Olvidando a mi Jefe
img img Olvidando a mi Jefe img Capítulo 5 Matrimonio
5
Capítulo 6 Cena img
Capítulo 7 Caer en su trampa img
Capítulo 8 Cita olvidada img
Capítulo 9 El vicepresidente img
Capítulo 10 Soltarlo img
Capítulo 11 Un buen novio img
Capítulo 12 No me gusta img
Capítulo 13 Cena romantica img
Capítulo 14 Nuevos sentimientos img
Capítulo 15 Una buena crema img
Capítulo 16 Dormir img
Capítulo 17 La visita de Andréi img
Capítulo 18 El desayuno de mi novio img
Capítulo 19 Mi jefe otra vez img
Capítulo 20 Una mejor propuesta img
Capítulo 21 No quiero verte img
Capítulo 22 Amiga de Dylan img
Capítulo 23 ¿Estás enamorado de mí img
Capítulo 24 Ángel torpe img
Capítulo 25 ¿Crees que soy muy guapo img
Capítulo 26 Pagar la comida img
Capítulo 27 El dueño del restaurante img
Capítulo 28 Sin filtros img
Capítulo 29 ¿Qué pasa con su familia img
Capítulo 30 Beso bajo la luvia img
Capítulo 31 Mi hermano menor img
Capítulo 32 Resfriado img
Capítulo 33 Irme de la ciudad img
Capítulo 34 Beso de sorpresa img
Capítulo 35 Regresar al trabajo img
Capítulo 36 La amante del jefe img
Capítulo 37 Tenerte cerca img
Capítulo 38 Renuncio img
Capítulo 39 Entre sueños img
Capítulo 40 ¿Cómo llegué ahí img
Capítulo 41 Un mes img
Capítulo 42 Aceptar la propuesta de Dylan img
Capítulo 43 Disculpas img
Capítulo 44 ¿Terminara que img
Capítulo 45 ¿Y ahora img
Capítulo 46 Decidida img
Capítulo 47 Seguir fingiendo img
Capítulo 48 Salgo con alguien img
Capítulo 49 Vamos a casarnos img
Capítulo 50 Amigas img
Capítulo 51 ¿Cómo se llama img
Capítulo 52 ¿No te arrepentirás de tu elección, Camila img
Capítulo 53 Volver al trabajo img
Capítulo 54 No es de tu incumbencia img
Capítulo 55 Herido img
Capítulo 56 Dormir contigo img
Capítulo 57 El lugar más seguro img
Capítulo 58 Mala propuesta img
Capítulo 59 Consolando a Andréi img
Capítulo 60 Sin comer img
Capítulo 61 ¡Que tonta me siento! img
Capítulo 62 Sustituto img
Capítulo 63 La maquina de trabajo img
Capítulo 64 Situación incomoda img
Capítulo 65 Dylan, idiota img
Capítulo 66 La quieren a ella img
Capítulo 67 Golpear a Andréi img
Capítulo 68 Su única mujer, y a su bebé img
Capítulo 69 Yo también te extrañé img
Capítulo 70 Dejarte embarazada img
Capítulo 71 Me toca arriba img
Capítulo 72 Una disculpa de todos img
Capítulo 73 Después del trabajo img
Capítulo 74 Regaño img
Capítulo 75 Una mota de polvo img
Capítulo 76 Borracha img
Capítulo 77 Sin saber de Dylan img
Capítulo 78 Sacrificio img
Capítulo 79 Presentarla con la familia img
Capítulo 80 Dylan comprometido img
Capítulo 81 La botella de Dylan img
Capítulo 82 La madre de Dylan img
Capítulo 83 Pedir permiso img
Capítulo 84 Su verdadero plan img
Capítulo 85 Su deseo img
Capítulo 86 El dueño de G&G img
Capítulo 87 Tía joven img
Capítulo 88 Más que lujuría img
Capítulo 89 Primer amor img
Capítulo 90 Mala img
Capítulo 91 El chico de cabello ceniza img
Capítulo 92 Ash img
Capítulo 93 Desayunar juntos img
Capítulo 94 No está interesado en mi img
Capítulo 95 Otra identidad img
Capítulo 96 Oficial img
Capítulo 97 Alejarme de Andréi img
Capítulo 98 Romper compromiso img
Capítulo 99 No eres nadie img
Capítulo 100 Confesión img
img
  /  2
img

