img
Capítulo 20 Un drama doméstico img
Capítulo 21 La inesperada sugerencia de Darren img
Capítulo 22 La ira de Lucille img
Capítulo 23 La reunión img
Capítulo 24 Dos regalos img
Capítulo 25 Rechazo contundente img
Capítulo 26 La hipocresía de Gracia img
Capítulo 27 La intervención de Darren img
Capítulo 28 Los celos de Shirley img
Capítulo 29 El centro de atención img
Capítulo 30 La cocina de Verena img
Capítulo 31 Buenos modales en la mesa img
Capítulo 32 La vergüenza img
Capítulo 33 Un nuevo director img
Capítulo 34 La dimisión de Verena img
Capítulo 35 La crítica en redes img
Capítulo 36 Video aclaratorio de Jeremy img
Capítulo 37 La partida img
Capítulo 38 Los resultados de la prueba img
Capítulo 39 La intrusión maliciosa de Jeremy img
Capítulo 40 Una hermosa recompensa img
Capítulo 41 La herida de Verena img
Capítulo 42 Jardín del Norte img
Capítulo 43 El castigo img
Capítulo 44 El Caballero de la Armadura Brillante img
Capítulo 45 El Primer Encuentro img
Capítulo 46 Rueda de prensa img
Capítulo 47 El escándalo img
Capítulo 48 La fecha de la boda img
Capítulo 49 Los videos de las cámaras de vigilancia img
Capítulo 50 El favor img
Capítulo 51 Pastel de manzana img
Capítulo 52 La conmoción de William img
Capítulo 53 Un padre decepcionante img
Capítulo 54 La oferta de Darren img
Capítulo 55 El documento falso img
Capítulo 56 La pelea entre padre e hija img
Capítulo 57 La ingeniosa estrategia de Verena img
Capítulo 58 La negociación img
Capítulo 59 Fleur-de-lis img
Capítulo 60 La caída de Jeremy img
Capítulo 61 Desgracias familiares img
Capítulo 62 El arrebato de Darren img
Capítulo 63 El apartamento bien organizado img
Capítulo 64 Rumores sobre la prometida de Darren img
Capítulo 65 El sabotaje img
Capítulo 66 La transmisión en vivo img
Capítulo 67 La compensación img
Capítulo 68 La primera orden img
Capítulo 69 La aparición de Arlo img
Capítulo 70 La confusión de Verena img
Capítulo 71 La preocupación de Chloe img
Capítulo 72 La oferta de Debbie img
Capítulo 73 El pasado de Rosie img
Capítulo 74 El viejo idiota img
Capítulo 75 El incidente del bar img
Capítulo 76 El aroma familiar img
Capítulo 77 El identificador de llamadas img
Capítulo 78 Summer Carrillo img
Capítulo 79 El dilema de Verena img
Capítulo 80 La visita de Richard img
Capítulo 81 Acusaciones img
Capítulo 82 La resolución de Clara img
Capítulo 83 La invitación de Eric img
Capítulo 84 El padrino de Rosie img
Capítulo 85 El número de la habitación img
Capítulo 86 El despiadado hombre de negocios img
Capítulo 87 El trato img
Capítulo 88 La persuasión de Verena img
Capítulo 89 El cumplido img
Capítulo 90 Afecto inquebrantable img
Capítulo 91 La advertencia de Darren img
Capítulo 92 Las repercusiones img
Capítulo 93 La influencia del Grupo DG img
Capítulo 94 Dos hombres guapos img
Capítulo 95 El plan de Richard img
Capítulo 96 Viaje al resort img
Capítulo 97 El rico imbécil img
Capítulo 98 La alcoba de Darren img
Capítulo 99 La humillación img
Capítulo 100 Un gran malentendido img
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Corazones enredados: Enamorado de mi fea esposa

Car Rapple
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Capítulo 1 El secreto

La habitación del hotel estaba envuelta en la oscuridad.

En la cama había dos cuerpos entrelazados. Un hombre disfrutaba del placer que le ofrecía la mujer debajo de él. Se entregó a ella con desenfreno, sin tener en cuenta su inocencia.

Verena Fowler, abrumada por la intensidad del encuentro, finalmente cedió a la inconsciencia.

Despertó molesta, por el incesante sonido de su celular. Se apuró a silenciarlo y luego miró la hora; se dio cuenta de que ya eran las diez de la mañana. ¡Llegaría tarde a su banquete de compromiso!

Su prometido la había sido infiel con su mejor amiga en más de una ocasión, traicionando por completo su confianza. Como si eso no fuera suficiente, la noche anterior había tenido el descaro de llamarla, obligándola a escuchar en directo su infidelidad.

Naturalmente, el espectáculo la puso furiosa y así fue como terminó en un club buscando consuelo, que encontró en un encantador desconocido.

Cuando intentó levantarse, una ola de dolor la invadió. Los esfuerzos de la noche anterior la habían dejado tan adolorida que le daba la impresión de que sus huesos cederían ante la mínima presión.

Sin embargo, ignoró la molestia y se apuró: ¡si no llegaba a tiempo a su compromiso, tendría que enfrentarse a la ira de la familia Fowler y eso era lo último que necesitaba!

