Tus caricias en mi piel
img img Tus caricias en mi piel img Capítulo 3 Un enfrentamiento; Una huida.
3
Capítulo 10 Ivonne: Julián Nikolay; La solución de mis problemas img
Capítulo 11 Futura señora Petrova img
Capítulo 12 Visita al cementerio img
Capítulo 13 Visita al cementerio, dos img
Capítulo 14 Salgamos antes de profanar a los muertos. img
Capítulo 15 Lo deseas tanto cómo yo, Ivonne. img
Capítulo 16 Los celos incontrolables de Nikolay img
Capítulo 17 La confesión de Nikolay img
Capítulo 18 Sentimientos a flor de piel. img
Capítulo 19 Necesito de él, necesito de su fuego. img
Capítulo 20 Aleric. img
Capítulo 21 La desaparición de Nikolay. img
Capítulo 22 En una trampa img
Capítulo 23 ¿Cómo salir de la mansión img
Capítulo 24 El plan entra en acción. img
Capítulo 25 Nikolay, ¡Quiero más de ti! img
Capítulo 26 Usa la distracción a tu favor. img
Capítulo 27 Llegaremos tarde, ruso. img
Capítulo 28 Cita con el ginecólogo. img
Capítulo 29 La fiesta de Aleric. img
Capítulo 30 La boda. img
Capítulo 31 Luna de miel, en Italia. img
Capítulo 32 Luna de miel, en Italia, dos. img
Capítulo 33 Conociendo a Bruno y su familia. img
Capítulo 34 Completamente tuya, Nikolay. img
Capítulo 35 Tus nudos son extremadamente malos. img
Capítulo 36 Petrov y Petrova en peligro. img
Capítulo 37 Sentía que te perdía. img
Capítulo 38 Ví a mi padre, hablé con él y, él me envió devuelta conmigo. img
Capítulo 39 Mis manos sobre su piel. img
Capítulo 40 ¿Embarazada de mi ruso img
Capítulo 41 ¿Natalia Creí que estabas muerta. img
Capítulo 42 ¿Natalia Creí que estabas muerta, dos. img
Capítulo 43 Tú no puedes quedar embarazada, Ivonne. img
Capítulo 44 Tú no puedes quedar embarazada, Ivonne, dos. img
Capítulo 45 La muerte nos acompaña. img
Capítulo 46 La perdida de mi hijo. img
Capítulo 47 La perdida de mi hijo, dos. img
Capítulo 48 ¡Pelea conmigo, Andrew! Así no sentiré dolor. img
Capítulo 49 Él me creyó a mí, Ivonne. img
Capítulo 50 ¿Residuos en la muestra de sangre ¿Ivonne se va img
Capítulo 51 Embarazada... ¿Otra vez img
Capítulo 52 Se acabó todo. img
Capítulo 53 Se acabó todo, dos. img
Capítulo 54 Serás una gran madre para esos niños y para ese bebé. img
Capítulo 55 ¿Estás embarazada img
Capítulo 56 En realidad tú nombre es... ¿Viviana img
Capítulo 57 Nuestro hijo. img
Capítulo 58 Tratando de controlar lo que siento. img
Capítulo 59 Tratando de controlar lo que siento, dos. img
Capítulo 60 Aleric y yo. img
Capítulo 61 Siempre serás su primera opción, Nikolay. img
Capítulo 62 Siempre serás su primera opción, Nikolay, dos. img
Capítulo 63 Aleric Nóvicov y su pasado. img
Capítulo 64 Ruptura con Aleric. img
Capítulo 65 ¿Me creerías si te dijera que estás más hermosa que ayer img
Capítulo 66 Nuevamente en peligro img
Capítulo 67 Nuevamente en peligro, dos. img
Capítulo 68 Nikolay, no podemos, estás convaleciente. img
Capítulo 69 En mi defensa, Nikolay, siempre me quieres así. img
Capítulo 70 Cena de cuatro. img
Capítulo 71 Cita con el médico. img
Capítulo 72 ¿Quién quiere acabar contigo, Ivonne img
Capítulo 73 ¿Qué te pasa, Nikolay img
Capítulo 74 Distintas maneras en las que eres mía. img
Capítulo 75 El bebé ya viene. img
Capítulo 76 El bebé ya viene, dos. img
Capítulo 77 Lukyan img
Capítulo 78 Plenitud en casa. img
Capítulo 79 Una nueva amenaza. img
Capítulo 80 Tengo mis métodos para que hable, Nikolay. img
Capítulo 81 Celos de Nikolay y una mujer que no quiere hablar img
Capítulo 82 ¡Esa mujer sabe mi pasado! img
Capítulo 83 ¡Julián está detrás de todo! img
Capítulo 84 ¡Julián está detrás de todo! Dos. img
Capítulo 85 Paseo en el parque. img
Capítulo 86 Alenka img
Capítulo 87 Eres demasiado... Excitante. img
Capítulo 88 Eres demasiado... Excitante, dos. img
Capítulo 89 Tal vez tú ángel siempre ha tenido su lado oscuro. img
Capítulo 90 No me cansaría de hacerte el amor. img
Capítulo 91 Las amenazas cada vez más constantes. img
Capítulo 92 Las amenazas cada vez más constantes, dos. img
Capítulo 93 Todo bajo control. img
Capítulo 94 Todo bajo control, dos. img
Capítulo 95 Todos a salvo. img
Capítulo 96 Un camino de besos. img
Capítulo 97 Viaje a Italia. img
Capítulo 98 Ya instalados. img
Capítulo 99 La sorpresa. img
Capítulo 100 ¿Quieres enloquecerme img
img
  /  2
img

