Embarazada del CEO Casado
img img Embarazada del CEO Casado img Capítulo 1 El Peso del Silencio
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Capítulo 6 El Silencio que Habla img
Capítulo 7 ¿Cómo seguir adelante cuando todo parecía desmoronarse img
Capítulo 8 El Juego de Carmen img
Capítulo 9 La Encrucijada de Alejandro img
Capítulo 10 Lo que suceda de aquí en adelante depende de ti img
Capítulo 11 El Secreto Bajo la Superficie img
Capítulo 12 Tenía que encontrar una salida img
Capítulo 13 ¿Cuánto control tenía Carmen sobre todo esto img
Capítulo 14 La Encrucijada img
Capítulo 15 El Fuego Bajo la Superficie img
Capítulo 16 La Conversación No Dicha img
Capítulo 17 La Manipulación de Carmen img
Capítulo 18 Un Nuevo Comienzo img
Capítulo 19 El Peso de la Verdad img
Capítulo 20 La Verdad a Medias img
Capítulo 21 Tejiendo la Trampa img
Capítulo 22 El Peligroso Acercamiento img
Capítulo 23 Silencio Forzado img
Capítulo 24 Rompiendo las Cadenas img
Capítulo 25 Corazón en Conflicto img
Capítulo 26 Enfrentando la Verdad img
Capítulo 27 No voy a dejar que nadie me lo arrebate img
Capítulo 28 Entre la Lealtad y el Deseo img
Capítulo 29 La Última Jugada de Carmen img
Capítulo 30 Sofía había tomado el control img
Capítulo 31 La Verdad al Descubierto img
Capítulo 32 El Juego de Carmen Termina img
Capítulo 33 La Verdad del Corazón img
Capítulo 34 Desesperación img
Capítulo 35 El Valor de la Decisión img
Capítulo 36 Decisiones del Corazón img
Capítulo 37 El Futuro de Sofía img
Capítulo 38 Carmen no era una mujer que cediera tan fácilmente img
Capítulo 39 Un Nuevo Comienzo img
Capítulo 40 Ninguna manipulación podría destruirla img
Capítulo 41 El momento que ambos esperaban img
Capítulo 42 El Control de Sofía img
Capítulo 43 La Caída de Carmen img
Capítulo 44 Un Nuevo Comienzo img
Capítulo 45 Su última carta img
Capítulo 46 El Desafío de Ser Padres y Pareja img
Capítulo 47 La Caída de Carmen img
Capítulo 48 Un Nuevo Comienzo img
Capítulo 49 Conexión Profunda img
Capítulo 50 Consecuencias y Nuevos Comienzos img
Capítulo 51 El Comienzo de un Nuevo Viaje img
Capítulo 52 Un Nuevo Equilibrio img
Capítulo 53 La Última Jugada de Carmen img
Capítulo 54 Desafíos y Unidad img
Capítulo 55 Decisiones Cruciales img
Capítulo 56 Renacer en la Unidad img
Capítulo 57 La Libertad Finalmente Alcanzada img
Capítulo 58 Equilibrio Entre Dos Mundos img
Capítulo 59 Compromiso y Lealtad img
Capítulo 60 Mirada Hacia el Futuro img
Capítulo 61 Un Hogar Lleno de Amor img
Capítulo 62 Fortaleza en la Adversidad img
Capítulo 63 Sofía en el Centro de la Acción img
Capítulo 64 Apoyo Mutuo img
Capítulo 65 Consecuencias del Pasado img
Capítulo 66 Un Futuro Juntos img
Capítulo 67 El Apoyo Incondicional img
Capítulo 68 Un Bebé Bajo el Cielo de Amor img
Capítulo 69 Construyendo Juntos img
Capítulo 70 El Comienzo de un Nuevo Camino img
Capítulo 71 La Celebración del Amor img
Capítulo 72 El Silencio de Carmen img
Capítulo 73 La Celebración de un Nuevo Comienzo img
Capítulo 74 Un Nuevo Comienzo para Sofía img
Capítulo 75 Un Compromiso Firme img
Capítulo 76 El Crecimiento de Emilio img
Capítulo 77 El Compromiso Definitivo img
Capítulo 78 El Nuevo Rol de Sofía img
Capítulo 79 El Silencio de Carmen img
Capítulo 80 Un Futuro Claro img
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Embarazada del CEO Casado

