Luna Salvaje : La locura del Alfa
img img Luna Salvaje : La locura del Alfa img Capítulo 1 Aroma de peligro
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Capítulo 6 Entre dos Alfas img
Capítulo 7 Aprender a confiar img
Capítulo 8 Despertar img
Capítulo 9 Amanecer Salvaje img
Capítulo 10 Ecos de la luna rota img
Capítulo 11 Verdades que arden img
Capítulo 12 Trono terrenal img
Capítulo 13 El velo de la luna img
Capítulo 14 Luna de hiel img
Capítulo 15 La enemiga equivocada img
Capítulo 16 Sombras del pasado img
Capítulo 17 Amor de fuego img
Capítulo 18 Regalo de bodas img
Capítulo 19 Sombras desatadas img
Capítulo 20 Como marido y mujer img
Capítulo 21 La caja de Pandora img
Capítulo 22 Bajo el cielo dorado img
Capítulo 23 La muerte roja img
Capítulo 24 La venganza del bastardo img
Capítulo 25 Renacer de las cenizas img
Capítulo 26 Tras puertas cerradas img
Capítulo 27 Los caminos del destino img
Capítulo 28 El aullido del silencio img
Capítulo 29 Hijas del silencio img
Capítulo 30 Reina de los escombros img
Capítulo 31 Gámbito de luna img
Capítulo 32 Sombras que respiran img
Capítulo 33 Tan cerca y tan lejos img
Capítulo 34 El alma de la fiesta img
Capítulo 35 Una flor salvaje img
Capítulo 36 Boda de plata y carmín img
Capítulo 37 El momento perfecto img
Capítulo 38 Lobos y serpientes img
Capítulo 39 Camino al infierno img
Capítulo 40 Verdades prohibidas img
Capítulo 41 Vacío despiadado img
Capítulo 42 Todos no somos iguales img
Capítulo 43 Cómo el fénix img
Capítulo 44 Juego de pasión img
Capítulo 45 Monstruos inhumanos img
Capítulo 46 Bautismo de fuego img
Capítulo 47 Regalos de bienvenida img
Capítulo 48 Amor de madre img
Capítulo 49 Mundo de sombras img
Capítulo 50 Errores del pasado img
Capítulo 51 El baile de inverno img
Capítulo 52 De amor y odio img
Capítulo 53 Bailar con el diablo img
Capítulo 54 El beso del Alfa img
Capítulo 55 Canción de la luna llena img
Capítulo 56 Una gran familia feliz img
Capítulo 57 Un nuevo alfa img
Capítulo 58 Secretos en el polvo img
Capítulo 59 El lobo en las sombras img
Capítulo 60 Tu lugar en el mundo img
Capítulo 61 Amores torcidos img
Capítulo 62 Amor al miedo img
Capítulo 63 La fiesta del siglo img
Capítulo 64 La reina de la noche img
Capítulo 65 Pequeños grandes pasos img
Capítulo 66 Amor de madre img
Capítulo 67 El momento exacto img
Capítulo 68 Contando estrellas img
Capítulo 69 Fe ciega img
Capítulo 70 Esclavos de la Luna img
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Luna Salvaje : La locura del Alfa

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Capítulo 1 Aroma de peligro

Un grito, un golpe seco y luego nada más que absoluta oscuridad. Escucho un corazón latiendo con fuerza, casi a punto de estallar; está cerca, lo siento en mi pecho, pero no es el mío. Las ramas me arañan piel y una ola de cabello, negro y espeso se enreda en mi rostro. Me llevan en brazos. Corremos, no puedo ver con claridad, pero sé que nos siguen. Alguien o algo. Otro grito, un gruñido, una luz y despierto otra vez en mi cama. Empapada en sudor, agitada y temblorosa. He tenido el mismo sueño por quince años, ahora ya sé lo que significa.

Me compongo frente al espejo y miro el reloj. Ya son las ocho. El bar abrirá pronto y hoy es mi primer día.

No me hace ilusión trabajar entre esta gente, en un pueblo extraño a kilómetros de mi hogar, o lo que creía mi hogar, empañado ahora con el recuerdo de las mentiras de mi infancia. Aquellos no eran mis padres, ni esa mi casa, ni yo una niña normal como tanto se esforzaron en hacerme creer.

Si trabajar en este sitio, soportando a borrachos escandalosos era lo que necesitaba para aprender de mis padres bilógicos, de su historia, y de mí, de lo que era; no iba a dejar que nada se interpusiera en mi camino, no siquiera mis propios miedos.

La noche llegó y enseguida descubrí que estaba en lo cierto; pasar horas entre el hedor de aquelllos hombres peludos, navegando entre sus halagos babosos me dejaba escuchar conversaciones, normalmente inútiles, con la esperanza de encontrar algo, un nombre, una historia, que me diera un punto de partida, un lugar donde comenzar.

