El corazón se me infla y mi sonrisa es tan amplia que duele. Sofí está evolucionando y no tendrá que quedarse mucho tiempo en esa mierda de loquero. Ya habían empezado a darle ciertos beneficios, significa que se está comportando como debe. Lo sé porque yo estuve dos semanas en un centro de rehabilitación, debido a la supuesta agresión que realicé contra la novia operada, cara de marmota, de mi padre, obvio que fue al revés, pero bueno, a nadie le importó un culo. También me intentaron meter en un centro por mis conductas depresivas y mi falta de empatía hacia la comida, pero ese es otro tema que no me apetece abordar ahorita. ¿Es que todos los padres solucionan los problemas de sus hijos metiéndolos a centros de rehabilitación o a un loquero? Y dicen que yo soy la loca...
─ ¿Ada? –una voz aguda me hablo de repente por la línea.
─ Carajo, ¡sí!
─ Sí, eres mi amiga. Sin dudas─ reí suave─ ¿ya te moriste sin mí?
─ Aún no. Pensé prostituirme para aliviar el dolor, o inscribirme en concursos de borrachera. Lo típico para no aburrirme─ le bromee.
─ Ya. ¿Vas a venir a visitarme? Aquí nos tratan como si realmente estuviéramos locos
─ Claro. Pásame la info.
Tome una agenda, la de Sofí, yo no uso agendas, por lo general tengo hojas tiradas por todos lados, apunte la dirección y los horarios de visita entre medio de los renglones rosas de la hojita. Conversamos un rato. Me contó lo asquerosa que es la comida, me dijo que las primeras semanas no le darían nada del otro mundo puesto que temen que trate de ahogarse con la comida o algo por el estilo, por lo que sus platillos se limitan a comidas blandas, tampoco le dan cubiertos con punta, como tenedores y cuchillos. Me explicó que, debido a su prontuario de auto lesiones, tienen cuidado con lo que le dan. Es una porquería, pero es comprensible debido a las veces que se a rayado el cuerpo.
Le conté de lo aburrido que era ir a clases, también le comenté que mañana antes de ir a verle, me reuniría con el director para saber sí me adelanta de año o no. Toque el tema de haberme cruzado con el antipático mejor amigo de su novio, pero sutilmente, no quería contarle lo lindo que me había parecido, las estupideces que no sé qué hice en una fiesta en donde dormí con él, y como me había tirado de culo al pavimento. Y fue allí en donde me detuvo.
─ Te tengo que pedir un favor.
─ Claro lo que pidas, Rositas.
─ Viste mi libreta, la que tiene un unicornio en la tapa.
─ Sí─ bueno estoy anotando en ella, pues.
─ Hay una parte con números telefónicos... Quiero que llames a Willy y le invites a verme mañana.
─ Bueno... Pero él sabe...
─ Sí que sabe. Le mandé una carta. Por favor. Quiero verle.
Colgué el teléfono, resoplando me senté en la punta de su cama.
Mañana iría a verla. Espero que el vampiro de Willy allá leído esa puta carta porque no quiero hablarle de como un infeliz violo a mi mejor amiga, y que ha tenido conductas suicidas desde entonces. Tampoco tengo ganas de contarle el cómo fue que la internaron en ese puñetero lugar. Quiero obviar cosas que no me corresponden decir, sin embargo, si Sofí llegase a pedírmelo, sin dudas preparo una sesión estilo terapia de película, lo ato a la silla por si quiere huir al escuchar mi narración, y le suelto la bomba atómica del pasado de su novia.
Pase hojita por hojita en la libreta de unicornio, hasta toparme con una lista de números telefónicos. Busqué y encontré el de Willy. Intente llamarlo, pero me daba el buzón, un –"Hola, soy Willy, si no respondo mándame un WhatsApp, no dejes un buzón, es un fastidio quitar la notificación...Pip" ─ me respondía cada vez. Es el mensaje de buzón más largo que eh escuchado. No le enviaría diez mil mensajes explicándole toda la situación, para algo los empresarios que trabajan en las empresas de mensajería habían creado los audios, para que gente pajera como yo no tenga la obligación de escribir, simplemente presionas el botoncito y clic. Así le he explicado al novio de mi mejor amiga que necesito hablar con él puesto que Sofí me pidió que lo hiciera. Obvio le explique que era yo y como había conseguido su número, por si las moscas es medio tonto y empieza con ¿Cómo conseguiste mi numero? ¿Quién eres? Mi paciencia es del tamaño de un grano de arroz y últimamente me ha costado volver a encontrarla una vez que me la tirado.
(Sonidito de notificación push up) Hola, ven a la fraternidad, te paso la ubicación.
Bien. Tengo que ir caminando a dicha casucha de universitarios ricos a pedirle a un tarado que usa lentillas rojas (carmín) que me acompañe a visitar a su novia al loquero, la cual también resulta ser mi mejor amiga. Bien. Normal, típico de un día cualquiera. Me meto en la ducha, pues huelo a pez muerto, ayer no me duche y empiezan a sentirse las consecuencias, que pensaban, uno no se puede bañar todos los días, se le va la lindura, jaja, no posta, necesito un baño, puedo no ser un hombre, pero las chicas también apestamos.
