Capítulo 5 5

Kyra Lewis:

Me desperté y me dirigí al baño para realizar mi higiene matutina. Tan pronto como terminé, me vestí con ropa cómoda.

Bajé las escaleras y, al llegar a la sala, encontré a mi familia reunida para el desayuno.

- ¡Buenos días! - saludé, con una sonrisa.

- ¡Buenos días! - respondieron al unísono.

Me senté a la mesa, tomé un trozo de pastel de zanahoria con cobertura de chocolate -mi favorito- y me serví un poco de café. Mientras saboreaba mi desayuno, mi padre me interrumpió.

- ¿Ya has pensado en la propuesta de Matteo? - preguntó él, con un tono serio.

- Estaba pensando en eso, pero aún no sé si aceptaré. No me siento lista.

- Mira, hija, nadie aquí te va a obligar a hacer nada. Pero necesitas salir de esa burbuja que te impide hacer lo que amas por miedo a la opinión de los demás. Dices que no estás lista, pero nunca has intentado de verdad para saberlo. Eres hermosa, fuerte y muy valiente. Siempre has disfrutado usando bikini y, además, de tomarte fotos. No dejes que eso te impida vivir plenamente y hacer lo que te hace feliz.

- ¿Sabías que eres maravilloso? - sonreí, apreciando sus palabras. - Está bien, intentaré, pero no prometo nada. Te agradezco por tus palabras de aliento; realmente lo necesitaba.

- ¡Sé que soy maravilloso! - respondió él, pasando las manos por su cabello. - Ve y prueba. Si no te gusta, no tienes que quedarte, y yo me encargaré de todo lo relacionado con Matteo.

- Te amo, papá!

- Te amo, hija! - Me dio un beso suave en la frente.

Después de terminar mi café, subí a mi habitación y tomé mi celular para llamar a Matteo.

Llamada en progreso:

- ¿Hola? - atendió él.

- Hola, Matteo, aquí Kyra.

- ¡Hola, Kyra! ¿Algún problema? - preguntó, un poco apreensivo.

- No, en realidad llamé para decir que acepto la propuesta de ser modelo.

Pude escuchar un suspiro de alivio del otro lado de la línea.

- ¡Maravilla! Necesitamos programar una reunión para que firmes el contrato y para que entiendas cómo funciona la agencia - dijo, claramente emocionado.

- Claro, ¿qué día puedes hacer la reunión?

- ¿Qué tal mañana? La inauguración se está acercando, y cuanto antes firmes, mejor - sugirió Matteo.

- ¿A qué hora? - pregunté.

- ¿Alrededor de las 10 de la mañana, está bien?

- ¡Perfecto! - respondí entusiasmada.

Nos despedimos y colgué. Puse el celular al lado de la cama y me quedé reflexionando. Ha llegado el momento de enfrentar el mundo y mostrar cuán fuerte soy, recordando que nunca me rindo.

[...]

Matteo Rossi:

Acababa de llegar a la agencia cuando recibí la llamada de Kyra, confirmando que aceptaba la propuesta. Una sonrisa involuntaria brotó en mi rostro.

- ¿Y esa sonrisa? - preguntó Nate, mientras entraba en mi oficina.

- Acabo de hablar con Kyra, y aceptó ser modelo - compartí la buena noticia, aún sonriendo.

- ¿Esa sonrisa es porque ella aceptó el trabajo o porque hablaste con ella? - cuestionó, con un tono provocativo.

- ¡Claro que es por la aceptación! - respondí, tratando de ocultar la verdad.

- Voy a fingir que lo creo - dijo él, con una sonrisa pícara.

- Ella viene aquí mañana para firmar el contrato - informé.

- ¡Finalmente conoceré a la famosa Kyra Lewis! - comentó, con una expresión algo divertida.

Frunci el ceño, tratando de no demostrar celos.

- No te pongas coqueto con ella - advertí, un poco serio.

- Nunca me acostumbraré a verte celoso - respondió, riendo.

- Ya te dije, no estoy celoso. - repliqué, un poco irritado.

- Hablas y yo finjo creer - dijo él, aún riendo.

- Piensa lo que quieras. Necesitamos ir, los inversores están esperando para cerrar este patrocinio hoy mismo.

Salimos de la oficina y pasamos por mi secretaria, que nos miró con una mirada curiosa. Subimos al ascensor y nos dirigimos hacia el estacionamiento, donde tomé el auto y nos dirigimos a la empresa donde tendríamos la reunión.

Después de aproximadamente dos horas de reunión, finalmente regresamos a la agencia.

- ¡Hombre, estoy exhausto! - exclamó Nate.

- No soy solo yo, al menos logramos cerrar el trato - respondí, aliviado.

- Eso es lo que importa - concordó él.

En ese momento, la puerta de la sala se abrió, revelando a Melissa, que entró con una sonrisa exagerada.

- Me voy - anunció Nate, apresurándose a salir.

- Matt, ¡te he extrañado! - dijo ella, con una voz excesivamente dulce, mientras se acercaba a mí.

- ¿En serio? Porque yo no - respondí, ya irritado.

- Vaya, ¡qué estrés! Sé algo que puede calmártelo - provocó, inclinándose para besar mi cuello.

Puse mis manos en sus hombros y la afasté.

- Sé algo que no eres tú - hablé firmemente.

- ¿Cuál es tu problema? - preguntó, ahora claramente enojada.

- Ninguno - respondí, indiferente.

- ¿No quieres más tener relaciones conmigo? Me estás tratando mal. ¿Tienes a otra, verdad? ¿Quién es la perra? - disparó, con una mirada desafiante.

- Cállate, mi vida no te interesa. Sal de mi oficina antes de que tenga que despedirte - repliqué, tratando de mantener la calma.

Me lanzó una mirada indignada y salió pisando fuerte, furiosa.

Suspiré, pasando las manos por el cabello. El resto de la tarde pasó tranquilamente. Solo tuve una reunión y aproveché el tiempo libre que me quedaba para poner algunos documentos al día. Cuando finalmente llegó mi hora de irme, recogí mis cosas y partí hacia casa, reflexionando sobre todo lo que había sucedido.

                         

COPYRIGHT(©) 2022