La mejor de las venganzas
img img La mejor de las venganzas img Capítulo 5 Mi venganza
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Capítulo 6 Malestares img
Capítulo 7 Mi nuevo cuarto img
Capítulo 8 Sangre sucia img
Capítulo 9 El regreso de Ulises img
Capítulo 10 El diagnóstico img
Capítulo 11 Huir img
Capítulo 12 Enfermedad img
Capítulo 13 La novia de mi esposo img
Capítulo 14 ¿A quien debo elegir img
Capítulo 15 Capitulo 15: El tatuaje img
Capítulo 16 Capitulo 16: Mi familia img
Capítulo 17 El inició de la guerra img
Capítulo 18 Solo sexo img
Capítulo 19 Leucemia img
Capítulo 20 La verdad img
Capítulo 21 Tratamiento img
Capítulo 22 La abuela Salvatierra img
Capítulo 23 Furia img
Capítulo 24 La fotografía img
Capítulo 25 El pasado de mi madre img
Capítulo 26 Homofobia img
Capítulo 27 Un fantasma img
Capítulo 28 ¿Celos img
Capítulo 29 El tio Felipe img
Capítulo 30 ¡Me harte! img
Capítulo 31 El padre de Ulises img
Capítulo 32 Mariela img
Capítulo 33 Alec img
Capítulo 34 Revelación img
Capítulo 35 Carbón img
Capítulo 36 El paciente misterioso img
Capítulo 37 Reconciliación img
Capítulo 38 Ataque img
Capítulo 39 ¡No otra vez! img
Capítulo 40 ¿Cuándo paso img
Capítulo 41 Lluvia img
Capítulo 42 El regreso de Fede img
Capítulo 43 El avión img
Capítulo 44 El final de mi felicidad img
Capítulo 45 El plan de Federico img
Capítulo 46 ¿Embarazada img
Capítulo 47 Destruida img
Capítulo 48 El secreto de Ana img
Capítulo 49 Las intenciones de Felipe img
Capítulo 50 Mi nuevo hogar img
Capítulo 51 Psicopatia img
Capítulo 52 Muerte img
Capítulo 53 Nuevo trabajo img
Capítulo 54 Te amo img
Capítulo 55 Visita sorpresa img
Capítulo 56 Descubierta img
Capítulo 57 El parque img
Capítulo 58 La identidad del asesino img
Capítulo 59 ¿Seré padre img
Capítulo 60 La verdad img
Capítulo 61 La muerte de Isabel img
Capítulo 62 Siete años después img
Capítulo 63 Regreso a mi país img
Capítulo 64 La empresa Vidal img
Capítulo 65 El Ceo img
Capítulo 66 El proyecto img
Capítulo 67 Pesadilla img
Capítulo 68 Engaño img
Capítulo 69 Las flores img
Capítulo 70 Visita al cementerio img
Capítulo 71 Lentitud img
Capítulo 72 Mentiras img
Capítulo 73 El establo img
Capítulo 74 El reencuentro img
Capítulo 75 Libertad img
Capítulo 76 El restaurante img
Capítulo 77 Viejos amigos img
Capítulo 78 ¿Secuestro img
Capítulo 79 Enfrentamiento img
Capítulo 80 Regreso de personas indeseables (Primera parte) img
Capítulo 81 Regreso de personas indeseables (segunda parte) img
Capítulo 82 El baño img
Capítulo 83 El motociclista img
Capítulo 84 El acuerdo img
Capítulo 85 La maleta img
Capítulo 86 Pelea img
Capítulo 87 Videollamada img
Capítulo 88 Infidelidad img
Capítulo 89 Concierto img
Capítulo 90 El secreto de Leon img
Capítulo 91 El error de Federico img
Capítulo 92 ¿Dónde está victoria img
Capítulo 93 El plan de Isabel img
Capítulo 94 El dorado img
Capítulo 95 ¿El final del mal img
Capítulo 96 La verdad de Leon img
Capítulo 97 Solo mías img
Capítulo 98 Las reglas de Isabel img
Capítulo 99 El cumpleaños de las mellizas img
Capítulo 100 ¿Un error img
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Capítulo 5 Mi venganza

Federico

-¡Suéltame, idiota!-Isabel grita molesta

No ha dejado de gritar en todo el camino hacia mi casa he considerado cubrir su boca con cinta.

