Axel Blake Domínguez es uno de ellos y es de su total confianza quien siempre está a su lado.
Mas tarde, Max entra a su avión privado y cabe destacar que serán pocas horas de vuelo.
No tendrá problema con el idioma, ya que lo habla perfectamente porque su padre era español, quien se casó con una linda mujer puertorriqueña, su madre Lourdes Vega.
Después del gran disfrute en Miami, él se dirige a un nuevo destino, otras tierras desconocidas que deleitaron sus ojos cuando sus socios le instaron y mostraron videos de tal belleza.
-Axel quiero comprar un yate y en el Caribe es un buen lugar para tenerlo. -comenta él al guardaespaldas mientras están en pleno vuelo.
-Así es, señor. Hay varias empresas de yate en Miami.
-Por supuesto, ya empecé a hacer los trámites para tener uno, vale.
Ellos siguen conversando sobre diversos temas, no obstante la azafata lo ha estado observando y esta que babea por él mientras le sirve, pero a Max no le gusta tener sexo en un avión, ni cuando se siente estresado, así que solo es amable con ella y le es indiferente en cuanto a cortejarla.
Tiempo después
Posteriormente a volar varias horas en su avión privado, él llega al aeropuerto y ya es la noche. Enseguida, se marcha hacia una habitación de su hotel.
Minutos después, Max queda maravillado con la hermosura de estas tierras, aunque en la hora nocturna no la aprecia muy bien.
Él camina queriendo explorar el lugar mientras conversa con Axel.
-¡Madre mía, también compraré una villa! ¡Todo aquí es hermoso! ¡Ay, ay, incluyendo las mujeres, joder! -él habla, y está emocionado al mirar las bailarinas que ambientan el lugar en el club del hotel.
-¡Solo son bailarinas, señor! -expresa exaltado su guardaespaldas, que al parecer no está apreciando lo mismo que él.
-Sí, Axel lo sé, y no solo las he mirado a ellas, sino a todas las que me han cruzado delante.
Ellos se ríen a carcajadas.
-¡No hombre, joder, no cambias! ¡Ja, ja! -exclama su guardaespaldas español.
-Si no estuviera muy cansado, haría una orgía hoy mismo con dos chicas hermosas y mulatas. Ja, ja.
Siguen riendo y hacen un recorrido hasta que Max no soporta más seguir caminando. Luego ellos se marchan a cenar.
Posteriormente
Luego que culminan, él se dirige a su habitación para descansar, pero antes conversa con su amada madre Lourdes.
-Hola, mamá. He llegado y te digo que esta tierra es hermosa y aún no he mirado bien las playas.
-¡Oh, hijo, lo sé porque visité a la República Dominicana varias veces con tu padre y por supuesto que es un país hermoso!
Él está sentado en un sofá y ya el sueño hace su aparición. Empieza a dormitar.
-Así es, mamá... -pronuncia y se queda dormido.
-¡Hijo...! ¡Hijo! -Se escucha la voz de su madre del otro lado del teléfono.
De pronto, Max vuelve en sí ante la voz insistente de ella.
-¡Ah, sí! ¡Perdona, me quedé dormido!
-Adiós, mi amor. Descansa. Ve a dormir, ya. Dios, te guarde.
-Adiós, mamá.
Enseguida, él se dirige al baño y una vez culmina de asearse, se dirige al dormitorio e inmediatamente, cae rendido de sueño en la cama.