Capítulo 3 Un enfrentamiento; Una huida.

Llegamos donde el "coyote", como le gustó que le dijeran, el traficante de armas más grande del mundo, y qué, de casualidad, mi familia hace los mejores tratos con él. Sonreí cuando entré en su casa, cómo siempre, estaba comiendo solo en su comedor, se caracteriza por ser un amargado de mierda, yo lo soy, pero él me supera.

- Te dijo que nadie puede entrar aquí. Menos cuando estoy comiendo. - dijo aquel hombre que estaba sentado, yo era igual a él, eran contadas las personas que se sentaban a comer conmigo, no le daba esa libertad a cualquiera, sin contar el hecho de que Antoine toda una vida ha estado a mi lado y solo un par de veces se ha sentado en la mesa conmigo.

- No soy ninguna persona. - mencioné apareciéndome en su campo de visión, uso el mismo carácter endemoniado y es que su padre hacía tratos con el suyo, Aleric por otro lado, no era de la clase de persona que solo le interesan negocios, no le importa con quién está tratando , no cambiará su actitud.

- A mí no me importa si eres un Petrov o si eres un mismísimo miembro de la Yakuza, no me gusta que nadie entre a mi casa, y mucho menos sin mi permiso. - respondió. - Pero ya que estás aquí, desembucha, ya arruinaste mi comida.

- Mira, maldito imbécil, este asunto es serio y me vale la misma mierda si te molesta que esté aquí o no, vengo a hacer negocios, no vengo a hacer vida social. - mencioné sonriendo de mala gana, estaba emputado y es que tenemos un carácter tan similar que nos molestamos a nosotros mismos. - Y si tanto te molesta mi presencia, podemos agarrarnos a los puños aquí mismo. - agregué nuevamente poniendo ambas manos encima de su mesa, quedando frente a frente.

- No estoy para tus juegos niñato. - apareció poniendo su mano en la pretina de su pantalón mientras me miraba seriamente, sabía exactamente qué haría, así que hice lo mismo, no nos demoramos en sacar nuestras armas y apuntarnos directamente a nuestros cuerpos, desde afuera apareció Antoine y el jefe de seguridad de Aleric, mal día para no tener seguridad extra.

