Colby besó los diminutos pies de Anna, pero se obligó a salir de la habitación, dejando su bolsa llena de joyas con decisión.
"Vende las joyas cuanto antes. Sin certificados ni empaques, el precio será más bajo, pero no importa. Después de todo, cualquier pieza sola vale los ahorros de toda una vida para la mayoría de las personas. Encontraré tiempo para volver. Cuídate". Colby regresó a la mansión, justo a tiempo para encontrarse con Brenda, que acababa de salir del coche. La expresión de Brenda era de desagrado. "Salir en medio de la noche, ¿en qué estás pensando?"
Colby miró hacia el segundo piso. Brenda siguió su mirada, notando las figuras íntimas detrás de las cortinas, por lo que no dijo nada más.
Le entregó los papeles de divorcio. "Encuentra la manera de que Rubén lo firme y tráemelo".
Colby firmó su nombre y respondió: "No es necesario buscar una manera. Se puede hacer ahora".
Con eso, subió las escaleras. Rubén, interrumpido por el golpe, abrió la puerta con una expresión enfadada, que se suavizó al ver a Colby. Estaba a punto de hablar cuando ella le entregó el acuerdo. "Tengo el ojo puesto en un edificio. Solo firma aquí".
Para Colby, Rubén siempre había sido complaciente. El dinero nunca fue un problema para él. Lo que Colby quisiera, lo podía tener.
Después de firmar, Colby no le dedicó otra mirada y se dio la vuelta para irse.
Rubén tuvo un mal presentimiento. ¿No estaba Colby molesta en absoluto por él estar con otra mujer en la habitación? ¿O estaba demasiado decepcionada? ¿Se escondería en algún lugar para llorar después?
La idea de que Colby llorara le partía el alma a Rubén. Estaba a punto de cambiarse de ropa para consolarla, pero el encanto seductor de Lesly era demasiado difícil de resistir, y Rubén abandonó la idea.
De todos modos, aún quedaban más de quince días. Una vez que la salud de Colby se recuperara, ya no necesitaría a Lesly.
La celebración del primer mes llegó rápidamente, y Rubén fue el más feliz ese día. Por la noche, podría estar con Colby, y solo con la mujer que más amaba esos momentos tenían significado.
Durante el brindis, Rubén colocó públicamente una corona antigua en la cabeza de Colby y besó solemnemente el dorso de su mano frente a todos. "Colby, eres mi princesa para siempre".
La sala estalló en aplausos, maravillándose de su amor apasionado.
Colby mantuvo una sonrisa serena durante todo el tiempo, diciendo a Rubén: "Voy a cambiarme a un vestido a la altura de esta corona".
Sin esperar el acuerdo de Rubén, se dio la vuelta y se fue.
Rubén estaba desconcertado, habiendo esperado que Colby estuviera con los ojos brillantes y corriera hacia él al ver la corona. Pero luego se dio cuenta de que Colby había visto incontables tesoros, y su compostura actual solo profundizaba su fascinación. Así que decidió no darle más vueltas.
Colby llegó al jardín trasero donde el coche de Brenda ya la esperaba.
Al verla acercarse, Brenda advirtió: "Asegúrate de que realmente quieres esto. Si te arrepientes después de irte al extranjero, usaré todos los medios para impedir que regreses".
Colby se subió al coche rápidamente. "Eso es exactamente lo que quiero".
El coche se dirigió velozmente hacia el aeropuerto. Brenda la vio partir con determinación y esperó afuera por otra media hora. Cuando la aerolínea confirmó que el avión de Colby había despegado, hizo una llamada: "Elimina todos los registros de la presencia de Colby".