La traición de él, la promesa espectral de ella
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Capítulo 2

A la mañana siguiente, Damián la despertó con un beso suave.

-Sé que ayer me perdí nuestro aniversario por el trabajo -dijo, su voz ronca por el sueño y un arrepentimiento fingido-. Vayamos a algún lugar hoy. Solo nosotros dos. ¿Qué tal ese nuevo restaurante con estrellas Michelin, "Cielo"? Sé cuánto te gusta su menú de degustación.

Sofía sintió una oleada de náuseas. Cielo. Su nuevo lugar favorito. Pero sabía que esto era parte de la actuación que tenía que soportar durante las próximas tres semanas. Se encogió de hombros sin comprometerse.

Damián no esperó una respuesta real. Ya estaba fuera de la cama, sacando ropa del armario, vibrando con una energía que se sentía completamente falsa.

-Reservé todo el lugar para esta noche -agregó con una sonrisa orgullosa-. Solo para nosotros.

En el restaurante, fue la viva imagen de un esposo devoto. Le acercó la silla, pidió su champán favorito y discutió cada platillo con el chef que vino personalmente a su mesa. Todo el personal giraba a su alrededor, tratándolos como a la realeza. Sostuvo su mano sobre el mantel de lino blanco, su pulgar acariciando sus nudillos, como si temiera que pudiera escaparse en cualquier momento. La ironía era sofocante.

-Por nosotros -dijo, levantando su copa-. Por siempre.

Ya estoy perdida, Damián, pensó, las palabras un grito silencioso en su mente. Perdí el rumbo el día que te conocí.

Su presencia no pasó desapercibida, a pesar del restaurante vacío. Un paparazzi, probablemente avisado por el equipo de relaciones públicas de Damián, les tomó algunas fotos a través de la ventana. El titular ya se estaba escribiendo solo: "El multimillonario Damián Ferrer reserva restaurante Michelin para una cena romántica de aniversario con su esposa Sofía Herrera". Una adición perfecta a su perfecto cuento de hadas.

Sofía forzó una sonrisa y asintió. Damián, siempre el showman, la rodeó con el brazo por la cintura y la acercó, sonriendo para la cámara que sabía que estaba allí.

Después del plato principal, Sofía se disculpó.

-Ahora vuelvo -murmuró, necesitando un momento para respirar lejos de su sofocante actuación.

En el fresco mármol del baño de damas, se apoyó en el mostrador, su reflejo pálido y frágil. Sacó discretamente su teléfono, sus dedos volando por la pantalla por una curiosidad morbosa que no pudo reprimir.

Encontró lo que buscaba en la página de Instagram de Ximena Ortiz. La modelo había publicado hacía apenas una hora. Era una serie de fotos profesionales de ella, posando seductoramente dentro de este mismo restaurante, Cielo.

El pie de foto decía: "¡Mi novio es el mejor! Le dije que amaba este lugar, ¡así que compró el restaurante entero para mí! ¿Soy la chica más afortunada o qué? #ElMejorNovio #Consentida".

La mano de Sofía se entumeció. Este restaurante. El que Damián le había dicho que era una nueva "inversión inmobiliaria" para la empresa. Era un regalo para su amante.

La sección de comentarios de la publicación explotó con elogios aduladores.

"¡No te creo!", decía un comentario, pero fue rápidamente sepultado.

"¡Enséñanos la prueba!"

Ximena claramente había anticipado esto, fijando su propia respuesta en la parte superior. Era una foto de una escritura de propiedad impecable, sostenida en sus manos perfectamente cuidadas. El nombre del propietario era claramente visible, aunque borroso para sus seguidores. "¿Ven? ¿Ahora me creen?", había escrito.

El chat estalló.

"¡Dios mío! ¡Tu novio es más rico que Damián Ferrer!"

"Damián Ferrer solo le da joyas a su esposa. ¡Tu hombre te da un restaurante entero! ¡Eso es amor de verdad!"

De repente, apareció una notificación en la pantalla. Un nuevo comentario, instantáneamente fijado en la parte superior. Era de un nombre de usuario que reconoció con una sacudida nauseabunda: 'Amo_a_Ximena'.

El comentario en negrita decía para que todos lo vieran: "Claro que amo más a Ximena".

La publicación se sumió en el caos. Los espectadores se volvieron locos, gritando sobre el misterioso y increíblemente rico novio.

Ximena respondió al comentario con una serie de emojis de corazón, una vuelta de victoria presumida y satisfecha.

La mano de Sofía tembló. Miró la pantalla de su teléfono y luego hacia el comedor donde estaba sentado Damián. Él todavía miraba su propio teléfono, una leve sonrisa indulgente en sus labios, sus ojos llenos de un cariño enfermizamente familiar.

Era él. Él era 'Amo_a_Ximena'.

Estaba sentado allí, interpretando el papel del esposo perfecto, mientras declaraba públicamente su amor por otra mujer.

Sofía sintió que algo dentro de ella se rompía por completo. Un dolor agudo y físico le desgarró el pecho y, por un largo momento, no pudo respirar.

            
            

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