Capítulo 5 Matrimonio

-Dylan, vamos a calmarnos -dijo Camila, su mente corriendo a toda velocidad mientras intentaba encontrar una salida. ¡Este hombre está loco! Las palabras que Dylan pronunciaba, con toda su tranquilidad aparente, la sumían en un caos interno. Tengo que irme tan pronto como pueda.

-Estoy tranquilo, Camila. -La voz de Dylan resonaba suave pero firme, como si no viera la situación con la misma urgencia que ella.

-No, no lo estás. -Camila negó con la cabeza, desesperada-. Si lo estuvieras, no estarías diciendo cosas como matrimonio o citas. No conmigo, a quien acabas de conocer. -Cada palabra era un intento por salvarse, por ayudarle a ver la lógica que parecía ignorar.

Esta es mi última oportunidad de escapar. Era lo único en lo que podía pensar mientras lo miraba. Tiene que darse cuenta de que no soy yo quien es adecuada para él. De alguna manera, necesitaba convencerlo de que merecía a otra persona, alguien que no fuera una mujer que chocó con él en un bar y terminó compartiendo su cama por error, impulsada por el alcohol.

Pero Dylan no parecía inclinado a ceder.

-Si no eres tú, ¿quién más? -preguntó, sus ojos clavados en los de ella, desafiándola.

Las palabras de Dylan la tomaron por sorpresa. ¿Qué está diciendo? El Dylan que ella tenía en su mente, el que había oído en rumores, era alguien frío, temido y distante. Pero ahora, frente a ella, ese hombre no era el que había imaginado.

-Te pregunté dos veces cuando viniste a mí, -continuó él, sus palabras resonando con una mezcla de dolor y confusión-, y tu respuesta nunca cambió. Ahora que se trata de esto, ¿por qué siento que estás tratando de deshacerte de mí? -Hizo una pausa, sus cejas fruncidas con una leve angustia-. ¿No soy lo suficientemente bueno para ti?

¿Lo suficientemente bueno para mí? Camila apenas podía creer lo que escuchaba. ¿Cómo había llegado a esta situación? Lo que había comenzado como una noche de borrachera se estaba convirtiendo en algo mucho más complicado. Las palabras de Dylan sonaban como las de alguien que temía ser rechazado, como si estuviera en una posición vulnerable. Pero eso era lo opuesto a lo que ella quería. No lo amaba, y él no la amaba a ella. Eso debía quedar claro.

Lo que ocurrió entre ellos debe quedarse en esa noche, en el pasado. Incluso la promesa que había hecho en medio del alcohol no debía tener peso ahora. ¿Por qué lo había creído siquiera?

Camila sintió un nudo en la garganta. Tsk. Es mi culpa. Si tan solo no se hubiera acercado a él esa noche, si solo hubiera bebido menos... todo esto se habría evitado.

Pero la realidad era que se había acercado, y ahora estaba aquí, enfrentando las consecuencias de esa decisión.

Camila cerró los ojos por un momento, tratando de enfocarse, y entonces, más recuerdos de esa noche comenzaron a brotar en su mente como una película difusa que poco a poco se iba aclarando. Sí, lo recordaba. Había estado en el bar, ahogando sus penas en la enésima copa de vino, desesperada por acallar el eco doloroso que resonaba en su corazón. El motivo de ese dolor tenía nombre: Andréi.

