Capítulo 3 ¿Por qué debería ayudarte a ti

Adelina se quedó momentáneamente desconcertada por las palabras de Elías, pero se negó a dejarse afectar. Inhaló profundamente, lo miró fijamente y dijo con determinación.

"Sé perfectamente que el Grupo Wright no puede competir con el Grupo Lewis. Pero, señor Lewis, también debe saber que entre más alto se sube, más dura es la caída...".

¡Prácticamente lo estaba maldiciendo en su propia cara!

Felipe, que estaba a un lado, apenas podía tolerar más el parloteo de Adelina. Estaba a punto de intervenir, pero Elías lo detuvo con un simple movimiento de la mano.

Ese gesto solo hizo que Adelina se sintiera más segura. "El evento de licitación de hoy puede parecer fluido y ordenado en la superficie, pero en realidad está lleno de trampas. Como uno de los principales líderes empresariales de Waemery, tal vez no perciba las artimañas que ocurren justo debajo de usted. Tengo pruebas. Échele un vistazo y verá que no estoy hablando sin sentido ni inventando nada".

Adelina alisó con cuidado los documentos arrugados que había traído y los colocó frente a Elías.

"Las plazas de licitación del Grupo Lewis son escasas y valiosas, pero el Grupo Wright está igual de cualificado y experimentado como los demás. Sin embargo, nuestros rivales manipularon el proceso, sobornando a miembros del comité evaluador y presentando documentos falsos.

Como usted sabe, mi padre tuvo un grave accidente hace unos meses y sigue en cuidados intensivos. He estado sosteniendo la empresa yo sola, y estos competidores están intentando todo para aplastarnos. ¿Le parece justo eso para una empresa que tiene todo el derecho a participar en la licitación? Y si se añaden empresas no cualificadas a las plazas, ¿no afectaría eso el futuro del propio Grupo Lewis?".

Mientras escuchaba las decididas palabras de Adelina, Elías revisaba los documentos que contenían varias pruebas.

Sabía que los negocios se basaban en estrategia, no solo de esfuerzo. Su razonamiento no estaba del todo descaminado.

Y no le resultaba difícil saber si mentía. La pregunta era por qué llegaría a tales extremos, incluso a proponerle matrimonio, solo para llamar su atención. ¿Qué buscaba en realidad?

Como si percibiera su duda, Adelina continuó: "Señor Lewis, permítame ser directa. Vine hoy por dos razones. El primero es sobre la licitación. El segundo, proponerle un matrimonio falso entre nosotros. Una alianza entre el Grupo Wright y el Grupo Lewis nos fortalecería a ambos.

Mi padre fundó el Grupo Wright desde cero, y tanto sus proyectos como sus cualificaciones están entre los mejores de la industria. Desde su accidente, he estado dirigiendo la empresa y, al mismo tiempo, cuidándolo en el hospital, con la esperanza de que un día despierte y encuentre el Grupo Wright aún en pie.

Pero subestimé lo brutal que es el mundo de los negocios: la competencia, las campañas de desprestigio en internet, el robo de empleados y, ahora, este corrupto proceso de licitación. He sufrido un contratiempo tras otro. Si esto continúa, el Grupo Wright será devorado por esos empresarios codiciosos".

Mientras Adelina relataba la odisea de la familia Wright, hasta Felipe se sintió atrapado en ella, casi conmovido por su lucha.

Pero Elías permaneció frío y preguntó con frialdad: "¿Y por qué debería ayudarte a ti?".

Su pregunta era razonable, pero ¿no sentía ni una pizca de compasión por una joven que luchaba por mantener viva la empresa de su padre?

Por supuesto, este era el hombre conocido por su serenidad, el autoritario director ejecutivo cuyos activos se valoraban en billones.

Felipe suspiró en silencio.

Adelina se recompuso rápidamente, parpadeando para contener las lágrimas, y se dirigió al hombre que tenía delante.

"Señor Lewis, sé exactamente lo que está pensando. Usted es un hombre de negocios. No mueve un dedo si no hay algo que ganar. Y también sé qué le causa curiosidad. Se rumorea que mi padre tiene hijos ilegítimos, y es cierto. Llevan años acechando la fortuna de la familia Wright.

Pero déjeme decirle algo: mi padre levantó el Grupo Wright con el apoyo de la familia de mi madre, y nunca permitiré que se queden con lo que le pertenece a ella. Por eso he estado ocultando mi verdadera apariencia y mis habilidades, fingiendo ser más débil de lo que realmente soy, solo para que bajen la guardia y poder actuar".

Sus ojos centelleaban, su voz era firme, cada palabra llena de convicción. "Si acepta este matrimonio falso conmigo, le entregaré todas mis acciones del Grupo Wright".

Adelina miró a Elías directamente a los ojos, pero su fría mirada aún la hizo estremecerse.

"Sé que es un director ejecutivo rico y que el dinero apenas es lo que más necesita. Pero, ¿quién dice que no a tener más? No se preocupe, no lo registraremos legalmente. Solo será un matrimonio de mentira. Incluso podemos falsificar los documentos, si es necesario".