DaniM
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Capítulo 1 El Peso del Silencio

El reloj marcaba las 8:45 a.m., pero Sofía ya estaba en su oficina, organizada como siempre. A través de la ventana de su cubículo, veía cómo la ciudad despertaba: el tráfico ya era denso, las calles se llenaban de empleados que iban y venían con prisa, como hormigas en un complicado ciclo. Pero para Sofía, ese bullicio no significaba nada. Ella ya estaba aquí, en su lugar de trabajo, con los papeles perfectamente alineados sobre su escritorio, lista para lo que fuera que su jefe necesitara.

Alejandro Ríos, el CEO de Ríos Corporations, había sido su jefe durante los últimos tres años, pero su relación profesional siempre había sido algo fría, distanciada. La mayoría de las veces, Sofía no era más que una sombra, trabajando diligentemente y en silencio, sin que él se tomara el tiempo para hablarle más de lo necesario. Aún así, Sofía nunca se quejó. Estaba acostumbrada al orden, a la rutina, a la distancia. Era su zona de confort, y no le importaba que su jefe, un hombre de impresionante presencia, con una mirada intensa y ojos oscuros como la noche, no la viera realmente.

Era un hombre atractivo, sin duda, pero para Sofía, él era solo una figura distante. Alejandro Ríos era el tipo de hombre que todos admiraban, pero nadie se atrevía a acercarse. Al menos, no los empleados, y mucho menos ella, quien siempre se había centrado en ser invisible. Sin embargo, a pesar de su reserva, no podía evitar notar las pequeñas cosas sobre él. La forma en que sus ojos se oscurecían cuando pensaba profundamente, la rigidez de su postura cuando algo no iba como él esperaba, el cansancio en sus facciones a pesar de su juventud. Había algo en él, un dolor sutil, que siempre la intrigaba. Pero Sofía no era el tipo de persona que se metiera en la vida de los demás. Así que se conformaba con observarlo desde la distancia, sabiendo que no tenía nada que hacer con esos pensamientos.

Hoy, sin embargo, la mañana prometía ser diferente. A pesar de su rutina casi impecable, había algo en el aire que la hacía sentir como si estuviera al borde de algo. Quizás era la reunión programada con Carmen, la esposa de Alejandro, quien asistiría a la junta de esta mañana. Desde que había empezado a trabajar allí, Sofía había notado las señales de tensión entre ellos. No era algo que se pudiera ver a simple vista, pero la atmósfera se cargaba de algo incomodamente denso cuando Alejandro y Carmen se encontraban. Era como si una barrera invisible los separara, algo más allá de la profesionalidad. Un distanciamiento que no podía ser ignorado.

Sofía terminó de organizar algunos documentos cuando vio la figura de Alejandro cruzar el pasillo hacia su oficina. Estaba vestido impecablemente, como siempre, con un traje oscuro que resaltaba su figura esbelta. Su rostro no mostraba emociones, pero su mirada, al pasar junto al escritorio de Sofía, se detuvo brevemente. No era una mirada de interés, sino una mirada rápida, casi vacía, como si de alguna manera se diera cuenta de que ella estaba allí, pero no quisiera involucrarse más. Y eso estaba bien. Sofía nunca había buscado su atención.

La puerta de su oficina se cerró detrás de él con suavidad, y Sofía suspiró en silencio. Sabía lo que venía. La reunión sería tensa, y la presencia de Carmen solo la haría más incómoda. A lo largo de los años, Sofía había aprendido a leer las dinámicas familiares de las personas, aunque nunca se atrevió a mencionarlas. Lo que veía en la relación entre Alejandro y Carmen no era una mera falta de química; era algo más profundo, más doloroso. El desdén de Carmen hacia él no podía pasarse por alto. Era evidente que, en algún lugar de su matrimonio, algo se había roto. Sofía no sabía si era culpa de él, de ella o de ambos, pero siempre se había preguntado cómo seguían juntos.

