Laberinto de Mi Ex-Marido
img img Laberinto de Mi Ex-Marido img Capítulo 5 Renacimiento
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Capítulo 16 Dos años img
Capítulo 17 Se acabó img
Capítulo 18 Reembolso img
Capítulo 19 Publicación img
Capítulo 20 Calumnia img
Capítulo 21 Luke img
Capítulo 22 Viviendo juntos img
Capítulo 23 Janet img
Capítulo 24 Dramas online img
Capítulo 25 La reliquia img
Capítulo 26 Salir lastimado img
Capítulo 27 Cooperación img
Capítulo 28 Un encuentro img
Capítulo 29 Destrucción img
Capítulo 30 Segundas nupcias img
Capítulo 31 Amor y odio img
Capítulo 32 Demostración de amor img
Capítulo 33 La señora Gu img
Capítulo 34 Posers de pago img
Capítulo 35 Chantajeada img
Capítulo 36 Depresión img
Capítulo 37 Recuperación img
Capítulo 38 Amenaza img
Capítulo 39 Viaje img
Capítulo 40 Se emborrachó... img
Capítulo 41 Un accidente de automóvil img
Capítulo 42 Amigos de la infancia img
Capítulo 43 Jugando a ser sarcásticos img
Capítulo 44 Expulsión img
Capítulo 45 Compañía img
Capítulo 46 Embarazo img
Capítulo 47 Un nuevo titular img
Capítulo 48 Una conversación incómoda img
Capítulo 49 Citas a ciegas img
Capítulo 50 Una tertulia literaria img
Capítulo 51 Un vestido formal img
Capítulo 52 El regalo img
Capítulo 53 El novio de Yulia img
Capítulo 54 Una empresa de alquiler de autos img
Capítulo 55 Una empresa fantasma img
Capítulo 56 Los engaños del hombre img
Capítulo 57 La esposa img
Capítulo 58 Confianza img
Capítulo 59 La asistente temporal img
Capítulo 60 No puedes asistir img
Capítulo 61 La despedida img
Capítulo 62 Una pelea img
Capítulo 63 Una discusión img
Capítulo 64 Monitoreo img
Capítulo 65 Escéptico img
Capítulo 66 Alejamiento img
Capítulo 67 El anciano desobediente img
Capítulo 68 Campo img
Capítulo 69 Ser más independiente img
Capítulo 70 Información incorrecta img
Capítulo 71 Plan expuesto img
Capítulo 72 Embarazo img
Capítulo 73 Accidente img
Capítulo 74 Celoso de Holley img
Capítulo 75 Un favor img
Capítulo 76 Escribe una novela img
Capítulo 77 Amor y cuidado img
Capítulo 78 Peor img
Capítulo 79 Bromas img
Capítulo 80 No es una broma img
Capítulo 81 Una nueva luna de miel img
Capítulo 82 Masonería img
Capítulo 83 Un viaje a Francia img
Capítulo 84 Bajo el monte Fuji img
Capítulo 85 Estoy volviendo img
Capítulo 86 : Hazte daño img
Capítulo 87 Una deuda de gratitud img
Capítulo 88 Realmente me gustas img
Capítulo 89 Amor de la infancia img
Capítulo 90 Cyber Manhunt img
Capítulo 91 Aclaración img
Capítulo 92 Retoque img
Capítulo 93 El Certificado de matrimonio img
Capítulo 94 Obtenga el certificado de matrimonio img
Capítulo 95 De vuelta a la empresa img
Capítulo 96 Nuevo lanzamiento del libro img
Capítulo 97 No hay mucho tiempo img
Capítulo 98 El invitado misterioso img
Capítulo 99 Traffic Jam img
Capítulo 100 No confío en ti img
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Capítulo 5 Renacimiento

En la tranquila cafetería sonaba música ligera.

Melinda hacía chocar ensimismada su cucharilla en la taza de porcelana blanca. Mantenía la mirada hundida en su taza, lo cual impedía saber lo que se pasaba por su cabeza. Estaba perdida en sus pensamientos. En cambio, el hombre sentado frente a ella era un libro abierto. Llevaba las emociones a flor de piel y sus ojos reflejaban el intenso dolor que sentía.

"¿Tuviste noticias ya?".

