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La noche se sentía tan desolada, era fría, la puerta de la Villa fue abierta, Olivia ni siquiera había realizado el intento de prender las luces, sabía perfectamente que se encontraba sola en aquella inmensa casa, así que avanzo hasta el pie de la escalera, no obstante sus pies se habían detenido de manera inmediata cuándo su mirada Azul se encontró con los ojos oscuros del hombre, Olivia no realizó ningún movimiento tenía miedo de romper aquel silencio que los envolvía.
- ¿En dónde estabas? - su voz era muy baja, pero aquel que lo conocía sabía perfectamente el peligro que se ocultaba en aquella tonada.
- En dónde estaba no tiene nada que ver contigo, y tampoco te preocupes, no he ingerido ninguna gota de alcohol, yo también quiero terminar con esta farsa de matrimonio al cual me has orillado.
- ¿Me olvidaste? - la pregunta de Aidan tomó por sorpresa a Olivia.
- ¿Olvidarte?- Olivia dejo ver una sonrisa- Nunca fuiste mucho para mí - Ella mintió como podría olvidarse de su primer amor, de aquella primera ilusión.
- ¿Estabas con Alexis? - Preguntó el hombre.
- No es asunto tuyo - Ni bien Olivia, término de expresar esas palabras, su pequeño cuerpo fue empujado por la pared con rudeza.
- Te recuerdo que estás casada conmigo, no vayas muy lejos, que buscas con todo esto - Aidan tenía una mirada fulminante.
- ¿Qué quieres que haga? - Olivia adquirió su típica mirada de indiferencia- ¿Que me quede viendo como te besas con tu amada delante de mis narices, que toda la prensa me humille, que me humilles tú, que me pegues, que más me falta por vivir contigo?. - Olivia había escupido aquellas palabras con furia. - Me obligaste a casarme contigo a través de un tonto acuerdo, no tendría problemas en ser un vientre de alquiler, no tendría problemas en concebir a través de la Inseminación artificial, pero llega el Gran CEO y obliga a todos a cumplir sus estúpidas órdenes, eres un imbécil que crees tener el poder y el control acerca de todos.
- Tienes toda la razón, tengo el control absoluto de todos, incluso tengo control sobre ti - La fuerza de su agarre se había intensificado.
- No, tú tienes derechos acerca de nuestro matrimonio, pero no tienes ningún control sobre mí - Olivia realizo el intento de apartarse del hombre, no obstante los labios de Aidan tomaron con fiereza los labios de Olivia, incluso el sabor de la sangre había entrado en contacto con su lengua producto de la mordida que Aidan le había proporcionado.
El hombre realizó el intento de separar las piernas de la mujer mientras seguía besando con pasión a su esposa, pero segundos después lo único que se escuchó fue el jadeo de Aidan.
- Hoy no es viernes - Olivia se apartó - Recuerda que solamente debemos de tener intimidad 3 veces a la semana y tú y yo lo tenemos más veces de lo normal, y ya no quiero, vamos a cumplir el contrato nada más - Olivia se apartó , pero segundos después nuevamente fue empujada hacia la pared con el cuerpo de Aidan presionando el suyo.
- ¿Me estás rechazando? - Las manos de Aidan estaban a la altura de la cabeza de Olivia.
- Lo hago, déjame en paz, ve con tu amada - Olivia le propinó un pisotón a Aidan logrando alejarse, pero el hombre volvió a seguir sus pasos - Ni siquiera lo pienses Aidan Dumonts, si llegas a tocarme te acuso de violación - El hombre detuvo sus pasos de manera abrupta al escuchar las palabras de la mujer.
- Estás jugando con Fuego Olivia - Expresó muy enojado Aidan Dumonts.
Siendo Olivia Dacosta la primera persona en lograr que Aidan Dumonts retroceda, por supuesto que él quería tomar el cuerpo de su esposa, quería torturarla, pero por primera vez había observado un brillo especial en la mirada de Olivia, el brillo que le indicaba que a partir de ahora todo podría cambiar.
Ni bien la puerta se cerró dejando a Aidan detrás, Olivia se recostó por la pared - Porque tuve que fijarme en ti - Olivia dejo que más lágrimas llenarán su pequeño rostro, lentamente se acercó a la caja fuerte y segundos después sacó una carta y una fotografía, Olivia abrió la carta sus letras dejaban reviviendo unas palabras muy claras.
- ERES LA NIÑA MÁS HERMOSA QUE MIS OJOS VIERON - eran las palabras escritas en la carta, posteriormente volvió a observar la fotografía dejando que sus dedos acaricien aquella imagen, sus ojos reflejan el anhelo de su corazón- ¿Qué nos pasó? - Preguntó en un Susurró Olivia.
Al día siguiente a primeras horas de la mañana el vehículo Presidencial se encontraba estacionado en la explanada de la Villa, Olivia se encontraba esperando por el vehículo que la trasladará hasta la Empresa, aunque le parecía bastante raro que el vehículo de Aidan estaba estacionado allí.
- Súbete, tenemos la invitación de asistir al cumpleaños de Javier Abdo y la estrecha relación nos obliga a realizar aquella visita.
- Te seguiré en mi vehículo correspondiente.