De repente, la puerta de su oficina se abrió, y una voz familiar la sacó de sus pensamientos.

- Sofía, ¿puedes venir a mi oficina? - La voz de Alejandro era firme, controlada, pero algo en su tono la hizo saber que no era solo una rutina diaria. Había algo más.

Sofía se levantó rápidamente, dejando los papeles que había estado organizando y caminó hacia su oficina. Su corazón comenzó a latir un poco más rápido de lo habitual. No podía entender por qué sentía esa chispa de incertidumbre. Después de todo, había trabajado con él durante años, nunca había habido algo que pudiera hacerla dudar de sí misma. Pero hoy parecía diferente.

- Pasa, Sofía. - Alejandro la saludó con un gesto corto y una mirada que no dejaba ver nada detrás.

Al entrar, Sofía notó algo en su expresión que no había visto antes: cansancio, pero también una leve incomodidad. Alejandro estaba de pie junto a su escritorio, mirando por la ventana, como si estuviera sopesando algo importante. El aire en la oficina era denso, cargado de algo que no podía identificar.

- ¿Cómo estás? - preguntó ella, sin saber si su saludo era apropiado.

- Bien. - Alejandro se giró, ya no tan distante. - Necesito que organices todo para la reunión con Carmen. Es esta mañana. Quiero que todo esté perfecto.

Sofía asintió, sabiendo que no necesitaba decir mucho más. Sabía cómo eran las reuniones con Carmen. Siempre tensas, siempre frías. Era como si estuviera en una guerra silenciosa contra su propio esposo. Aunque nunca se había metido en los detalles, Sofía no podía evitar percatarse de las pequeñas tensiones entre ellos, las miradas furtivas que se cruzaban, los gestos ausentes que hablaban de un matrimonio que se desmoronaba lentamente.

- Claro, Alejandro. ¿Hay algo en particular que deba saber antes de la reunión? - preguntó Sofía, su tono profesional y calmado.

Alejandro la miró por un momento, como si estuviera eligiendo sus palabras con cuidado.

- Solo... cuida los detalles. - Dijo, su voz más baja de lo habitual. - No quiero que nada salga mal.

Sofía asintió, pero una leve preocupación comenzó a asentarse en su pecho. Carmen. Algo en la forma en que Alejandro dijo su nombre le hizo pensar que las tensiones de su matrimonio eran más graves de lo que ella había imaginado. Había algo en la atmósfera de la oficina, un peso sutil pero palpable, que no podía ignorar.

El silencio se hizo pesado entre los dos. Sofía trató de despejar sus pensamientos, concentrándose en su tarea, pero había algo en la tensión entre ellos que la inquietaba.

- Lo tendré listo. - Sofía respondió, sin más palabras. Y con un leve asentimiento, salió de la oficina de Alejandro, dejando atrás la incomodidad que ella misma había creado al preguntarse más de la cuenta.

Al regresar a su escritorio, sus pensamientos eran confusos. La relación entre Alejandro y Carmen siempre había sido un misterio para ella, pero ahora sentía que esa misteriosa tensión tenía más profundidad de lo que había percibido. Había algo en Alejandro que la inquietaba, algo que no podía definir, pero que la hacía querer saber más. ¿Por qué había tanto silencio en su relación con Carmen? ¿Qué le pasaba a él?

Sofía miró su reloj y vio que ya era casi hora de la reunión. Con un suspiro, se centró en lo que podía controlar: organizar los papeles, asegurarse de que todo estuviera en su lugar para la reunión que estaba por comenzar. Pero, por un instante, una duda silenciosa se instaló en su mente. ¿Qué sucedería si algo en esa reunión cambiaba las reglas del juego entre ella y Alejandro?

            
            

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