Capítulo 2 ---

Fiorella durmió flotando en el mar, a pesar de que se encontraba en esas condiciones logro descansar. Al despertar, apenas empezaba a salir el sol, ella veía a todo su alrededor con la esperanza de ver tierra, sin embargo, se sintió desesperada y desalentada, al solo poder ver la gran extensión azul del mar. Ella entendió enseguida que se encontraba a la deriva, sola, muy sola.

El tiempo fue pasando, ella seguía flotando, sintiendo el sol quemar su suave y delicada piel, a eso se unía que tenía mucha sed y no sabía que hacer. Entonces se le ocurrió que si se sacaba el chaleco salvavidas eso le serviría para taparse del sol, mientras que el salvavidas redondo que se encontraba alrededor de su cintura, y que le había puesto ese hombre que la dejo allí, le ayudaría a no hundirse; ella procedió a sacarse el chaleco para poder cubrirse del sol, se lo quitó con mucho cuidado para no perderlo o hundirse ella, así una vez lista continuo flotando en el agua un poco protegida del fuerte sol que le había causado un poco de daño en su piel, porque la sentía arder y se tocaba las mejillas para sentirlas calientes y el tacto le causaba dolor.

Ella estaba triste por su familia, estos pensamientos le agobiaban y rondaban constantemente su pequeña cabecita . Se preguntaba: ¿qué habrá pasado con sus padres y con su hermano?, porque ella se había dado cuenta que él si logro llegar al cuarto de pánico, y ¿que sería de ella si lograba salvarse?.

Ella era muy inteligente y aplicada en sus estudios, por eso iba muy adelantada en ellos, se estaba cuestionando de que le servía eso en estos momentos, si tampoco le sirvió de nada para ayudar a sus padres pues no pudo hacer nada para defenderlos. Y lloró amargamente.

Recordó los momentos felices al lado de sus padres que los amaban y se los demostraban, a su hermano y a ella, con sus afectos y dedicacion hacia ellos. Le pareció que el tiempo que pasó con ellos fue muy poco.

Se preguntó: ¿Por qué sus padres?, ¿Por qué su hermano y ella? y ¿Qué le habían hecho ellos, a esas personas tan malas, para que les hicieran esto?.

Así paso el día, hasta que el sol y su única iluminación se extinguió poco a poco para dar paso a la noche, con ella el frío, la neblina y una suave lluvia que le servía para por lo menos mojar un poco su lengua al abrir las palmas de sus manos y retener en ellas las pequeñas gotas de agua que le caían.

Estaba con miedo, agotada de tanto pensar en lo que había pasado y lo que le estaba ocurriendo, que perdió la cordura y se puso a gritar, manotear e intentar dar patadas debajo del agua, llorando de la frustración que sentía y perdiendo poco a poco las últimas fuerzas que le quedaban. Su cabeza ya no daba para más. Y así, con esa angustia que no disminuía, se quedó profundamente dormida.

Volvió a despertar, y lo hizo bruscamente, porque tuvo una pesadilla al volver a revivir en ella lo sucedido con su familia.

Ya bien despierta, vio como otro día empezaba y salía el sol; empezó a caer nuevamente una suave lluvia e hizo lo mismo del día anterior: extendió las palmas de sus manos para arriba para que así las gotas cayeran en ellas para llevarlas a su boca.

Su desánimo aumentó, deseo poder seguir durmiendo, pero el sueño no llegaba.

Ese día antes de que el sol estuviese en lo más alto, se volvió a proteger con el chaleco salvavidas.

Más tarde, ella vio una gran embarcación; pero estaba sin fuerzas para hacerse notar. Sólo se quitó de su cabeza el chaleco que la protegía del sol, lo abrazo para que no cállese al mar y solamente espero a ver que pasaba.

Mientras tanto dentro de la embarcación se hallaban dos jóvenes amigos, ambos de catorce años, siete años mayores que Fiorella, pescando para pasar el tiempo; cuando uno de ellos ve a lo lejos del yate que algo flotaba en el agua, se fijo más y le parecía así a simple vista, uno de esos salvavidas redondos que llevan las embarcaciones por seguridad, él le dijo a su amigo:

-¡Hey Mihai mira hacia allá... creo que veo algo! -le decía Massimo a su amigo, soltando su caña de pescar y señalando un punto en el mar, hacia donde él miró y también le pareció ver algo.

