Capítulo 2 Capitulo I

Mientras tanto en la frontera del Imperio Otomano, se encontraban las esclavas que iban a ser vendidas a Estambul, había hermosas jóvenes de una tez pálida y tez más oscura, cabellos rojizos, amarillos, castaños y negros, ojos que iban entre verdes, azules, avellanos, negros y grises. De cuerpos muy finos con poco busto pero un buen cuerpo para poder lograr dar a luz o entretener, unas pocas tenían cuerpos pronunciados y busto más grandes que las demás, con diferente personalidad pero aun así todas compartían el mismo destino de ser vendidas.

-Seremos vendidas a los malditos Otomanos-Exclamo una mientras escupía al decir Otomanos.

-Nunca seré una esclava de alguien jamás-Exclamo Otra.

-Pero si en estos momentos eres una esclava, porque no cierras tu boca y así las demás conservamos la paz que teníamos hace un momento-Dijo una chica, haciendo que la otras dos se callaran y siguieran con el viaje.

Después de 2 largos días de viaje, llegaron a Estambul, se escucharon los ruidos del mercado locas, la gente se miraba alegre vendiendo sus productos y algunos que otros hablaban del Sultán y lo que hacía por ellos.

-Vengan por acá, la Subasta empezara pronto-

Empezaron las jóvenes a caminar hacia ese lugar y ya allí, les dijeron que se quitaran las pocas prendas sucias y mugrientas que tenían, algunas no accedieron pero después si, al final todas las jóvenes estaban desnudas tapándose sus partes por la pena, así que antes de darse cuenta los Tártaros las empezaron a echarles agua, para que el sucio de sus cuerpos saliera y se viera mejor "el producto", después de eso los comerciantes que pasaban allí observaron a las jóvenes, y así la compra de las esclavas inicio.

-Amigo tártaro, ven-Dijo alguien que era mandado por Adem, el fiel sirviente del Sultán. -Mi maestro dijo que vendría a comprar a algunas chicas, por favor no vendas a ninguna chica en este momento-

El tártaro, dijo que estaba honrado que el sirviente del Sultán, estuviera por comprar algunas de las chicas de su venta. Poco después Adem vino y empezó a examinar a cada una de las chicas restantes que habían estado, ya algunas habían sido compradas por burdeles, algunas por personas de dinero que estaban de pasada por allí y otras que Vivian en Estambul.

-Señor Tartaro, me llevare a las dos chicas de cabellos rojizos, las dos de cabello amarillo de la derecha, las cuatro que están juntas a tu izquierda y a la joven de cabello entre negro y castaño de mi izquierda, tiene un cabello muy llamativo-Dijo Adem.

El Tartaro las preparo a las chicas elegidas por Adem, así que eran oficialmente propiedad del Sultán. Mientras estaban camino a el Palacio Trein, Adem empezó a hablar en el idioma de las jóvenes sobre las reglas y como iban a ser examinadas para que en algún momento sirvieran a el Sultan.

-Desde aquí, serán llevadas por Janzad, para que se bañen y que sean examinadas si tienen alguna enfermedad-Dijo Adem, mientras como había dicho dejaba a las jóvenes con una mujer que las llevaba a unos baños.

Las desnudaron y la primera chica se resistió un poco por que no entendía lo que pasaba ya que las examinaban en todos lados, hubieron muchos gritos en esos baños, aunque hubo una chica que ni se inmuto ante ese hecho, se dejó examinar y después la condujeron a que se bañase, para después otorgarles un vestido de tela blanca como vestimenta mientras que hacían trajes para ellas.

En esa noche algunas chicas empezaron a llorar silenciosamente, la noche para algunas fue una tortura, más para las jóvenes que ya estaban en ese lugar.

Y así un nuevo día llego para las jóvenes que no sabia lo que les esperaban, estaban ansiosas y con miedo ante el hecho de ser las concubinas del Sultán.

                         

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