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-VALERY BAJA- grito mi mamá desde la sala, al bajar por las escaleras vi que ella estaba hablando con mi padre desde la puerta sin dejarlo pasar a la casa.
-Mamá- llame su atención y a paso lento me acerque a la puerta viendo la cabellera castaña de mi padre.
-Cariño, tu padre quiere hablar contigo- dijo sonriendo para después darme espacio para poder verlo a la cara sin dejarlo entrar a la casa.
-quiero que vengas este fin de semana a la casa, casi nunca vas a nuestra casa, Samuel te extraña- al escuchar ese nombre se me dibujo una leve sonrisa al recordar al pequeño pelirrojo de 6 años.
-Ya dije que no puedo- dije con calma saliendo un poco de la casa- tengo una pelea.
-la tienes el sábado, cuando ganes vienes a mi casa- dijo el con una sonrisa.
-No lo creo, voy a estar cansada, y dudo ganar- dije cruzándome de brazos.
-Está listo, te vienes a mi casa el sábado después de la pelea, todos vamos a ir – dijo con entusiasmo.
- ¿Por qué tanta intensidad en que vaya especialmente este fin de semana? - me acerque un poco a el- ¿tratas de demostrar tu poder sobre mí?
- no es eso solo quiero pasar tiempo con mi hija.
-Si así lo pones, está bien-dije y me volteé para entrar a mi casa pero mi vista paro en una cabellera castaña escondida en el carro de mi padre.
-Alexander sal del carro- dije y este alzo la cabeza y salió del carro.
-Segura que tiene 36- dijo Alexander antes de acercarse más a mí- ¿segura?
-Si-respondí firme, pero vi vacilar sus ojos-no te gustaba tanto.
-si me gustaba, mucho, mucho, mucho-me miro serio.
-no te gusta- dije con seriedad.
-Que si-dijo como un niño pequeño.
-puedo apostar que no te acuerdas de su nombre y eso fue hace unos días- le dije con seguridad y él se quedó callado- ¿ves? lo superaras encontraras una chica- pare de hablar un segundo y alce un poco la vista para ver directamente a esos ojos azules – o un chico- él me miro mal- solo digo.
-Mejor no digas nada- dijo sonriendo un poco.
-Como quieras-me encogí de hombros.
-ALEX- grito mi padre desde el carro a lo que Alex lo vio y subió a este despidiéndose de mí con la mano y un leve sonrojo.
Al entrar a mi casa le conté a mi madre lo que hablé con mi padre y ella solo asintió con la cabeza.
- ¿Quieres ayudarme? - me pregunto mi mamá viéndome con duda en sus ojos azules y señalándome con una cuchara en la mano.
-Si- dije caminando en su dirección cogiendo un delantal en el camino.
Después de haber hecho la comida con mi mamá, pusimos los platos en la mesa y nos preparamos para comer.
-El vecino- dijo mi mamá cuando nos sentamos a comer- es lindo.
-se llama Marcos.
-Es lindo- repitió mirándome muy concentrada.
-no es lindo y solo vino porque quería verme entrenar.
-pero entreno contigo.
-si.
- ¿y ya?
-si.
- ¿no hablaron?
-casi no.
-Si eres extraña, si es muy lindo- se quejó ella.
-No lo soy- dije mirando mi plato de comida.
-como digas.
Al terminar de comer lavamos los platos sucios y nos sentamos en el sillón para ver películas, a la hora me pare del sillón y me dirigí a las escaleras.
- ¿a dónde vas?
-por mis guantes voy a entrar una hora antes de ir a dormir.
-no te sobre esfuerces, recuerda lo que paso la última vez- dijo y asentí con la cabeza tratando de olvidar ese día.
Subí a mi cuarto y vi los guantes tirados en la cama al igual que las vendas, me acerque a la cama pero inconscientemente mis pies me llevaron a la ventana y sin pensar corrí un poco la cortina, me sorprendí mucho al ver la ventana de mi vecino sin cortina, mire durante unos segundos y negó con la cabeza alejándome de la ventana pero me detuve al notar como mi vecino entraba por la puerta de su habitación y miro hacia mi ventana al darme cuenta de eso me aleje rápidamente y en un movimiento tome las vendas y los guantes para salir corriendo de mi habitación.
Después de dos horas salí del cuarto y pase por la cocina para tomar un vaso de agua, subí por las escaleras para llegar a mi habitación, me quite la ropa y la deje en el suelo quedando solo con mi ropa interior, me dirigí al baño de mi cuarto y me amarre mi larga cabellera en un moño alto, tome mi celular y puse música mientras entraba a la ducha.
Salí del baño después de un rato con una pijama puesta, recogí la ropa que había dejado tirada antes y me solté la moña para dejar mi cabello suelto, me acerque a mi celular y lo puse a cargar mientras me acercaba a la cama y me sentaba en esta tapándome con la cobija hasta la cintura, cogí el libro que tenía en la mesita de noche y empecé a leer.
Eran las 11 de la noche cuando cerré el libro y desconecte mi celular, puse mi alarma ya que mañana tenía escuela, apague la luz y como hago todas las noches corrí un poquito la ventana y mire al frente, la venta y cortina estaban cerradas al igual que la luz pagada, retire completamente la cortina y abrí la venta para sentarme en el ancho marco de mi ventana con un pie fuera de mi casa y el otro doblado hacia mí. Descanse mi cabeza en mi rodilla y mire el cielo.