Laura Vitiello POV:
El fuego en la chimenea crepita con avidez, devorando los recuerdos que alimento a sus llamas.
Una foto nuestra en París, donde sonreíamos como si el mundo nos perteneciera. Al fuego.
Las cartas que me escribió con tinta azul cuando estaba en la cárcel por un cargo menor. Al fuego.
El recibo del primer restaurante donde cenamos, ya amarillento por el tiempo. Al fuego.
Estoy sentada en el suelo, rodeada de cenizas y fantasmas. Mi maleta está hecha y escondida en el maletero de mi coche. He aceptado la oferta de un viejo amigo de mi padre para gestionar un viñedo al norte. Es la excusa perfecta.
"Necesito aire fresco", le dije a Óliver por mensaje. Ni siquiera respondió.
Tengo en la mano el anillo que diseñó para mí. Un diamante negro rodeado de rubíes.
-Sangre y oscuridad -me susurró al ponérmelo. Qué apropiado.
Lo lanzo a las llamas sin dudar. No se derretirá, pero espero que el fuego lo purifique de su tacto, que queme la promesa que representaba.
-Se acabó el drama -me digo a mí misma, aunque mi voz tiembla ligeramente.
Me levanto. Me siento ligera. Vacía, pero ligera.
Mañana me iré. Mañana seré libre.
Pero el destino tiene un sentido del humor retorcido.
La puerta del apartamento se abre de golpe. Óliver irrumpe como una tormenta eléctrica. Son las tres de la mañana. Debería estar con Nadia.
-¿Qué significa esto? -gruñe, lanzando su chaqueta al sofá con violencia.
Me quedo quieta, erguida. No tengo miedo. Ya no.
-Me voy unos días, Óliver. Te lo dije.
Él se acerca, invadiendo mi espacio personal hasta que su presencia lo llena todo. Huele a whisky y a ira contenida.
-No te di permiso.
-No soy una de tus soldados. Soy tu esposa.
-Exacto. Eres mía. Y te quedas donde yo pueda verte.
Me agarra del brazo. Su agarre es fuerte, posesivo, doloroso.
-Suéltame -digo, con una frialdad que parece congelar el aire entre nosotros. Él parpadea, confundido por mi resistencia.
Antes de que pueda responder, el dolor me atraviesa. No es en el brazo. Es en el bajo vientre. Un calambre agudo, brutal, como un cuchillo girando lentamente dentro de mí.
Gimo y me doblo por la cintura, incapaz de mantenerme en pie.
-¿Laura? -La voz de Óliver cambia al instante. De furia a confusión.
El dolor es insoportable. Siento algo húmedo y caliente deslizándose entre mis piernas. Pánico. Puro pánico.
-El hospital -jadeo, aferrándome a su camisa-. Llévame al hospital.
El viaje es borroso, una secuencia de luces de neón y frenazos. Óliver conduce como un loco, gritando a alguien por teléfono. Yo solo me concentro en no desmayarme. En proteger lo poco que me queda.
Llegamos a urgencias. Me ponen en una silla de ruedas.
Y entonces los veo.
En la sala de espera privada, al final del pasillo.
Nadia está allí. Está sentada, llorando, con una mano protectora sobre su vientre.
Óliver se detiene en seco empujando mi silla. Su mirada va de mí a ella, como un péndulo cruel.
Un médico se acerca a Nadia.
-Señorita Rossi, el sangrado es normal en el primer trimestre, pero debemos tener cuidado.
El mundo se detiene. El ruido de la sala de urgencias se desvanece en un zumbido sordo.
Óliver suelta mi silla de ruedas. Da un paso hacia ella.
-¿Óliver? -gime Nadia, extendiendo los brazos hacia él como si fuera su salvador.
Él me mira. Veo la duda en sus ojos. Veo el conflicto. Su esposa, doblada de dolor en una silla. Su amante, embarazada y asustada.
Es una elección. Y yo sé cuál va a tomar antes de que mueva un músculo.
-Atiendan a mi esposa -le ladra a una enfermera que pasa, sin mirarme-. Voy enseguida.
Y camina hacia Nadia.
La abraza. Le besa la frente. Le susurra cosas que no puedo oír pero que me queman más que el fuego de la chimenea.
Me quedo sola en medio del pasillo estéril. El dolor físico es agonizante, pero el dolor en mi pecho es nuclear, devastador.
La enfermera me mira con lástima.
-Señora Moretti, vamos a revisarla.
Me llevan a una habitación. El médico me hace una ecografía. El sonido del latido llena la habitación. Es rápido. Fuerte. Un tambor de guerra.
-Está embarazada de ocho semanas -dice el médico, rompiendo el silencio-. Hay amenaza de aborto por estrés. Necesita reposo absoluto.
Miro la pantalla. Ese pequeño punto gris.
Óliver está en la otra habitación, consolando a la mujer que lleva a su bastardo. Él eligió.
Aprieto los puños sobre las sábanas blancas hasta que mis nudillos se ponen blancos.
-No le diga nada a mi marido -le ordeno al médico. Mi voz es acero templado-. Si él se entera, le juro que haré que le revoquen la licencia y veré cómo su mundo arde hasta los cimientos.
El médico traga saliva y asiente, aterrorizado por la promesa en mis ojos.
Voy a luchar. No por él. No por nosotros.
Voy a luchar por este bebé. Y voy a destruir a cualquiera que intente quitármelo.