Verena se vistió rápidamente y estaba a punto de irse cuando sintió que la agarraban de la muñeca. Se dio la vuelta y miró atentamente al hombre que yacía en la cama, completamente despierto.

"¿Te vas tan pronto?", le preguntó con voz baja y ronca, que resonó en la penumbra.

A pesar de la oscuridad, Verena notó que su mirada era aguda como la de un halcón, ¡muy parecida a la de su prometido!

La joven fingió ignorancia y sonrió. Luego agarró su cartera, sacó un puñado de billetes y los dejó sobre la mesita de noche.

"Guapo, tu servicio estuvo increíble. Es una pena que tenga que irme rápido para llegar a mi compromiso, pero no te preocupes, ¡seguramente volveremos a encontrarnos!", soltó, antes de irse.

Darren Briggs, ofendido por ese comentario, sonrió con gélido desdén. Acto seguido, llamó a su secretario, Henry Holt, quien no tardó en llegar con su ropa.

Tras bañarse, se puso un traje, que lo hacía exudar un aire de distante dignidad. Su mirada permaneció desprovista de calidez. Antes de salir, agarró los billetes que la dama había dejado y los guardó en su cartera.

"Jefe, el compromiso de su sobrino está a punto de comenzar. ¿Nos vamos?", sondeó Henry.

"Bien", musitó el hombre.

"El señor Hamilton expresó su disgusto por su ausencia anoche", insistió el empleado.

Darren se quedó callado, perdido en sus reflexiones. Hacía muy poco que había regresado a Fledo, por lo que se vio obligado a salir de fiesta con viejos conocidos. En el club, terminó involucrado con una mujer borracha, con la que mantuvo intimidad casi toda la noche.

A pesar de su habitual autocontrol, se había sentido inexplicablemente atraído hacia ella, sensación de la que no pudo deshacerse a pesar de que no era tan guapa; sin embargo, la desconocida tenía un encanto inexplicable, un aroma que calmaba su alma inquieta.

Incluso en ese momento, su recuerdo persistía en su mente. Para Darren, quien padecía de insomnio, ese encuentro había sido un respiro.

Mientras tanto, Verena detuvo un taxi y le pidió al conductor que la llevara al hotel en el que se celebraría su compromiso. Llegó al lugar poco antes de las once; el salón de banquete bullía de actividad. Apenas entró en el cuarto de maquillaje, la interceptó su padre, Richard Fowler, listo para golpearla.

"Estoy a punto de comprometerme. ¿Crees que una cara hinchada hará que se me vea mejor el maquillaje?", le cuestionó Verena, mirándolo a los ojos con una férrea resolución, tras interceptar su mano.

"¿Por qué no respondiste mis llamadas? ¡Eres muy atrevida! ¡Si algo sale mal hoy, lo lamentarás!", estalló en una diatriba Richard, al ver frustrados sus intentos de golpearla.

La familia Briggs era la más poderosa en Fledo, principalmente porque Darren era una figura de inmensa influencia en Tacland. De hecho, si no fuera por la amistad entre las dos familias, Verena no habría tenido ninguna posibilidad de comprometerse con un Briggs.

Más temprano esa mañana, comenzaron a correr los rumores sobre la presencia de Darren en el banquete de compromiso de su sobrino. Ambas familias habían preparado meticulosamente el evento, pero la hora de la celebración estaba cada vez más cerca y ninguno de los prometidos aparecía.

"¿Ya llegó Eric?", le preguntó Verena a su padre, mirándolo con frialdad. Se refería a Eric Briggs, su prometido.

Richard dudó un momento. La verdad, el susodicho no aparecía por ningún lado, pero su familia ya estaba recorriendo toda la ciudad para encontrarlo. Sin embargo, daba la impresión de que Eric estaba escapando de su compromiso, pues había apagado su celular.

"Eric no está aquí, ¿esperan que me comprometa sola?", cuestionó la mujer, cuyos labios se curvaron en una mueca de desprecio.

"La familia Briggs ya está buscándolo. ¡Date prisa en cambiarte de ropa y maquillarte!", le indicó Richard, con el semblante sombrío.

La maquillista intentó acercarse a Verena, ansiosa por comenzar su trabajo; sin embargo, esta la despidió para mantener su secreto. "Me encargaré de mi maquillaje personalmente", le dijo.

Su madre siempre le había advertido sobre los peligros de la belleza excesiva. Fue así como Verena se volvió una experta en ocultar su belleza bajo capas de maquillaje. Si la maquillista le tocaba la cara, su secreto quedaría al descubierto.

De repente, se produjo un alboroto en la entrada. "¡Darren está aquí!", anunció alguien.

Al instante, Richard reaccionó. Guio a su hija afuera y le advirtió: "Ha llegado Darren Briggs. ¡Más te vale comportarte en su presencia!".

Verena conocía bien ese nombre. Darren era el hijo ilegítimo de los Briggs, quienes alguna vez lo habían echado.

No obstante, él había resurgido de las cenizas y terminó convirtiéndose en una presencia tan formidable, ¡que ni siquiera la dinastía Briggs, en Fledo, podía darse el lujo de ignorarlo!

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