- ¿Crees que yo sí? - respondí con altanería en medio de una sonrisa. - Ahora dime, ¿Vamos a negociar? - esperé que asintiera, si no esto se volvería en un maldito duelo, donde yo tenía la completa desventaja porque él sabía perfectamente el lugar en que se encontró, mientras que yo ni idea.

- Baja el arma, muchacho. - mencionado desde atrás el padre de Aleric. - No tuve problemas con el infeliz de tu padre, menos los tendré contigo. Sé que ustedes son buenos amigos, pero tienen un carácter de mierda, tan irritables ambos. - añadió sonriendo de lado. Me acerqué para sentarme en su mesa y tratar los temas que usaron que negociar, pero Aleric habló.

- En mi mesa solo se sientan las personas que estimo y creo de confianza, detras de eso, solo yo. - añadió sonriendo. - Tú dejaste de serlo cuando decidiste acostarte con la chica que se iba a convertir en mi futura esposa. - dijo.

- Bueno Aleric, te he dicho que ella no me dijo en ningún momento que estaba comprometida, no es mi culpa que pasase aquello, ya deja la prevención, me interesa más con vida que bajo tierra. - respondí sonriendo mientras pasaba la lengua por mis dientes en medio de una sonrisa. - Necesito armas, de distintas clases, rifles francotiradores, armas de disparo rápido, de corta distancia, necesito armarme hasta los dientes para lo que tengo planeado hacer. - mencioné nuevamente.

- No hemos hablado de cantidad y ya me parece que necesitaré tiempo, no puedo conseguir lo que me pide de un día a otro, sin contar que tengo "encargos" antes de los tuyos. - respondió el padre de Aleric, sabía lo que quería, en este mundo nada funciona sin el dinero suficiente.

- ¡Me importa un carajo! Te pagaré lo que deseas por traerme ese cargamento lo antes posible, tú solo pones un número y yo te lo daré, sabes que ese no es problema para un Petrov. - agregado. Él me miró y luego volvió a sonreír.

- Vse v poryadke (Está bien). - respondió. Estrechamos nuestras manos para cerrar aquel trato y luego salí de su casa y me dirigí directamente a la mía.

Antoine me miró desde el espejo retrovisor, sabía que tenía una duda, sin embargo, no era capaz de preguntarla, siguió así por una gran parte del camino hasta que decidió sacarle lo que tenía atorado.

- Dime, ¿Qué te aqueja tanto? - preguntó mirándolo fijamente.

- Señor, no quiero parecer un débil o un idiota, pero solo somos usted y yo, en cambio ellos son cientos, y las armas que encargó también fueron cientos, como para armar un batallón, el que no tenemos. - dijo.

- No te preocupes. - responde. - Ya conseguiremos a los hombres, por dinero y muchos podrían vender hasta a su madre. - agregado.

Seguimos nuestro camino en silencio, inevitablemente pensé en aquella chica, hoy, donde llegó su carta, había pensado más en ella, sus palabras llegaron a mi mente cómo si las hubiera aprendido de memoria, y tal vez, así haya sido, pero no quería admitirlo.

Tal vez... Tal vez se le aparecerá ¿Será por mi casa una vez todo su encierro terminar, como lo mencionaba en su carta, solo sí la dirección era la correcta, si no, solo habré parecido un imbécil creyendo algo que no era? Deseaba verla, conocerla, algo en su forma de escribir provocaba un sentimiento en mí que nunca había experimentado, pero sabía que era una rata igual que yo y que nada bueno sale al mezclar mierda con mierda.

Entramos en la mansión, busqué en el periódico, siempre hay gente necesitada que ofrece sus servicios, además de mandar a Antoine a buscar gente en los barrios más apartados de la ciudad, solo esperaba poder encontrar mi ejército y poder acabar con todas esas escorias que quedaron usurpando mi trono en Rusia.

