Capítulo 8 Capítulo 8

Elizabeth Liang fue al hospital con James Lu, ni siquiera sabía por qué lo siguió. Quizás simplemente ya no tenía nada de qué preocuparse.

El médico era una mujer de unos cuarenta años, miró la frente y los ojos hinchados de Elizabeth, luego vio a James y le preguntó:"¿Te ha pegado?"

Elizabeth movió los labios, pero no dijo nada, solo negó con la cabeza.

James volteó la mirada al escuchar eso y dijo: "¿Crees que es el momento apropiado para hacer este tipo de preguntas?"

La doctora lo miró con desprecio y dijo: "Oye, ¿me estás gritando? Después de golpear a tu novia".

"No, doctora lo entendió mal, usted.", James quería decir algo más, pero su teléfono sonó al mismo tiempo, cuando lo sacó vio el nombre en la pantalla y su expresión cambió, luego se acercó a Elizabeth para decirle: "Tengo que contestar" y salió del lugar.

"¿Está teniendo una aventura ? ¿Por qué no contesta el teléfono delante tuyo?", dijo la doctora moviendo la cabeza. Elizabeth no quería hablar, pero ¿esta mujer no era demasiado entrometida?

"Realmente lo ha malentendido todo, él y yo somos simplemente ... desconocidos. Me trajo aquí para ayudarme, no es lo que piensa", mencionó Elizabeth.

Cuando dijo la palabra "desconocidos", hizo una pausa. Eran extraños, ¿verdad? Después de todo, ella no sabe nada de él más que su nombre, pero tal vez sean más que eso, ya que lo que pasó entre ellos ...

La doctora parecía estar un poco avergonzada y trató de disimularlo diciendo: "Supongo que todavía hay buenas personas en este mundo". Luego dejó de hablar y se centró en la herida de la frente.

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James se paró en la esquina de las escaleras y encendió un cigarrillo mientras miraba el teléfono que tenía en la mano, no sabía si debía contestar. Después de unos minutos, el teléfono dejó de sonar, se sintió decepcionado ya que ella nunca le tuvo paciencia.

Terminó el cigarrillo que tenía en la mano y al darse la vuelta el teléfono volvió a sonar, seguía siendo el mismo nombre con el mismo número. Esta vez sonrió levemente, ayer ella lo había dejado plantado, acaso estaba tratando de enmendar las cosas.

"Aló", contestó James con altas expectativas.

"James, ¿estás ocupado?", una dulce voz femenina sonó desde el otro extremo del teléfono.

"No lo estoy", respondió él.

"Lamento lo de ayer..."

Cuando escuchó su voz, la ira de James se desvaneció, sacó otro cigarrillo y le dijo: "Bueno, entonces piensa en cómo vas a compensarlo. ¿Qué tal si me llevas a ese nuevo restaurante francés?"

"De acuerdo James, pero tienes que esperar un poco para que pueda invitarte al restaurante ... estoy con él ahora ..."

Los movimientos de James se detuvieron, sacó el cigarrillo de su boca y lo rompió, sintió una punzada en su corazón.

"¿Con él? ¿Qué quieres decir?", cuestionó James.

La mujer al otro lado del teléfono sonaba muy alegre y dijo: "James, después de tantos años, finalmente ... fui a un hotel con él hoy".

James quería reírse, así que sacó otro cigarrillo, pero el mechero parecía estar malogrado. Tuvo que presionarlo varias veces para encenderlo. Dio una fuerte calada al cigarrillo haciendo que su buen humor se desvanezca por completo, luego preguntó con frialdad: "¿Y?"

"Lo siento, no pude cumplir nuestra promesa. Él es el único para mí ..."

¡Joder! James intentó evitar tirar el teléfono con todas sus fuerzas.

"¿Él es el único?", cuestionó casi gritando por su enojo: "¿Qué hay de mí? Ayer aceptaste mi propuesta, ya se lo dije a mis padres y están eligiendo el día para nuestra la boda. ¿Y ahora me dices que estás con otro hombre?"

"James, lo siento ... tú ... encontrarás otra chica con quien casarte ... James, ¿me estás escuchando?"

"¿Encontrar otra chica con quien casarme?", cuestionó James terminando el cigarrillo con un par de aspiraciones, luego se rio entre dientes y respondió: "Bien, como quieras". Colgó el teléfono con fuerza pensando en los últimos días que había pasado con la mujer y no pudo evitar reírse a carcajadas. Después de un largo rato, golpeó fuertemente el teléfono contra el suelo haciendo que se rompa en mil pedazos al igual que su corazón.