El Regreso Gélido del Amante Mancillado
Yo era el arma secreta de Damián de la Vega. Y también su amante. Recibí una bala por él, lo salvé de un cártel y, a cambio, me prometió un matrimonio secreto, una vida en la que siempre seríamos solo nosotros dos. Pero la noche de mi graduación clandestina del Conservatorio, observé desde las sombras cómo se arrodillaba para pedirle matrimonio a mi mejor amiga, Camila. La llamó "pura", una palabra que usaba para contrastarla con mi "mancha" por el rescate del cártel. Un video filtrado más tarde demostró que no era solo una traición; era una conspiración. Los escuché reírse de su "plan perfectamente ejecutado" para deshacerse de mí, del "estorbo". El hombre cuya vida había salvado había orquestado mi humillación pública, desechándome por las mismas cicatrices que me gané por él. Mi mundo se hizo cenizas, pero de ellas se formó algo frío y duro. Hice una sola llamada a una red de genealogía que había estado usando para encontrar a mi familia perdida. Era hora de desaparecer y no volver a ser su secreto nunca más.
DEUDA DE SANGRE: UNA PASIÓN CON EL MAFIOSO
Dos años después de la noche que le arrebató todo, Vittorio Marchetti, heredero de una de las familias mafiosas más temidas de Nueva York, ha aprendido a convertir el dolor en cálculo y la venganza en arte. La sangre derramada en aquella alfombra blanca sigue siendo su única brújula. Y cuando el nombre de los Valverde vuelve a cruzarse en su camino, sabe que ha llegado la hora de cobrar la deuda. En una casa modesta de Queens, Aria Valverde descubre que la fortuna tiene una forma cruel de ajustarse. Su familia está arruinada, su padre quebrado por un pacto que jamás debió firmar... y su destino sellado con una llamada que la convierte en la "garantía" de una deuda imposible de pagar. Arrastrada a la mansión Marchetti, Aria no imagina que detrás del hombre que exige su sumisión hay una herida tan profunda como la suya. Vittorio ve en ella el instrumento perfecto para su venganza; Aria ve en él al monstruo que destruyó su vida. Pero entre amenazas, silencios y miradas que queman, el odio empieza a torcerse hacia algo más oscuro, más peligroso: un deseo que podría destruirlos a ambos. En un mundo donde las palabras valen más que la ley y el amor se confunde con poder, la pasión será la deuda más cara que jamás hayan tenido que pagar.
LA PERVERA DEL CEO Mi venganza
Kassien Volquéz a buscado a su novia Bianca, que desapareció de su vida sin dar ningún tipo de explicación, nunca pudo hayarla por más que lo intentara. Sin resignarse a perderla, la sigue buscando en los lugares más improbables posibles. Recibe la invitación a la boda de su hermano menor y para alejarse un poco del dolor, decide asistir. Estando allí, descubre que la mujer que se casará con su hermano y la que ha buscado por un año, es precisamente la mujer que ama. Enloquecido por esta atrocidad, la enfrenta. -Bia, Bia, Bia, un año buscándote y mira dónde te vengo a encontrar, a tres semanas de tu boda con mi hermano. ¿Qué se supone que haces Listen?. -No me digas así, y es obvio que me voy a casar, ¿Qué parte de eso no entiendes?. Él sumamente enojado lleno de una cólera que le corroe cada parte de sus entrañas, le grita que ella no se va a casar, mucho menos con su hermano. -¡Sí crees que este matrimonio se va a realizar estás muy equivocada, este es otro de tus juegos perversos y no me quedaré de brazos cruzados observando está mierda!. ¡Tú, vienes conmigo, ahora!..
EL VICIO DE GRECO
En las sombras del poder europeo, Greco Leone, heredero silencioso de un imperio criminal, es un hombre marcado por la elegancia y la brutalidad. Con dos leones tatuados en el pecho y un pasado que no lo deja respirar, vive entre el lujo de los palacios antiguos y la violencia de sus negocios. En una gala clandestina organizada por mafiosos y magnates, sus ojos se cruzan con los de Arianna, una bailarina que desliza el peligro entre cada movimiento. Ella no pertenece a ese mundo, pero tampoco huye de él.Lo que comienza como un juego de seducción, se convierte en obsesión. Entre disparos, traiciones y un deseo que se vuelve vicio, Greco descubrirá que en una guerra de poder, el amor puede ser el arma más letal.
la doctora del mafioso
Clara Montalbán descubre a su novio con una enfermera del mismo hospital. Esa misma noche la llaman de Urgencia: estabiliza a un "sin nombre" y lo sube a UCI. Es Félix Santoro. El jefe de la mafia más importante. Él se obsesiona y ordena secuestrarla; promete protegerla, pero también poseerla. Se resistirá Clara al poder de Félix?
NOCHES ROJAS EN RUSIA
Antonella Koslova estaba a punto de pronunciar un "sí" que sellaría su destino en un matrimonio por conveniencia, un frío acuerdo forzado por su poderoso padre para asegurar la estabilidad de su imperio. Sin embargo, justo cuando la ceremonia iba a comenzar, el destino (o el infierno) interviene. En un audaz y violento golpe maestro, Antonella es arrancada del altar y raptada por la organización enemiga más letal de su familia. Es un peón en un juego de guerra y venganza, una herramienta para hacer caer a su padre. Pero lo que ella nunca esperó fue encontrarse frente a la mente maestra del secuestro: Dmitri Volkov, el temido "Zar" del inframundo ruso. Dmitri no es el monstruo despiadado que le habían descrito, o al menos no solo eso. Es un hombre de ojos azules penetrantes, tan peligroso como cautivador, cuya inteligencia afilada es tan seductora como su presencia dominante. Atrapada en la jaula de oro de su enemigo, Antonella deberá enfrentarse a la cruda verdad: el hombre que la ha robado es infinitamente más atractivo, inteligente y complejo que el que iba a desposar.