Moscú es mi tierra y ni el diablo se atrevería a tratar de sacarme de ahí, estos pobres infelices no tienen idea con quien se metieron. Sonreí diabólicamente, era algo que hacía cuando pensamientos asesinos se apoderaban de mi mente, y en eso, soy muy creativo.

Ivonne Wilson

Solo tengo que pasar este día, solo este, al amanecer de mañana sería libre, por fin podría irme de aquí, tomaría lo que me pertenecía y me iría lo más lejos posible de mi tía, no quiero permanecer al lado de la mujer que acabó con mi familia.

- Mañana por fin nos iremos de esta mierda. - mencioné sonriendo, mi amiga estaba al lado con una sonrisa en su rostro, sabía lo que significaba, se vendría conmigo, dejaría todas estas condiciones deplorables y se vendría conmigo en busca de algo mejor.

- Tienes razón, tantos años de espera por fin habrán valido la pena. - respondió ella sin dejar de sonreír.

Claro que sí valieron toda la maldita pena, no podía con la felicidad que invadía mi ser, pero, aún así, creía que Anastasia estaba aún más contenta, es que sus ojos brillaban con solo mirarla.

Pude dormirme pasada la medianoche, esperaba con ansias que las horas pasaran lo más rápido posible, pero al rato me despertó Anastasia, no sabía que quería, pero era algo malo, lo podía traslucir en su semblante.

- ¿Qué sucede? - preguntó curiosa, seguro había descubierto algo, esas malas costumbres de pasear por las penumbras de la noche.

- Hay unos hombres afuera que preguntan por ti y no tienen pinta de ser amigos. - dijo. - Tenemos que irnos rápidamente, creo que tenías razón cuando bromeabas acerca de tu tía y enviar matones. - dijo en una media sonrisa.

- No creo que haya caído así de bajo. - mencioné, aunque sabía de los alcances de aquella mujer, después de meterse con su cuñado o dejar que mi madre la viera revolcándose con mi padre, es capaz de cualquier cosa.

- Tenemos que salir de aquí, Iv. - dijo Anastasia, así me llamó algunas veces, me levanté y coloqué zapatillas, las demás cosas quedarían aquí, no usaría tiempo para llevarnos más cosas con nosotras.

- Te sigo, Ann. - respondí, también yo acorté su nombre, supongo que después de muchos años de amistad nos sentimos con libertad de hacerlo.

- Vámonos. - salimos con mucho cuidado de la habitación, pero antes dejamos unas almohadas para simular que seguíamos en la cama.

Salimos por un pasillo secundario que daba a la cocina, se suponía que no debíamos usar, pero era una forma fácil para salir más rápido de las habitaciones, de pronto escuchamos dos estruendos, nunca había escuchado un disparo, pero parecía que eso era, así que me asusté.

Me detuve, el miedo se apoderó de mi cuerpo, pero Ann me tomó el brazo y jaló de el para que pudiéramos seguir avanzando.

Quería pensar que todo saldría bien, de verdad, pero si ya habían disparado se habían dado cuenta de que en las camas solo había algunas almohadas. Estaba completamente oscuro, parecía que mí tía había atinado la noche en la cual se rompió de mí.

La puerta no abría, estaba cerrada con llave, como si supieran que íbamos a escapar, pero no nos rendiríamos, trataríamos de salir cómo si fuera lo último que haríamos, que ahora, era una opción.

- Mierda. - Anastasia destacó, ambas estábamos completamente asustadas, y ese sentimiento solo aumentó cuando escuchamos pasos viniendo hacia la cocina. Cerramos la puerta con llave y tratamos de abrir la puerta nueva

mente, pero nada resultó, Ann no pudo con la presión y tomó una silla con la que, después de varios intentos, se rompió, salimos de ahí con algunas astillas de vidrio pegadas en las y muñecas, pero ninguna la suficiente profundidad para lastimarnos más de la cuenta.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022