Los Trillizos Genios del CEO
img img Los Trillizos Genios del CEO img Capítulo 2 Encuentro inesperado
2
Capítulo 6 Mamá poco confiable img
Capítulo 7 Beso img
Capítulo 8 Secuestrador img
Capítulo 9 El hijo del enemigo img
Capítulo 10 Escuchas clandestinas img
Capítulo 11 Agenda oculta img
Capítulo 12 Pregunta grosera img
Capítulo 13 En culpa img
Capítulo 14 Berrinche img
Capítulo 15 Una oportunidad img
Capítulo 16 Tabú img
Capítulo 17 Fútbol img
Capítulo 18 Pequeño diablo img
Capítulo 19 Volver a su posición img
Capítulo 20 Resultado de la prueba img
Capítulo 21 Noah triste img
Capítulo 22 Seducir img
Capítulo 23 Advertencia img
Capítulo 24 Arrodillarse img
Capítulo 25 Esperanza img
Capítulo 26 El hombre más destacado img
Capítulo 27 Adiós al pasado img
Capítulo 28 Mujer loca img
Capítulo 29 Derrotada img
Capítulo 30 Accidente automovilístico img
Capítulo 31 Mujer estúpida img
Capítulo 32 Esposa img
Capítulo 33 Asqueroso img
Capítulo 34 No se lo digas a karen img
Capítulo 35 Una mujer en la casa de ethan img
Capítulo 36 ¿Lo has olvidado img
Capítulo 37 Expulsado img
Capítulo 38 Hora de la venganza img
Capítulo 39 Misterio resuelto img
Capítulo 40 Mente sucia img
Capítulo 41 Mejor amiga img
Capítulo 42 Me gustas img
Capítulo 43 Abuelos img
Capítulo 44 Dos noah img
Capítulo 45 Sospechas img
Capítulo 46 Cita a ciegas img
Capítulo 47 Combinación perfecta img
Capítulo 48 Mi hombre img
Capítulo 49 Su aprobación img
Capítulo 50 Casi lo logro img
Capítulo 51 Genuinamente enamorado img
Capítulo 52 Una aventura img
Capítulo 53 Sin apetito img
Capítulo 54 Plagio img
Capítulo 55 Ladrona img
Capítulo 56 Titulares img
Capítulo 57 Enfermas img
Capítulo 58 ¿Qué misterio img
Capítulo 59 Nick está jugando una mala pasada img
Capítulo 60 Dos alexander img
Capítulo 61 Trillizos img
Capítulo 62 Un lobo con piel de oveja img
Capítulo 63 La astuta karen img
Capítulo 64 La amistad termina aquí img
Capítulo 65 Te ayudaré img
Capítulo 66 Te necesito img
Capítulo 67 No mires img
Capítulo 68 Fotos img
Capítulo 69 Palabras hirientes img
Capítulo 70 Expuesto img
Capítulo 71 Yo no soy alexander img
Capítulo 72 Mi hijo img
Capítulo 73 Preocupación sin fin img
Capítulo 74 Hijo adoptivo img
Capítulo 75 Relación indecible img
Capítulo 76 La guarida del tigre img
Capítulo 77 El plan cambió img
Capítulo 78 Lástima img
Capítulo 79 Ladrón gritando ladrón img
Capítulo 80 Echar la culpa img
Capítulo 81 Mala señal img
Capítulo 82 Pérdida de tiempo img
Capítulo 83 Desagradecida img
Capítulo 84 No hay preocupación img
Capítulo 85 Coartada img
Capítulo 86 Evidencia img
Capítulo 87 Revelando la verdad img
Capítulo 88 El verdadero culpable img
Capítulo 89 Posesivo img
Capítulo 90 Mami img
Capítulo 91 ¿Dónde está mi hermano img
Capítulo 92 Cancelar la boda img
Capítulo 93 Mimada img
Capítulo 94 Dos hermanos img
Capítulo 95 A papá no le gusta charlotte img
Capítulo 96 Yo seré tu papi img
Capítulo 97 Borrador de diseño img
Capítulo 98 Razón img
Capítulo 99 Huyendo de casa img
Capítulo 100 Deidad img
img
  /  2
img

Capítulo 2 Encuentro inesperado

Durante el banquete, Samantha había bebido un poco de más y se levantó para ir al baño.

Al salir, se topó con una figura pequeña y familiar en el pasillo, mirando a su alrededor.

El niño parecía tener apenas cuatro o cinco años, pero su rostro podía encantar a cualquiera. Sus ojos eran negros como el carbón y brillantes, su nariz pequeña y recta, y sus labios rosados como un durazno. Parecía un modelito salido de una revista.

Samantha frunció el ceño, molesta, y se acercó.

-Alexander Miller, ¿qué haces aquí? ¿No les dije a ti y a tu hermana que se esperaran en casa? ¿Y si pasara algo peligroso? ¿Dónde está tu hermana?

El rostro de Noah, tan tierno, se tensó al instante. Sus labios rosados se apretaron en una línea, mostrando una madurez inusual en un niño de su edad.

-¡Tus trucos están pasados de moda! -respondió con frialdad.

Samantha se quedó perpleja.

-¿Qué?

Noah replicó sin mirar atrás:

-¿Quieres-que lo abandones? A mi papá nunca le gustaría una mujer como tú que no se respeta.

Dicho esto, salió corriendo y desapareció en el pasillo.

-Hmph...

No pudo evitar soltar una risita.

Resulta que su hijo no solo se había escapado, ¡sino que además la acusaba de no respetarse!