Esta mocosa ya me está desesperando.

No me contuve y le pegue una nalgada lo cual solamente aumento sus gritos e insultos.

-¡Hijo de...!

Soy consciente de que si la bajará de mi hombro ella sería capaz de golpearme.

Aún me duele la cabeza porque la salvaje me golpeó con la lámpara en la cabeza.

Hubiera sido mejor que me case con una mula loca en lugar de con Isabel. Esta mocosa está completamente demente y la verdad tiene a quien salir.

No tarde más de seis minutos en subir rumbo hacía mi habitación para arrojarla a la cama. La deposité entre mis sábanas sin ningún tipo de cuidado y pude percibir el terror en su mirada.

-¡Me vas a violar! ¡Maldito enfermo!.- Exclama molesta

-¡Cierra la boca, Isabel! ¡No tienes una idea de lo que soy capaz!.

-¡No te tengo miedo, imbécil!.

Cualquiera de mis empleados temblarían ante mis amenazas, pero Isabel me desafía y me reta como nunca nadie lo había hecho.

No estoy acostumbrado a este tipo de desobediencia.

-¡Lo que le hizo a tu amiguito es solamente una probadita, pequeña!.-Le advierto

Me acerqué a uno de los estantes de mi closet y tome aquel elemento brillante cuando Isabel lo miro me percate del terror en su mirada.

-¡No te atrevas!.-Me amenaza intentando reprimir su terror, pero la mirada la delata.

-Tú me obligaste a hacerlo.

Ella intenta huir, pero le ganó en fuerza y me posicioné arriba de ella. Sostuve sus brazos arriba de su cabeza y le esposé las muñecas a la cama.

-¡Si me violas te juro que cuando me libere te la corto estúpido!.

No pude evitar reír porque me hacen gracias sus insultos.

Nunca me imaginé que ella tendría está personalidad. Me la imaginé como una mujer más recatada, tranquila y sumisa.

Debo admitir que su maldito carácter no estaba dentro de mis planes, pero eso no impedirá que lleve a cabo mi venganza.

Pronto encontraré la forma de domarla y hacerle pagar todo el daño que me causo su maldita familia.

-Tienes la boquita muy sucia para ser una señorita de su casa.

Me posicione arriba de ella y lleve mis manos hacía sus mejillas acomodando su cabello detrás de sus orejas.

Su cabello me fascina. Es rizado, largo y color dorado, la hace parecer una auténtica princesa.

Y sus ojos color miel son muy bellos y expresivos.

Me encanta, pero también la odio porque además de su cuerpo y su piel, la sangre que corre por sus venas refleja ese maldito apellido, Montenegro.

-¡Deja de mirarme así, maldito psicópata!-Grita molesta.

-Si lo hubiese deseado hace mucho tiempo serias mía.-Le hago saber

Lleve mis manos hacía su blusa rota y me encargue de terminar de desgarrarla y arrojarla al suelo dejándome expuesto su brasier en tono blanco.

Me percato de que ella contiene sus lágrimas. Es demasiado fuerte para permitirse llorar y en ese aspecto nos parecemos.

Planeo destruirla en todos los sentidos, pero abusar de ella es un límite que jamás cruzaría, sin embargo, ella no tiene porque saberlo.

Deje varios besos en su cuello percatandome de que su piel ya posee marcas.

Le advertí al imbécil de Ulises que solamente podía besarla, pero no soy Idiota y soy consciente de que seguramente ese tipo se acostó con ella.

-¡Ay!-Se queja cuando deje mordidas en su cuello, pero no me detengo.

No me interesa ser gentil con ella porque no se lo merece. Llevando la sangre que corre por sus venas no debe ser más que un monstruo.

Deposite besos en cada parte de su cuerpo hasta posicionarme en su ombligo lamiendo aquella zona mientras bajo su jean de sus rodillas para abajo. Es increíble lo exquisita que es su piel.

Ella intenta pegarme patadas, pero no puede impedirlo.