Melinda se apretó las sienes con las yemas de los dedos y las masajeó suavemente, intentando liberar la presión que se iba acumulando. Negó con la cabeza despacio, tratando de poner las cosas en perspectiva.

"Todavía no. No me imagino qué estará pensando. Creía que sabía lo que él quería, pero ahora no estoy tan segura". Ella pensaba que Jonas aceptaría dejarla marchar en cuanto le sacará el tema del divorcio, pero desde el día en que dejó a la familia Gu, no había vuelto a tener noticias de él.

Supuso que tal vez su querida estaba de vuelta y que andarían ocupados poniéndose al día, dejándole a él sin tiempo para ocuparse de un asunto tan trivial como un divorcio.

Kent Jiang la miró y se dio cuenta de que había perdido mucho peso. Parecía bastante delgada y frágil, como si un soplo de viento pudiera llevársela. Frunció aún más el ceño, molesto, al percatarse de que ella parecía estar aún atrapada en sentimientos de amor.

"Acabas de dejar la familia Gu. Si realmente le importas, le será imposible ignorarte mucho tiempo y se comunicará contigo pronto. Pero esta vez, ten cuidado de no quedarte atrapada de nuevo".

Melinda comprendió que él seguramente estaba malinterpretando sus intenciones, aunque tampoco podía echárselo en cara; ella había estado obsesionada con Jonas. Incluso a ella misma le costaba creer que hubiera llegado al punto de dejar de amarlo sin más. Sin embargo, sus sentimientos por Jonas se habían enfriado como la escarcha.

Sonrió con impotencia y repuso: "Te preocupas por nada. ¿Cómo voy a echarle de menos después de todo lo que me hizo pasar? Solo le daba vueltas a qué debería hacer a partir de ahora. No puedo depender de ti el resto de mi vida, tengo que aprender a ser independiente. Si hubiera sabido que el coste de la vida en general sería tan alto, y en particular los precios de los alquileres, no me habría hecho la digna marchándome de vacío. Tendría que haber reclamado a los Gu lo que por derecho me correspondía".

A Kent le hizo gracia ver cómo se hacía la astuta delante de él. Pero sus ojos negros devolvieron sus pensamientos al problema que tenían, y poniéndose serio de nuevo, la tomó de las manos con dulzura.

"Sabes que no me importaría cuidar de ti para siempre".

Al ver la expresión seria de su rostro, Melinda se estremeció y apartó su mano de forma abrupta. Entonces le habló amable, pero firme.

"Sé que eres un hombre noble, pero no podría mirarme al espejo si me aprovechara de ti de esa manera. No sería justo para ti". Kent era tan buena persona que se sintió indigna de su amor. Él se merecía una mujer mejor; alguien que lo tratara bien y no lo avergonzara. No como ella, que en ese momento vivía en la miseria y arrastraba el lastre de su pasado, que incluía un divorcio.

Sin embargo, Kent pareció no inmutarse en absoluto ante su negativa y le pellizcó amorosamente la nariz, que había enrojecido un poco por la vergüenza que sentía.

"No te angusties. Me ofrecí a cuidar de ti voluntariamente y en ningún momento fuiste una carga para mí".

Melinda bajó la cabeza avergonzada sin atreverse a mirarle a los ojos, al tiempo que sentía cómo los suyos se llenaban de lágrimas.

Había quien interpretaba este gesto brusco y antinatural como timidez, aunque probablemente era un mecanismo de defensa.

"Oye, ¿no es esa la señorita Mo?".

Una áspera voz femenina rompió el silencio de la serena cafetería. Melinda levantó la cabeza para ver quién causaba tal alboroto. Holley entró vestida con una falda negra ajustada, bien agarrada del brazo de Jonas, como si temiera que se le escapara. Jonas miró de pasada a Kent para luego detenerse exclusivamente en Melinda.

"Señorita Mo, no esperaba que viniese hasta aquí tan pronto como se enteró de que Jonas iba a tomarse un café conmigo", se burló Holley. Entonces se volvió hacia Kent con aire melodramático y lo atravesó con la mirada, como si acabara de reparar en su presencia junto a Melinda. "Espere un minuto, ¿quién es este caballero con el que anda? Señorita Mo, ¿no será que no puede soportar estar sola?".

Holley creyó haber identificado por fin un secreto que Melinda había estado tratando de ocultar y se tapó la boca teatralmente fingiendo sorpresa por su descubrimiento. Aunque en realidad sus ojos rebosaban de alegría imaginando a Melinda expulsada de su círculo social.

