Me traicionó, ahora suplica
img img Me traicionó, ahora suplica img Capítulo 3
3
Capítulo 5 img
Capítulo 6 img
Capítulo 7 img
Capítulo 8 img
Capítulo 9 img
Capítulo 10 img
img
  /  1
img

Capítulo 3

Narra Sofía:

Miré fijamente el mensaje de Dante, las palabras brillando con su autoridad casual y sofocante.

No respondí.

Borrar su amenaza no era suficiente. Necesitaba borrarlo a él.

Justo cuando mi dedo se cernía sobre el botón de bloquear, apareció una nueva notificación. Una solicitud de amistad.

De Isabella Falcone.

Una sonrisa fría y sin humor se dibujó en mis labios. El momento era demasiado perfecto para ser una coincidencia. Acepté.

Al instante, apareció un mensaje. Era una foto de Dante, desplomado en un sillón de cuero, con una botella de whisky a medio vaciar en la mesa a su lado. Parecía borracho, con la corbata aflojada y los ojos desenfocados.

El pie de foto de Isabella siguió. *Está desconsolado porque me caso mañana. Pobrecito.*

Me burlé. No parecía desconsolado. Parecía un alcohólico ahogando sus penas.

Siguió una nota de voz. El fondo era ruidoso, lleno del tintineo de vasos y música ahogada. Pero por encima de todo, pude escuchar la voz arrastrada de Dante, espesa por el licor y la autocompasión.

"Isabella... no te cases con él... te amo... solo a ti...".

Las palabras eran una patética parodia de una confesión romántica. Luego vino su última y triunfante bomba: una foto de ella y Dante, enredados en las sábanas, su rostro presionado con aire de suficiencia contra el hombro desnudo de él.

Su mensaje final fue simple, goteando malicia. *Perdedora.*

Una ola de algo parecido a la lástima me invadió. No por mí, sino por la pura ilusión de todo aquello.

Había pasado siete años de mi vida enamorada de un loco, y él tenía una amiga que estaba igual de demente.

Mis dedos se movieron lentamente sobre el teclado. Encontré una aplicación de tarjetas de regalo digitales, la cargué con un solo peso y adjunté una nota.

*No hay devoluciones en productos usados. Cómprate algo de clase.*

Le di a enviar. Luego, con una satisfactoria finalidad, bloqueé y eliminé a Isabella Falcone.

Volví a mi chat con Dante. Su mensaje seguía allí, una orden esperando ser obedecida.

"Regresa cuando termines con tu berrinche. No me hagas ir por ti".

Lo bloqueé a él también.

Por primera vez en lo que pareció una vida, mi mundo estaba finalmente, benditamente, en silencio.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022