¿El pequeño travieso estaba manifestando rebeldía?

Pero al pensarlo bien, algo no cuadraba. Su hijo era conocido por ser inquieto y demandante. Normalmente, al verla, se lanzaba a sus brazos, embadurnándola de caricias.

Pero hoy estaba serio y distante, como si hubiera cambiado por completo.

Samantha dio un paso firme, corrió tras él y lo levantó en brazos.

-¿Qué haces? ¡Suéltame! -protestó Noah, con el ceño fruncido y expresando desconfianza.

Al ver su rostro tan formal y serio, Samantha no sintió enojo: ¡sintió ternura! Y le plantó un beso en la mejilla.

-Eres un pillo... ¡pero me encanta cómo te ves!

-¡Tú...!

Noah, sintiéndose intimidado, se puso a punto de estallar de furia, pero Samantha lo estrechó dulcemente.

-Ya terminé lo mío, volveré con ellos, saludaré, y luego nos vamos juntos a casa.

El rubor tiñó las mejillas de Noah. Justo cuando iba a resistirse, un ligero aroma flotó ante él. Se quedó sorprendido y lo inhaló profundamente.

Era un olor tan familiar y reconfortante que le produjo una paz repentina. Incluso deseó quedarse más tiempo en sus brazos.

Ni siquiera su madre biológica, Suzy, lo hacía sentir así.

Samantha no notó su reacción y lo llevó al salón privado.

Las presentes la miraron con curiosidad al verla entrar con un niño.

-Les presento a mi hijo, Alexander, aunque lo llamamos Alex -explicó con una sonrisa.

Hacía cuatro años que había perdido a su hijo al nacer y solo le había quedado su hija, Charlotte. Por casualidad, encontró al pequeño Alexander siendo apenas un bebé y, en cuanto lo vio, le recordó a su hijo fallecido. Aunque estuvo al límite en aquel momento, lo adoptó sin dudar.

Luego dejó la capital con ambos niños y pasó el tiempo.

Durante estos cuatro años, se habían apoyado unos a otros. Ella lo crió como a su propio hijo, y Alexander creció creyendo que él y Charlotte eran mellizos, desconociendo la verdad.

Al escuchar la presentación, todas se quedaron boquiabiertas.

No podían creer que Lila, esa veinteañera, ¡tuviera un hijo tan grande!

Samantha ignoró las miradas curiosas y se dirigió a Wendy.

-Quiero reunirme personalmente con Ellena Steele para presentarle un plan concreto. Organiza una cita, por favor.

Las palabras de Samantha hicieron alzar una ceja a Noah. ¿Por qué quería ver a su tía? ¿Qué buscaba?

Wendy, que conocía bien el estilo directo de Samantha, asintió.

Después de terminar la conversación, Samantha, preocupada por su hija que la esperaba en casa, intercambió algunas cortesías más antes de marcharse.

Había bebido un poco de más, así que decidió contratar a un conductor designado.

Reclinada en el asiento del auto, se masajeaba las sienes que le latían levemente, y como cualquier madre preocupada, empezó a hablar sin parar.

-Alex, te perdono por hoy. Pero no vuelvas a andar por ahí solo. Apenas tienes cuatro años, y afuera hay muchos peligros. ¿Y si te encuentras con alguien malo? He trabajado tan duro para criarte hasta ahora. Si te llegara a pasar algo, yo...

Antes de que pudiera terminar, una voz grave y serena la interrumpió:

-¿Por qué quieres ver a Ellena Steele?

Samantha, sin sospechar nada, respondió con naturalidad:

-La boda de Ellena es en medio año. Estoy planeando diseñar su joyería de boda. Si no la conozco en persona, ¿cómo voy a saber lo que quiere?

Noah asintió lentamente, pero sus ojos seguían fijos en el rostro de Samantha, repletos de duda.

¿Quién era realmente esta mujer?

¿Por qué lo confundía con su hijo?

¿Qué clase de madre no reconocería a su propio hijo?

A menos que... se parecieran tanto, tanto... que ni siquiera los más cercanos pudieran notar la diferencia.

Samantha sintió su mirada intensa, como si llevara una fuerza invisible. Frunció el ceño, algo confundida. Una sospecha fugaz cruzó su mente, pero el efecto del alcohol era demasiado fuerte. Su cabeza daba vueltas, y no pudo retener ningún pensamiento claro antes de que se desvaneciera.

Media hora después, llegaron a su destino.

Samantha sostenía la pequeña mano de Noah mientras caminaban por los senderos de piedra del conjunto residencial.

Noah se detuvo de pronto, con expresión urgente.

-Tengo que hacer pipí.

-Aguanta un poco más, ya casi llegamos a casa -respondió Samantha.

El rostro de Noah se arrugó con incomodidad.

-No... no puedo aguantar.

Resignada, Samantha señaló hacia una estructura detrás de una montaña artificial no muy lejos.

-Hay un baño detrás de esa montaña. Ve tú solo, yo te espero aquí.

Noah asintió y corrió hacia allá.

Samantha se quedó esperando.

Un minuto...

Dos minutos...

...

Pasaron cinco minutos.

Noah aún no salía.

Samantha, preocupada de que algo le hubiera pasado, lo llamó suavemente:

-¿Alexander?

No hubo respuesta desde detrás de la montaña falsa.

La ansiedad le recorrió el pecho. Justo cuando estaba por acercarse a buscarlo, una voz familiar sonó a sus espaldas:

-Mami...

            
            

COPYRIGHT(©) 2022