Al observar la expresión de la joven y lo inmaduro de su comportamiento, Melinda entendió que Jonas no había hecho pública la noticia de su divorcio y sus labios se curvaron en una sonrisa de divertimento ante las dotes interpretativas que Holley estaba desperdiciando con ellos.

"Vaya, qué raro. Parece que eres tan encantadora que el Sr. Gu está dispuesto a dejar de lado a su verdadero amor para acompañarte a tomar café".

El pecho de Holley se hinchió de orgullo. La ironía de Melinda se le escapó por completo y por tanto supuso que era un halago. Se había enterado de que una lagarta llamada Emily había estado rondando a Jonas y tratando de convertirse en el centro de atención. Creyó entonces que este perdería el interés por ella ahora con su nueva adquisición, y que la ignoraría después del banquete de aquella noche. Sin embargo, se llevó una grata sorpresa cuando Jonas envió a alguien a buscarla. En ese momento se dijo que la tal Emily no podía ser para tanto.

Pero aunque Holley no se hubiera enterado, Jonas sí entendió perfectamente el comentario de Melinda, y la mirada se le endureció al observar la interacción que había entre esta última y Kent, que parecían muy cerca el uno del otro.

"Se ve que estás de buen humor. Me pregunto por qué estabas tan impaciente, si parece que ya has encontrado un novio de repuesto. ¿Qué? Estarás contenta de que alguien esté dispuesto a aceptar a una desvergonzada como tú, ¿verdad?".

"¡Jonas Gu, mide tus palabras!". Kent golpeó la mesa al ponerse de pie, agarró a Jonas por el cuello y le clavó la mirada.

Melinda se apresuró a agarrar el puño de Kent para evitar que se suicidara profesionalmente, e hizo todo lo posible por separarlos. La familia Gu era una familia muy poderosa en la ciudad. Aunque Kent había trabajado duro y se había hecho un nombre, no quería que se metiera en problemas.

"De acuerdo, ya dejó muy claro que nadie puede compararse ni es lo suficientemente bueno para usted. Y puesto que ya se hartó de mirar mi aburrida cara durante estos últimos cinco años, Sr. Gu, sea usted generoso y envíeme el acuerdo de divorcio lo antes posible".

Los ojos de Jonas se tornaron de una frialdad insondable, pero Melinda le devolvió la mirada sin inmutarse. No quería mostrarle ningún signo de debilidad.

"Estás más delgada", dijo de repente.

Melinda lo miró con desdén.

"Si el Sr. Gu tiene la amabilidad de ser más eficiente, agilizar el proceso y darme una respuesta lo antes posible, le prometo que engordaré en una semana".

Jonas miró fijamente a la mujer llena de espinas que tenía frente a él. Ella lo miraba con cautela, sus ojos desprovistos del amor y la adoración que siempre hubo en ellos. Esta nueva mirada le resultaba extraña y le molestaba.

Siempre detestó su cara y sus ojos; la encontraba irritante. Debería sentirse feliz porque iba a ser libre tan pronto como la perdiera de vista.

Esquivó su mirada y sonrió.

"No me malinterpretes, es que he estado ocupado últimamente y el acuerdo de divorcio se me pasó por completo. Solo espero que mantengas tu palabra".

"Kent, ¿por qué sigues ahí parado?". Jonas y Holley se habían ido, pero Kent parecía seguir perdido en sus pensamientos mientras los observaba alejarse malhumorados.

Jonas se había aparecido de repente en la cafetería y, aunque parecía pura coincidencia, Kent no creía que lo fuera. Sospechaba que había se presentado deliberadamente porque Melinda estaba allí.

Volvió a sentarse y miró el dulce rostro de Melinda. No parecía impresionada por lo que acababa de suceder. No pudo evitar sentirse cómodo y algo alentado por su manera de reaccionar ante la provocación.

Al recordar esa ira manifiesta en los ojos de Jonas, que solo los hombres pueden entender, cuando le miró en aquel momento, sonrió para sí mismo. Jonas era la clase de persona que tarde o temprano acababa recogiendo lo que sembraba. Solo que con quien se cruzó no era otra que Melinda, que podía parecer blanda, pero que nunca miraba atrás.

            
            

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