- !Otra cerveza, mamita! - el golpe estremeció la barra y la espuma rancia que quedaba en la jarra se derramó por la madera.

- En un minuto-. Contesté poniendo una botella de whisky sobre la bandeja.

- ¡Ahora mismo perra! - Pretendí no oírlo y seguí mi camino hacia la mesa con la bandeja llena de vasos y el whisky - Oye, ¿ eres sorda o acaso no sabes quien soy yo?

El tacto de su mano callosa en mi hombro me hizo estremecer. Intenté desprenderme pero me zarandeó con fuerza haciéndome soltar la bandeja, el vasos se volvieron trozos afilados en el suelo y todo el bar se volvió silencioso.

- ¡Qué perra tan torpe! Necesitas aprender como son las cosas aquí.

- Sueltáme -. Intenté zafarme en vano.

Su risa estruendosa rebotó a mi alrededor.

- Tienes agallas, me gustas. Ven, hablemos a solas.

No me averguenza decir que sentí el terror más profundo cuando comenzó a halarme hacia el cuarto de servicios y busqué, desesperada, cualquier ayuda entre los presentes. Cada uno de ellos bajó la vista al suelo, evitando mi mirada. Supe que estaba sola y que solo podía contar conmigo misma. Entonces lo escuché a mis espaldas. Primero fue un susurro.

- Lucian - Luego un grito - ¡Lucian! - La bestia me soltó de golpe , y se dio la vuelta. Su expresión había cambiado por completo. Estaba pálido, podría jurar que era miedo lo que veía en su mirada.

- Kael...

- ¿ Qué crees que haces Lucian? - La voz venía de una esquina oscura en el fondo del bar.

- Es solo una humana, pequeña e insignicante.

- Oh, mi querido y estúpido Lucian.

La bestia tragó en seco, retrocedí intentando recuperar el aliento, y entonces lo vi. Los demás se hacían a un lado para abrirle paso.

Alto, imponente, con hombros anchos y cuerpo esculpido a base de fuerza y disciplina, su sola presencia emanaba poder. Su piel era ligeramente bronceada, curtida por el sol y la vida salvaje, y sus músculos se marcaban bajo la camiseta negra y la chaqueta de cuero gastada.

El cabello oscuro, negro como la noche sin luna, caía en mechones desordenados sobre su frente, dándole un aire rebelde y peligrosamente atractivo. Pero eran sus ojos lo que más intimidaba y fascinaba a la vez: grises, fríos como la tormenta, cargados de secretos, ferocidad y una culpa que parecía tatuada en su mirada.

Su mandíbula definida y la barba de varios días acentuaban su masculinidad, mientras que líneas de tatuajes asomaban desde su cuello y se perdían bajo la ropa, símbolos antiguos que susurraban sobre su herencia y su rol. Kael caminaba como un depredador en su territorio, cada movimiento calculado, elegante, y cargado de la amenaza latente de alguien que podría destrozarte... o protegerte... con la misma intensidad.

Se detuvo frente a él, Lucian bajó la mirada.

- Creo que es hora de que te vayas a dormir.

Lucian gruñó y salió del bar azotando la puerta.

Kael ladeó la cabeza, olfateando sutilmente el aire. Su expresión se tensó.

-Eres nueva -dijo con voz grave.

-Trabajo aquí -respondí y me apresuré hacia la barra.

Kael se acercó sus movimientos fluidos, peligrosos, como un lobo acechando a su presa.

-Tu olor... -sus ojos brillaron con un destello salvaje-. Eres mucho más que una simple humana. ¿ Cómo te llamas?

Mi corazón se detuvo un segundo.

-Isela y no sé de qué hablas.

Kael apoyó las manos grandes y fuertes sobre la barra, acercándose. El calor de su cuerpo la envolvía, intoxicante.

-Sabes perfectamente de qué hablo... loba.

Mi pecho se apretó con sus palabras. Por un momento nos quedamos en silencio, el uno perdido en los ojos del otro. Todo a nuestro alrededor parecía desaparecer, hasta que la puerta del bar se abrió de golpe.

- Kael...

Una voz dulce se escuchó y Kael se apartó de la barra.

- Lyana - El aura indomable de Kael parecía doblegarse de alguna forma ante la presencia de aquella mujer de ojos dorados y cabello negro.

Ella se acercó, puso la mano en su pecho y le susurró algo al oído, luego se giró hacia mi.

- y tú... ¿quién eres?

- Ise...

- Nadie, no es nadie. - Kael me interrumpió tomándola por la cintura.

Lyana sonrió sin separar sus ojos de mi.

- Tienes razón, mi amor. No es nadie.

            
            

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