- Olivia, acaso aparte de tonta eres sorda, te he dicho que te subas - Aidan rápidamente se había vuelto a fastidiar.
- Y te he dicho - Antes de que Olivia terminará de hablar, Aidan ya estaba por delante de ella agarrándola duramente de la muñeca.
- En donde vuelvas a cuestionar una orden mía, te juro que vas a arrepentirte, estás colmando la paciencia que no tengo.
- Me estás lastimando, suéltame - los ojos de la mujer se habían llenado de lágrimas, Aidan efectivamente la estaba lastimando, pero el hombre no hizo caso no la soltó, en lugar de eso de un estirón la introdujo en el vehículo, y minutos después salieron de la Villa que era ocupada por Olivia, una Villa que todos los días se dañaron solamente con 2 empleados Olivia nada más vino a dormir y Aidan aparecía todas las noches buscando cumplir el contrato una vez el acto ha sido consumado el hombre abandonaba la casa cada noche era la misma rutina de siempre.
El Hotel Sheraton es uno de los hoteles más Prestigiosos de la Ciudad, no todos pudieron tener acceso a ella, Olivia suspiró cuando sintió el aire frío del interior del hotel acariciando su piel, había muy poco movimiento, aquello dejó en claro que todo el lugar había sido reservado en su totalidad por Javier Abdo.
- Señor Dumonts - Saludo una de las mucamas del hotel que miró con admiración a Aidan, pero con desprecio a Olivia - El señor Abdo lleva esperándolo con mucho entusiasmo pase por aquí.
Aidan siguió a la mujer, por ende también Olivia supuso que debía de hacerlo, pero estaba lejos de que aquello fuera verdad. - Espérame en la habitación 1 - La voz de Aidan la había asustado - Ni siquiera lo pensós, tú no vas a estar al lado mío en la Fiesta - el hombre tenía una sonrisa burlona - Y hoy es viernes y el contrato que hoy tienes que entregarte a mí - La mucama del hotel había sonreído a medias dirigiéndole otra mirada de burla a Olivia.
Posterior a expresar esas palabras, Aidan se alejó y Olivia tuvo que dirigirse a la habitación dicha por su esposo, se sintió humillada.
- ¿No pudiste hacer eso a la mañana? Como si fuera que no tengo mucho trabajo - Olivia con los puños apretados y murmurando aquellas palabras que había entrado en la habitación.
La habitación tenía la magnitud de una casa de 5 habitaciones, era tan lujosa que incluso tocar algo podría desear pecado, habían pasado dos horas y Olivia se sintió cansada lentamente, había cerrado los ojos, no sabe cuánto tiempo habrá pasado, pero el sonido del celular la aturdió abrió rápidamente los ojos; sin embargo, antes de reaccionar sintió un peso por encima de su cuerpo aquella fragancia tan familiar la obligó a abrir los ojos.
No obstante, lo siguiente que escucho fue el sonido de la tela de su falda desgarrarse y de un movimiento ágil dejando escapar un jadeo, su cuerpo fue inmovilizada mientras el aire de los pulmones se escapaba, los movimientos constantes de la cadera más el choque frenético de sus cuerpos perforaron que su mente se nublara, y al encontrar la cima del placer Aida había se puesto de pie de manera inmediata dirigiéndose al cuarto de baño.
Olivia se quedó con los ojos abiertos cubriendo su cuerpo con la sabana, Aidan cada vez que tenían intimidado la dejaba cansada, además el hombre tenía una manera salvaje de tomar su cuerpo, no sabe cuántos minutos estuvo pensando, pero cuando el hombre salió solo con la toalla cubriendo su cuerpo Olivia lo había mirado.
- Puedes irte ya no requiero de tus servicios - Aidan busco la prenda que vestiría mientras Olivia solamente se mantuvo en silencio, esperando que su esposo saliera de la habitación, pero el hombre parecía tener nulas las ganas de salir del sitio - ¿Por qué no te levantas? O ¿acaso se te olvida que eres la Vicepresidenta de una Empresa?.
- De la misma manera, qué a ti se te olvida que eres el Presidente - contesto Olivia ganándose una mirada filosa por parte del hombre.
- Olivia - susurró el hombre - No sabes cuánto te desprecio, ¿Cuándo es tu próxima visita al Médico? necesito que te embaraces pronto, es una tortura tocarte, es una tortura saber que estás cerca de mí.
- Pues te aguantas, te recuerdo que tú me obligaste a esto.
- Tuve un acto caritativo, sabía que tú siempre me quisiste, solamente te cumplí el sueño, porque en definitiva tú nunca estarás a mi altura, eres muy poca cosa, eres una mala mujer.
- Eso fue hace años Aidan, los sentimientos cambian y los que yo albergue por ti en algún momento se perdió en los recuerdos de la juventud.
Aidan no entendía por qué las palabras de Olivia lo estaba molestando
- Y otra cosa, pon más de tu parte si quieres un heredero porque a estas alturas no sé cuál de los dos entre tú y mi hermana tienen problemas para concebir un hijo porque llevamos más de 40 días teniendo intimidad y como están las cosas tampoco eres tan bueno.
- Olivia Dacosta - Rugió Aidan Dumonts enojado acercándose a la mujer que por instinto retrocedió, Aidan la miraba como si fuera a matarla en ese preciso momento.