/0/16587/coverbig.jpg?v=7d0ae6b42fb8ab0f9181bf5394219527)
Kyra Lewis:
Me desperté y me dirigí al baño para realizar mi higiene matutina. Tan pronto como terminé, me vestí con ropa cómoda.
Bajé las escaleras y, al llegar a la sala, encontré a mi familia reunida para el desayuno.
- ¡Buenos días! - saludé, con una sonrisa.
- ¡Buenos días! - respondieron al unísono.
Me senté a la mesa, tomé un trozo de pastel de zanahoria con cobertura de chocolate -mi favorito- y me serví un poco de café. Mientras saboreaba mi desayuno, mi padre me interrumpió.
- ¿Ya has pensado en la propuesta de Matteo? - preguntó él, con un tono serio.
- Estaba pensando en eso, pero aún no sé si aceptaré. No me siento lista.
- Mira, hija, nadie aquí te va a obligar a hacer nada. Pero necesitas salir de esa burbuja que te impide hacer lo que amas por miedo a la opinión de los demás. Dices que no estás lista, pero nunca has intentado de verdad para saberlo. Eres hermosa, fuerte y muy valiente. Siempre has disfrutado usando bikini y, además, de tomarte fotos. No dejes que eso te impida vivir plenamente y hacer lo que te hace feliz.
- ¿Sabías que eres maravilloso? - sonreí, apreciando sus palabras. - Está bien, intentaré, pero no prometo nada. Te agradezco por tus palabras de aliento; realmente lo necesitaba.
- ¡Sé que soy maravilloso! - respondió él, pasando las manos por su cabello. - Ve y prueba. Si no te gusta, no tienes que quedarte, y yo me encargaré de todo lo relacionado con Matteo.
- Te amo, papá!
- Te amo, hija! - Me dio un beso suave en la frente.
Después de terminar mi café, subí a mi habitación y tomé mi celular para llamar a Matteo.
Llamada en progreso:
- ¿Hola? - atendió él.
- Hola, Matteo, aquí Kyra.
- ¡Hola, Kyra! ¿Algún problema? - preguntó, un poco apreensivo.
- No, en realidad llamé para decir que acepto la propuesta de ser modelo.
Pude escuchar un suspiro de alivio del otro lado de la línea.
- ¡Maravilla! Necesitamos programar una reunión para que firmes el contrato y para que entiendas cómo funciona la agencia - dijo, claramente emocionado.
- Claro, ¿qué día puedes hacer la reunión?
- ¿Qué tal mañana? La inauguración se está acercando, y cuanto antes firmes, mejor - sugirió Matteo.
- ¿A qué hora? - pregunté.
- ¿Alrededor de las 10 de la mañana, está bien?
- ¡Perfecto! - respondí entusiasmada.
Nos despedimos y colgué. Puse el celular al lado de la cama y me quedé reflexionando. Ha llegado el momento de enfrentar el mundo y mostrar cuán fuerte soy, recordando que nunca me rindo.
[...]
Matteo Rossi:
Acababa de llegar a la agencia cuando recibí la llamada de Kyra, confirmando que aceptaba la propuesta. Una sonrisa involuntaria brotó en mi rostro.
- ¿Y esa sonrisa? - preguntó Nate, mientras entraba en mi oficina.
- Acabo de hablar con Kyra, y aceptó ser modelo - compartí la buena noticia, aún sonriendo.
- ¿Esa sonrisa es porque ella aceptó el trabajo o porque hablaste con ella? - cuestionó, con un tono provocativo.
- ¡Claro que es por la aceptación! - respondí, tratando de ocultar la verdad.
- Voy a fingir que lo creo - dijo él, con una sonrisa pícara.
- Ella viene aquí mañana para firmar el contrato - informé.
- ¡Finalmente conoceré a la famosa Kyra Lewis! - comentó, con una expresión algo divertida.
Frunci el ceño, tratando de no demostrar celos.
- No te pongas coqueto con ella - advertí, un poco serio.
- Nunca me acostumbraré a verte celoso - respondió, riendo.
- Ya te dije, no estoy celoso. - repliqué, un poco irritado.
- Hablas y yo finjo creer - dijo él, aún riendo.
- Piensa lo que quieras. Necesitamos ir, los inversores están esperando para cerrar este patrocinio hoy mismo.
Salimos de la oficina y pasamos por mi secretaria, que nos miró con una mirada curiosa. Subimos al ascensor y nos dirigimos hacia el estacionamiento, donde tomé el auto y nos dirigimos a la empresa donde tendríamos la reunión.
☆
Después de aproximadamente dos horas de reunión, finalmente regresamos a la agencia.
- ¡Hombre, estoy exhausto! - exclamó Nate.
- No soy solo yo, al menos logramos cerrar el trato - respondí, aliviado.
- Eso es lo que importa - concordó él.
En ese momento, la puerta de la sala se abrió, revelando a Melissa, que entró con una sonrisa exagerada.
- Me voy - anunció Nate, apresurándose a salir.
- Matt, ¡te he extrañado! - dijo ella, con una voz excesivamente dulce, mientras se acercaba a mí.
- ¿En serio? Porque yo no - respondí, ya irritado.
- Vaya, ¡qué estrés! Sé algo que puede calmártelo - provocó, inclinándose para besar mi cuello.
Puse mis manos en sus hombros y la afasté.
- Sé algo que no eres tú - hablé firmemente.
- ¿Cuál es tu problema? - preguntó, ahora claramente enojada.
- Ninguno - respondí, indiferente.
- ¿No quieres más tener relaciones conmigo? Me estás tratando mal. ¿Tienes a otra, verdad? ¿Quién es la perra? - disparó, con una mirada desafiante.
- Cállate, mi vida no te interesa. Sal de mi oficina antes de que tenga que despedirte - repliqué, tratando de mantener la calma.
Me lanzó una mirada indignada y salió pisando fuerte, furiosa.
Suspiré, pasando las manos por el cabello. El resto de la tarde pasó tranquilamente. Solo tuve una reunión y aproveché el tiempo libre que me quedaba para poner algunos documentos al día. Cuando finalmente llegó mi hora de irme, recogí mis cosas y partí hacia casa, reflexionando sobre todo lo que había sucedido.