-Voy a buscar los binoculares, espera- y se giró a buscarlos en la caja donde tenía todo preparado para la pesca. Y observo, a través de ellos, que había alguien flotando con el salvavidas.

-¡Massimo allí hay alguien!- dijo Mihai, pasándole a su amigo los binoculares para que él también observará y empezaron a gritar para ayudar a la persona que se hallaba flotando:

-¡Papá, papá!- gritaba Mihai.

-¡Corran, paren las máquinas!- grito Massimo, preocupado por la persona.

-¿Hijo, pero qué pasa?- le pregunta Skender a su hijo, mientras caminaba a paso rápido para acercarse a Mihai.

-¡Papá hay alguien en el agua!- dijo un ansioso y nervioso Mihai.

-Voy a acercarme nadando para traerle hasta acá- dijo Massimo, se tiro al agua y nadando se acercó hasta la persona que se encontraba flotando, su sorpresa fue tan grande cuando observó que era una niña, que unas lágrimas se le salieron, una gran preocupación creció dentro de él, al ver a una pequeña abrazada a un chaleco salvavidas, la observó muy bien viendo que era hermosa, se encontraba su piel enrojecida, y que estaba como desmayada, en mal estado.

-Hola pequeña, no te asustes que te ayudaré- dijo Massimo, para que ella no se asustara si llegaba a reaccionar, pero ella no contestaba nada, y sujeto con una mano el salvavidas y lo empujaba para acercarlo al yate mientras el nadaba.

Al llegar con la niña a la embarcación, su padre Vincenzo, junto a su amigo Skender, ya los estaban esperando.

-Por favor tío agarra a la niña -le dijo Massimo a Skender.

-Si hijo -respondió. Y acercándose en cuclillas tomo a la niña por debajo de las axilas y Vincenzo que se encontraba al lado de Skender le sacaba rápidamente el salvavidas y le quitaba de sus pequeñas manos el chaleco salvavidas al cual se aferraba fuertemente.

-Me parece que está desmayada -comentó Massimo, mientras terminaba de salir del agua, mostrando su preocupación en su rostro.

Mientras Mihai venía corriendo con el médico del barco y una manta, que extendió en el suelo para que la acostaran. Skender que tenía a la niña acostada en sus brazos la dejo sobre la manta que Mihai traía y arregló en el suelo. Rápidamente le dieron paso al medico para que la atendiera y les dijese como estaba.

Ellos esperaban en silencio y ansiosos por lo que tenía que decir el médico.

-Miren ella está deshidratada, ha llevado mucho sol, debe estar en shock, la llevaré al consultorio para atenderla, también suministrarle lo que necesite, les recomiendo que busquen un psicólogo porque la veo ida, y eso se puede deber a muchos factores y sucesos que solo ella puede aclarar, con una persona especializada será la mejor manera de hacerlo para diagnosticarla, guiándola de una manera adecuada; psicológicamente hablando, claro está- dijo el doctor mientras agarraba a la niña cargándola con delicadeza en sus brazos para llevarla a su consultorio y dejarla en la camilla que tenía allí, y dar comienzo así con una evaluación mucho más exhaustiva del estado del cuerpo de la niña, tratarla y limpiar su piel de la sal y aplicarle los medicamentos que necesitaba.

Mientras el doctor revisaba a Fiorella, los cuatro esperaban ansiosos lo que les diría el médico de su estado de salud, y debatían que harían con la niña.

-Hay que averiguar quién es, con mucho cuidado, porque no sabemos si la quieren muerta- hablo Mihai preocupado por ella.

-Si, porque no es normal encontrarla así con esos salvavidas, es como si no querían que se ahogara hasta que alguien la encontrara- dijo Massimo muy triste porque esa pequeña, tan delicada y hermosa, estuviese pasando por esta situación.

-Yo creo que sería bueno decirle a Costica, el es muy bueno investigando cualquier cosa que le pidas, y tiene al mejor equipo; así que yo me encargaré de eso- decía Skender.

-Yo conozco un buen psicólogo, lo mejor será llamarlo para que por vídeo conferencia atienda a la niña- informo Vincenzo.