Sumida en la marea de alcohol y emociones revueltas, sus ojos se posaron en alguien entre la multitud. Era un hombre, alto, hermoso de una forma distinta, casi etérea. Su rostro, a pesar de estar rodeado de personas borrachas y voces altas, parecía ajeno a todo. ¿Cómo podía alguien brillar tan intensamente en un lugar tan oscuro? Pensó que estaba soñando, pero algo en su interior le dijo que debía acercarse.

-Eres hermoso. -Había dicho sin dudarlo, apenas consciente de lo que hacía mientras sus manos se deslizaban con desvergüenza por sus hombros-. Eres exquisito. -Sonrió, sentándose aún más cerca, arrastrada por una energía desconocida.

Camila observó con deleite cómo sus labios se curvaban apenas en una sonrisa, y eso bastó para encender algo dentro de ella. Su belleza era diferente a la de Andréi, su primer amor, aquel que había marcado sus años de juventud. Pero en ese momento, el atractivo de este extraño era magnético, irresistible.

-Debe ser bueno si eres tú, -murmuró, levantando la copa vacía y bajándola con torpeza. La bebida comenzaba a nublar sus pensamientos, pero no le importaba. -Si tan solo fueras tú... -su voz apenas era audible entre la música y las risas del bar-. No él... Solo tú.

¿Por qué dije eso? En ese momento, no lo entendía. Tal vez era la soledad, o el dolor acumulado por años, pero de alguna manera, estar abrazada a este extraño era más reconfortante que todas las conversaciones vacías que había tenido con Andréi. Este hombre le ofrecía algo diferente. Era calidez, una especie de seguridad en medio de su caos emocional.

Y él, para su sorpresa, le devolvió el abrazo, un gesto que calmó momentáneamente el dolor punzante que sentía en el pecho. Su cuerpo, cálido contra el suyo, parecía prometer consuelo donde antes solo había angustia.

-¿Por qué? -preguntó él suavemente, su voz baja pero penetrante, cuando escuchó sus palabras.

Camila, sin reservas, respondió. ¿Por qué no debería hacerlo? Tal vez hablar de su dolor con un extraño le parecía lo más fácil en ese momento, cuando las barreras estaban derribadas por el alcohol. Y así, sin filtro, le contó todo sobre Andréi, su primer amor, y los seis largos años que había pasado amándolo en secreto, soportando un sufrimiento silencioso. Un dolor que ni siquiera Andréi sabía que existía, porque nunca tuvo el valor de confesarle sus sentimientos.

Le explicó cómo había intentado engañarse, diciéndose a sí misma que Andréi simplemente no sabía nada de su amor, para así proteger su orgullo. Pero todo cambió cuando él, con una expresión seria y desapasionada, le confesó que tenía una prometida.

Esa revelación lo cambió todo. De repente, se dio cuenta de que Andréi siempre había sido consciente de sus sentimientos, y que, desde el principio, había trazado una línea clara entre ellos. Camila no podía culparlo, pero eso no hacía el dolor menos profundo. Era su culpa por no haber hablado antes, por haber dejado que los sentimientos se acumularan en silencio.

-Entonces, olvídalo. -dijo Dylan mientras la miraba con intensidad. Su voz era tranquila, pero había algo en sus palabras que la sacudió-. Si amarlo te duele tanto, creo que deberías olvidarlo.

Esa vez fue Camila quien preguntó: -¿Por qué?

Él sonrió, una sonrisa que parecía esconder más de lo que revelaba.

-Porque mereces ser amada. Todo el mundo lo merece. -dijo con una sinceridad que la dejó sin aliento-. Y quién sabe, tal vez alguien por ahí te ame como tú amas a ese hombre... sin que lo sepas.

Camila se quedó en silencio, incapaz de responder. ¿Cómo alguien podía entender su dolor tan profundamente, sin conocerla? Pero en ese momento, esa persona parecía ofrecerle una salida a su sufrimiento, un nuevo camino que no había considerado.

Y ahora lo recordaba todo. Ese hombre era Dylan Reed.

                         

COPYRIGHT(©) 2022