Cuando levanté la vista me percaté de que varias lágrimas resbalan sobre sus mejillas y en ese momento entendí que ya he logrado mi cometido.

-No te tocaré porque no me gustan las mocosas chillonas como tú. Prefiero a las mujeres de verdad.-Manifiesto arrogante

-No me importan tus gustos. Si quieres dinero estás perdiendo el tiempo porque mi abuelo no te daría un peso por mí.

-Dinero es lo que me sobra -Lleve mi mano hacía su cuello -Escúchame muy bien, Isabel, a partir de hoy me obedecerás en todo lo que te pida, o tus abuelos y tus hermanas pagarán las consecuencias.

-No te atrevas a tocarlos...

-¿La menor cuanto tiene? ¿Diecisiete años? sería una pena que sufran un accidente.

-¿Qué quieres?- Inquiere preocupada, creo que se ha percatado de que podría destruirla si lo deseara

-Que cumplas con tus obligaciones de esposa.-Deje un beso en su mejilla -Te has portado muy mal y por ello, pagarás las consecuencias, te quedarás cuarenta y ocho horas aquí sin probar alimento ni bebida. Aprenderás a obedecer por las buenas o las malas.-Sentenció antes de salir de la habitación cerrando la puerta con llave.

-¡Qué son esos gritos, mi niño!.-Me pregunta mi nana cuando se acerca a mi habitación.

-No le prestes atención, nana.-Le regalo una sonrisa -Simplemente mi esposa está algo paranoica. No quiero que nadie le abra la puerta, ya se cansara de gritar.

-No me gusta lo que estas haciendo. Ella no tiene la culpa.

-Yo tampoco la tenía, pero alguien tiene que pagar.-Le hago saber -Si no quieres ser parte de esto puedes irte cuando lo quieras.

-Nunca te dejaría solo mi amor. Eres como un hijo para mí.

Abril es mucho más que una madre para mí desde aquel horrible día en el cual me quede prácticamente solo en este mundo.

-Lo sé, nana, sé que eres muy buena, pero no quiero que seas amable con Isabel.

Ella niega con la cabeza -Te adoro, pero no me ordenarás que hacer.

-Dentro de unos días los demás sirvientes regresarán, por lo pronto, yo los atenderé a ti y a tú esposa, conozco tus gustos a la perfección.

-Muchas gracias, nana.-Deposite un beso en su mejilla antes de alejarme.

Cuando llegue a la salida de la mansión me percaté de que dos de mis hombres de seguridad tienen a alguien entre sus brazos.

-No entiendo ¿Por que estos tipos me detuvieron? -Exclama Ulises molesto

-Son órdenes mías -Le respondí sin más

-No entiendo, señor.- Murmura incrédulo en un tono tan bajo que me es difícil escuchar

-Te advertí que regresarás a Londres. Allí debes atender unos negocios.

-Lo sé, señor, pero quiero ayudarlo a encontrar a Isabel aun mi trabajo no ha concluido.

Reí fuerte porque no puedo creer que este niño piense que me verá la cara. Lo conozco desde que es un mocoso y por supuesto, no es más listo que yo.

Si he sobrevivido durante tanto tiempo es por mi astucia.

-Mi esposa ya no es tu asunto.

-Es mi mujer.-susurra para sí mismo.

-Te advertí que no la tocaras.-Lleve mis manos a su cuello ejerciendo fuerza -La virginidad de Isabel era algo que me correspondía a mí y si no te asesinó es para no causarle un dolor a Abril.

-Créame que no lo planee; simplemente, me deje llevar por el momento. Isabel fue mía, mi mujer, ya no es virgen y no le sirve para su venganza. Yo lo ayudo a buscar otra forma de vengarse, pero no la lastime por favor.

-Te advertí que no te enamores, niño, pero no quisiste escucharme. Isabel es mi propiedad a partir de hoy la tratarás como a la esposa de tu jefe. No tengo que recordarte todo lo que me debes-Él niega con la cabeza y yo prosigo-Si siquiera la miras no me importara quien seas y te acabaré.-Me centre en los guardias de seguridad- Escolten a Ulises al aeropuerto y asegúrense de que aborde un avión.

                         

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