-Me parece la mejor forma de proceder. Yo de ahora en adelante me haré cargo de ella. En lo que despierte, le pediré también a Costica que se encargue de sacarle toda la documentación que necesita ella, como mi hija; esto para darle un nombre, y explicarle a ella como están las cosas y los temores que tenemos- dijo Skender.

-Ya es una más de la familia, pase lo que pase, la cuidaremos y protegeremos- dijo Vincenzo muy serio.

-Me parece bien todo lo que están diciendo papá- hablo Mihai.

-Yo también estoy de acuerdo, no entiendo cómo alguien ha podido hacerle daño a esa hermosa niña, es algo que no cabe en mi cabeza, que halla tanta maldad en el mundo- dijo Massimo muy triste. El ha pasado por muchas cosas para su edad y esto le hace sentir empatía con las personas en problemas.

Ellos después de haber concretado estás cosas, continuaron esperando fuera del consultorio a que el médico saliese a darles noticias de la niña.

Transcurrido bastante tiempo, sale la enfermera diciéndoles que podían pasar. Los cuatro pasaron al consultorio, ansiosos por la información que tenía que darle el médico.

-Señores tomen asiento, la niña se encuentra estable, la hemos limpiado para quitarle toda la sal, le hemos puesto una solución para hidratarla y ha despertado un momento, pero no reacciona, va a necesitar urgente el psicólogo que les solicite. Necesita cuidado por unos días, su cuerpo se recuperará rápidamente, ya que ella no tiene señales de abuso, sólo unos golpes; mi preocupación radica es en el plano psicológico. Eso es todo lo que tengo que informar, por ahora la dejaremos acá para seguirla tratando- les dijo el doctor.

-Muchas gracias por todo doctor- le dijo Vincenzo.

-En seguida despierte por favor llámenos- le dijo Skender al médico.

-Bueno muchachos vallan a descansar, cuando ella despierte el médico nos avisará- les habló Vincenzo a los jóvenes.

-Yo me quedaré a esperar, por favor papá- le comento Massimo a su padre.

-Hijo está bien, si eso quieres, espera acá- le dijo Vincenzo a su hijo. El entendía la preocupación de Massimo, porque él sabía que su hijo se había puesto en el lugar de la niña y sabía como se podría sentir la niña apenas despertara.p

Al día siguiente ella despertó, observando todo el lugar donde estaba, Massimo que no la dejo sola le dijo:

-Hola cariño, voy a avisar al médico que ya has despertado y regreso -salió de la habitación cerrando la puerta.

Al momento regresó nuevamente Massimo con el médico tras él que se acercó a paso rápido hacia ella. Y le pregunta:

-¿Cómo te sientes?-dice él, observándola.

-Bien- dice ella, mientras el médico la revisa.

-¿Cómo te llamas? Cuéntame algo de ti, lo que tú quieras- le pregunta el médico. Ella se queda en silencio, con su cabeza ladeada observando al médico, luego se toca la cabeza y se da palmadas suaves en ella.

-No hagas eso- le dice el médico, sujetando sus manos suavemente.

-No sé cómo me llamo, no se nada- dijo ella con lágrimas en los ojos -¿Quién soy?- y se puso a llorar. El señor al ver esto la consolaba pasándole la mano por su cabeza acariciando delicadamente se cabello.

-Debes quedarte tranquila, las cosas se solucionarán pero para eso hay que dejar que el tiempo pase. Aquí afuera hay personas muy preocupadas por ti que solo quieren tu bienestar- le dijo muy amable del médico

-Espera aquí tranquila, voy a llamar a los demás, todos estábamos esperando a que despertaras -le informó Massimo a ella, mientras salía del consultorio.

El médico también sale dejando a la niña con la enfermera para que no se quedase sola. Al ver que Massimo llamo a todos y se encontraban allí afuera esperando noticias les comenta:

-Señores la niña ya ha despertado, y deben tener calma, su cuerpo está respondiendo bien al recuperarse rápidamente, pero ella no se acuerda de nada.-

-¡Ohhh!- dijeron los tres que aún no sabían lo de su falta de memoria muy tristes y preocupados, al escuchar las palabras del doctor.

Massimo dentro de él pensaba que era bueno que ella no recordase nada malo, porque a él le gustaría no recordar muchas cosas.

                         

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