Esos pequeños momentos
img img Esos pequeños momentos img Capítulo 1 El primer encuentro
1
Capítulo 6 Momentos de reflexión img
Capítulo 7 La primera pequeña ayuda img
Capítulo 8 El primer desacuerdo img
Capítulo 9 Un paseo por el parque img
Capítulo 10 Descubriendo similitudes img
Capítulo 11 La cita inesperada img
Capítulo 12 Cocinando juntos img
Capítulo 13 Pequeños gestos img
Capítulo 14 Un pequeño favor img
Capítulo 15 La invitación a un evento img
Capítulo 16 Reflexiones sobre el amor img
Capítulo 17 Momentos solitarios img
Capítulo 18 La incertidumbre del futuro img
Capítulo 19 Un abrazo inesperado img
Capítulo 20 El primer te extraño img
Capítulo 21 Un malentendido importante img
Capítulo 22 Dudas sobre el futuro img
Capítulo 23 Desahogo emocional img
Capítulo 24 Un gesto que cambia todo img
Capítulo 25 Apoyo en tiempos difíciles img
Capítulo 26 El reto de la confianza img
Capítulo 27 Primer conflicto serio img
Capítulo 28 La importancia de los detalles img
Capítulo 29 Un paseo nocturno img
Capítulo 30 Superando barreras personales img
Capítulo 31 La complicidad crece img
Capítulo 32 Un pequeño regalo img
Capítulo 33 Reencuentro con el pasado img
Capítulo 34 La primera declaración de amor img
Capítulo 35 La vida cotidiana juntos img
Capítulo 36 Un día sin palabras img
Capítulo 37 Lluvia y refugio img
Capítulo 38 Un fin de semana de escapada img
Capítulo 39 Creciendo a través de los desacuerdos img
Capítulo 40 Construyendo recuerdos img
Capítulo 41 La conversación sobre el futuro img
Capítulo 42 Decisiones importantes img
Capítulo 43 Un momento de vulnerabilidad img
Capítulo 44 Un gesto inesperado de amor img
Capítulo 45 La vida no siempre es fácil img
Capítulo 46 Un día normal, pero especial img
Capítulo 47 El primer te quiero img
Capítulo 48 Celebrando los logros juntos img
Capítulo 49 El compromiso silencioso img
Capítulo 50 Aprendiendo a compartir responsabilidades img
Capítulo 51 Planificando el futuro juntos img
Capítulo 52 Momentos difíciles, pero unidos img
Capítulo 53 Un viaje juntos img
Capítulo 54 Pequeños hábitos que los unen img
Capítulo 55 Superando miedos compartidos img
Capítulo 56 Un día inesperado img
Capítulo 57 Creciendo como pareja img
Capítulo 58 La importancia de los pequeños gestos img
Capítulo 59 Un compromiso a largo plazo img
Capítulo 60 La aceptación de los defectos img
Capítulo 61 Momentos tranquilos juntos img
Capítulo 62 El valor de lo cotidiano img
Capítulo 63 El primer obstáculo grande img
Capítulo 64 Superando juntos img
Capítulo 65 La rutina se convierte en algo especial img
Capítulo 66 El amor en los pequeños detalles img
Capítulo 67 Reflexiones sobre el amor img
Capítulo 68 La familia y los amigos img
Capítulo 69 El primer aniversario img
Capítulo 70 El futuro compartido img
Capítulo 71 La propuesta img
Capítulo 72 La aceptación mutua img
Capítulo 73 Planificando su vida juntos img
Capítulo 74 Superando el miedo al futuro img
Capítulo 75 El amor en su forma más pura img
Capítulo 76 La boda img
Capítulo 77 Viviendo juntos img
Capítulo 78 Creciendo como individuos y pareja img
Capítulo 79 La felicidad diaria img
Capítulo 80 El amor sigue evolucionando img
Capítulo 81 Superando cualquier obstáculo img
Capítulo 82 El poder de los pequeños momentos img
Capítulo 83 La paz en su relación img
Capítulo 84 El futuro es brillante img
Capítulo 85 Un amor que sigue creciendo img
img
  /  1
img
img

Esos pequeños momentos

susannavarreteu
img img

Capítulo 1 El primer encuentro

El sol comenzaba a descender lentamente sobre la ciudad, tiñendo el cielo de un tono naranja cálido. En el parque, el sonido de los pájaros y el bullicio de la gente creaban una atmósfera tranquila y acogedora. Era un día común, pero para Clara, el inicio de algo nuevo.

Había decidido unirse a un proyecto comunitario de jardinería urbana, una iniciativa para embellecer los espacios públicos de la ciudad. Clara no era precisamente una experta en plantas, pero siempre había tenido una fascinación por ellas. De alguna manera, sentía que el cuidar de algo tan sencillo y natural podía traerle paz en medio del caos cotidiano. Y además, era una excelente manera de empezar a salir un poco más de su zona de confort.

La tarea de ese día era sencilla: plantar flores alrededor de un banco de madera antiguo, situado cerca de un pequeño estanque. Clara llegó temprano, con las manos libres y un par de guantes de jardinería que había comprado en una tienda local. Mientras acomodaba su mochila sobre el césped, observó a los demás voluntarios llegar poco a poco. Algunos se saludaban entre sí, otros simplemente se agrupaban al azar, listos para trabajar.

Fue entonces cuando lo vio.