Una vez limpita, comienza el dilema titulado ¿Qué culo me pongo? Nunca me importa, pero no lavé ropa en toda la semana y no, aquí no hay sirvientas ni nada por el estilo, en este internado para pibes con guita te lavas tu solito la ropa. No me voy a poner ropa de mi amiga. Abro el ropero de par en par, revoleo unas zapatillas negras, bien estas sirven, pantalón, ¡¿Dónde hay un pantalón?! Sin pantalón, a la mierda, ya fue. Sacamos un remeron, "tutu ruruturu", nos lo ponemos, "tutu ruruturu". También me voy a poner unas medias largas, para por lo menos acercarme a la moda dark. No me gustan los peines, me aterran, esa es la razón por la que vivo despeinada.
Estoy fuera de la casucha de los universitarios, buena la gran casa de los universitarios. Golpeo, Willy me atiende y me invita a pasar. Me sorprende al ver que sus ojos en realidad son de un color caramelo, en realidad no me había tragado eso de tener ojos carmesíes, no es para nada normal y parecía un asesino en serie con cara de ángel. En la sala, se encuentran un par de personas, no más de cuatro, pero le pido hablar en privado ya que el tema es bastante, muy, delicado.
Nos sentamos al pie de las escaleras, por alguna razón obvia, Willy no quería que sus amigos sospechasen que tiene una novia dentro de un centro de rehabilitación, por eso no estábamos ni muy cerca ni muy lejos de ellos. A eso se le llama ser un estúpido que se avergüenza de su novia.
─ Bueno, dime. ¿Qué quiere Sofía? –Suelta sin más.
─ Primero. ¿leíste su carta? – utilizo el mismo tono neutro sin sentimientos.
─ Sí...
─ Quiere verte, bueno a ti y a mí─ pienso y digo –Mañana.
─ Mira Ada, la quiero más de lo que crees, pero estoy asustado, ayer leí todos sus secretos... Tengo miedo.
Ok bueno, debe ser difícil procesar todo en un día. Yo pude hacerlo, pero no todos están locos o tienen un pasado igual de raro. Así que comprendo que él no quiera ir, sin embargo, debo convencerlo de ir.
─ Es difícil, lo sé. Pero, Willy, tienes que ir. Si en verdad la quieres, debes ir─ lo dije muy bajito.
─ Lo sé, sí voy a ir, pero no solo.
─ Voy contigo, tarado.
─ ¿Que?
─ Ah, perdón, es la costumbre, insultar es mi costumbre.
─ Jaja bien. Y no me digas "Willy". Soy Will, Sofí me dice así y muchos están empezando a optar por ese seudónimo─ sí, en definitiva, él parece enamorado.
─ Ok, ella me dijo que te llamabas así, "Will"
─ Ella... es perfecta. No puedo creer que se allá fijado en mí, soy patético, y ella es asombrosa─ (en realidad no es patético, para nada, solo lo estropeo el amor) ─ Tiene una sonrisa muy linda, su cabello es muy suave, tiene esa vergüenza natural que no cualquier chica tiene, ósea se sonroja por todo, sabe que decir en todo momento, jamás me juzga, me quiere, ella me quiere...
─ ¿Te pusiste los lentes de contacto rojos solo porque a Sofí le gustan los vampiros? ─ me reí, suena tonto.
─ Sí.
Uf, si eso no es estar embobado por el amor, no sé qué es.
Decidimos dejar el tema hasta ese punto. Al perecer coincidimos en algo, hablar del pasado de Sofía no es buen tema de conversación. Creía que decidiría dejarla o algo por el estilo, ya que cuando comenzamos a hablar tenía un tono bastante seco, aunque pensándolo bien, tal vez sea porque yo no le caigo bien. Seguro debe estar maldiciéndose por dentro al haberse enamorado de una chica rota llena de monstruos internos, cuya mejor amiga está loca de remate y dio bastantes espectáculos en una sola noche. No lo culpo.
Luego de que Will me preguntara sí quería algo de beber, nos dirigimos a la cocina, me sirvió un vaso de jugo de naranja con mucho hielo, también preparó uno para él. Me marcharía justo en este momento, todos sabemos quién vive aquí, el pesado/ dejo tirada a las chicas después de invitarlas a comer/ Codi. No voy a negar que es guapo, es de esos chicos que aparece y necesitas mirarlo, aunque no te apetezca, porque llaman la atención. Odio que llame mi atención, Codi es molesto y un poco odioso, siempre quiere ser el héroe, aparece cuando menos quiero que aparezca, no soy una "princesa" que necesita que la rescaten, ¡carajo no! Nadie tiene que andar tras de mi para cuidarme el culo. Codi posee un poder peligroso; es capaz de hacer que mi mundo se pinte de colores con tal solo mirarme. Y no lo soporto.
Hablando de Roma, quien aparece en el marco de la puerta no es más ni menos que el mismísimo sopa...Codi.