Te pido la Mano En Mi Boda
img img Te pido la Mano En Mi Boda img Capítulo 2
3
Capítulo 3 img
Capítulo 4 img
Capítulo 5 img
Capítulo 6 img
Capítulo 7 img
img
  /  1
img

Capítulo 2

El silencio se rompió.

Todos los invitados me miraban como si estuviera loca.

Mateo dejó su copa, sus ojos oscuros fijos en mí. Un destello de sorpresa cruzó su rostro, pero fue reemplazado rápidamente por una emoción que no pude descifrar.

"¿Estás segura, Isabela?"

Su voz era grave y ronca.

"Más segura que nunca", respondí sin dudar.

La madre de Javier se levantó de un salto, su rostro deformado por la ira.

"¡Isabela! ¿Qué estás haciendo? ¡Estás avergonzando a la familia Mendoza! Javier volverá. ¡Sofía es tu hermana, es normal que se preocupe por ella!"

Me reí.

"¿Normal? ¿Dejar a su novia en el altar es normal? En ese caso, no quiero esta 'normalidad'".

Mi padre se acercó, su rostro rojo de furia.

"¡Cállate! ¡Vuelve al altar ahora mismo! ¡No me avergüences!"

"La persona que me está avergonzando es Javier, no yo", dije fríamente. "Y tú, padre, que permites que su hija sea humillada de esta manera".

"¡Tú...!"

Mi padre levantó la mano para abofetearme.

Pero Mateo se movió más rápido.

Se levantó y se interpuso entre mi padre y yo, agarrando la muñeca de mi padre con fuerza.

"Señor Vargas", dijo Mateo con una voz peligrosamente tranquila. "No creo que sea una buena idea ponerle una mano encima a mi futura esposa".

La palabra "esposa" hizo que mi padre temblara de rabia.

"¡Futura esposa! ¡Un playboy como tú! ¡Nunca lo permitiré!"

"No necesito tu permiso", dije, mirando a mi padre sin miedo. "He vivido bajo tu control toda mi vida. Ya no más".

Me volví hacia los invitados, mi voz llenando el salón.

"Todos ustedes piensan que estoy loca. Que estoy actuando por despecho. Pero déjenme contarles la verdad que viví".

Respiré hondo.

"En mi vida pasada, me casé con Javier. Nuestro matrimonio fue un infierno. Él nunca me tocó, nunca me miró con amor. Su corazón siempre estuvo con Sofía".

"Cuando di a luz a nuestro hijo, tuve complicaciones. Estuve a punto de morir. Lo llamé, le rogué que viniera. ¿Saben dónde estaba? Estaba en la tumba de Sofía, conmemorando el aniversario de su muerte".

Las lágrimas corrían por mi rostro, pero no de tristeza, sino de una ira fría y antigua.

"Fue Mateo quien me encontró. Fue Mateo quien donó sangre para salvarme. Fue Mateo quien cuidó de mi hijo cuando yo no podía".

"Años después, nuestra casa se incendió. Quedé atrapada. Javier estaba fuera, en un viaje de negocios para comprar un viñedo que quería nombrar en honor a Sofía".

"Llamé a Javier, pero no respondió. Fue Mateo quien entró en las llamas para salvarme a mí y a mi hijo. Él me sacó, pero... él no logró salir".

Un sollozo se me escapó.

"Javier es un cobarde y un egoísta. Mateo fue mi verdadero protector. Ahora, en esta vida, elijo al hombre que realmente me valora".

Miré a Mateo, cuyos ojos estaban rojos.

"Mateo, ¿aceptas?"

Él tomó mi mano, su agarre firme y cálido.

"Sí", dijo, su voz quebrada por la emoción. "Sí, me casaré contigo".

Mi padre gritó.

"¡Si te casas con este hombre, ya no eres mi hija! ¡Te desheredo!"

"Bien", respondí, sintiendo un peso quitarse de mis hombros. "Nunca quise nada de ti de todos modos".

Le di la espalda a mi familia, a mi pasado, y tomé la mano de Mateo.

Juntos, salimos del salón, dejando atrás el caos y comenzando nuestra nueva vida.

                         

COPYRIGHT(©) 2022