Él no parecía diferente al resto, pero algo en su actitud llamó su atención. Estaba en el borde del grupo, mirando a su alrededor con una ligera sonrisa en el rostro, como si estuviera disfrutando del momento sin prisa por comenzar. Su camiseta de color verde claro y unos pantalones cortos lo hacían parecer completamente ajeno a la rutina diaria de la oficina, algo que Clara apreciaba.

Decidió acercarse a él, aunque no sabía bien qué decir. No era especialmente tímida, pero en estos escenarios siempre le costaba encontrar el primer tema de conversación. Se ajustó los guantes y, con una sonrisa nerviosa, se le acercó.

-Hola, ¿también eres nuevo por aquí? -preguntó, intentando sonar casual.

El joven levantó la vista y la miró con una expresión de sorpresa, como si no se hubiera percatado de su presencia hasta ese momento.

-Oh, sí -respondió con una sonrisa amplia-. Es mi primera vez, no tengo ni idea de cómo plantar flores, pero me parecía divertido. ¿Tú ya has hecho esto antes?

Clara rió suavemente, sintiéndose aliviada por su tono relajado.

-No, yo tampoco tengo mucha experiencia -admitió-. Pero supongo que todos estamos aquí para aprender. Aunque, honestamente, lo único que sé es que no quiero matar las plantas.

Él soltó una risa contagiosa que hizo que Clara se sintiera más cómoda, como si la conversación fuera a fluir sin esfuerzo.

-Eso suena a un buen punto de partida -dijo, mientras recogía una pala y la sostenía como si estuviera evaluando su tamaño-. ¿Te gustaría que te enseñara cómo plantar estas margaritas? Yo tampoco tengo ni idea, pero puedo intentarlo.

Clara asintió, divertida por su actitud tan relajada, y decidieron empezar a trabajar juntos. Mientras él cavaba pequeños agujeros en la tierra con una pala, Clara fue colocando las flores con cuidado, asegurándose de que estuvieran bien alineadas. Las risas y bromas entre ellos empezaron a salir casi sin darse cuenta, compartiendo anécdotas sobre trabajos anteriores y sus escasas habilidades con las plantas.

-No sé por qué, pero siempre termino matando las plantas -dijo Clara con una sonrisa, mientras le pasaba una maceta con flores a él.

-¿En serio? -respondió él, incrédulo-. Bueno, entonces estamos en el lugar indicado. Hoy vamos a hacer que esas flores sobrevivan.

A medida que pasaban los minutos, el sol seguía bajando y la luz se volvía más suave, dándole a todo una sensación cálida y apacible. Clara no sabía si era la atmósfera del lugar o el hecho de que nunca había tenido una conversación tan fácil con alguien en mucho tiempo, pero estaba disfrutando cada segundo. La tarde parecía estar hecha para ellos.

-Me llamo Clara, por cierto -dijo, después de un rato, sintiendo que era el momento adecuado para hacer una pequeña presentación.

-Yo soy Andrés -respondió él, extendiéndole la mano con una sonrisa.

Ambos se dieron la mano, el contacto fugaz pero cálido.

-Así que, ¿qué te motivó a unirte a este proyecto? -preguntó Andrés mientras recogía otra maceta.

Clara lo pensó por un momento. No quería sonar demasiado profunda, pero algo sobre el ambiente del lugar la hacía sentirse abierta.

-Creo que necesitaba algo diferente, algo que me desconectara de la rutina. Estoy acostumbrada a la oficina, a los números, a la misma gente, todos los días. Esto... es algo completamente distinto, ¿sabes? No sé, hay algo en la naturaleza que me hace sentir más en paz. ¿Y tú?

Andrés asintió, como si comprendiera perfectamente lo que decía.

-Yo vengo de trabajar en una oficina todo el día, entre papeles y reuniones interminables. Mi hermana me insistió tanto para que viniera que terminé cediendo. Ahora, mirando este lugar, creo que tenía razón. Es agradable estar aquí, sin tener que pensar en deadlines ni presentaciones.

Ambos rieron de nuevo, esta vez compartiendo una complicidad silenciosa que parecía crecer con cada palabra que intercambiaban. Mientras continuaban trabajando, el ambiente de la ciudad parecía alejarse, como si solo existieran ellos dos en ese pequeño rincón de calma.

A medida que el día llegaba a su fin y el grupo comenzaba a recoger sus herramientas, Clara y Andrés se quedaron un poco más, terminando su tarea. Los últimos rayos del sol iluminaban las flores recién plantadas, que ahora parecían parte de un paisaje que, hasta ese momento, solo existía en las historias.

-Creo que hemos hecho un buen trabajo -comentó Clara, observando orgullosa el área que habían transformado.

-Lo hicimos -respondió Andrés, mirando también el resultado final-. Y aunque las flores no lo sepan, al menos nosotros sabemos que valió la pena.

Clara se echó a reír, apreciando la ligereza con la que Andrés veía la vida.

-Nos vemos la próxima vez, ¿no? -dijo él, comenzando a recoger sus cosas.

-Claro, espero que no te hayas desanimado por mi falta de experiencia -bromeó Clara.

-No te preocupes, no me harás sentir menos capaz de lo que ya me siento -respondió Andrés con una sonrisa pícara.

Ambos se despidieron con una sonrisa, sin saber que ese primer encuentro sería solo el comienzo de algo mucho más grande.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022