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Capítulo 4: Las locuras de Zion.
[Zion]
Conduciendo para ir a la Universidad, me he arrepentido y he querido dar marcha atrás.
Llegando a la entrada de aquella lujosa Universidad me he arrepentido, no he querido volver. Manejando por la carretera me llego un mensaje, el cual reviso, trato de mantener la vista en frente, pero se me hace complicado.
- Cariño, ¿Ya llegaste a la Universidad? - al abrir el mensaje observo que es mi madre.
- Bueno... he decidido dar una vuelta más para despejar mi mente. - le digo cualquier cosa a mi madre para que no se preocupe.
- Zion hijo, cualquier decisión esta demás decir que te apoyo. - entiendo por donde ya ella viene, no necesariamente voy a abandonar la idea de ser alguien.
- No hace falta decir eso, te amo solo... es nerviosismo. - le aclaro para que entienda que no debe de preocuparse por nada.
- Tranquila yo jdhdi3edi- de momento mi celular salió volando.
No pude responderle el mensaje a mi mamá, ya que una chica casi me choca de lado el auto. Sin más que decir le saqué el dedo del medio.
-¿Por qué? Agh... solo tiene que aprender a manejar bien. - Le riño a la chica de cabello marrón, pero más bien fue para mí.
-¿Sucede algo?, mandaste un mensaje bien extraño. - leo cuando logro tomar otra vez mi celular que había caído en el asiento del copiloto.
- No, no pasa nada. - tal vez con esto que me ha sucedido, mi mamá pensará que algo me sucede.
Sigo conduciendo, pero a la vez no dejo de opinar en aquella chica.
- Zion, solo deja de suponer en ella. - Conociéndome, llamo a Sky una vieja amiga, yo sé que le gusto, pero ella no me llama la atención, solo diría que es una dama de compañía, exclusivamente para mí.
- Aló. - escucho cuando me atiende la dama a la cual me estoy contactando.
-Hola, Sky, ¿Estás libre hoy a las 7:00 p.m.? - soy directo, no me gusta estar pendiendo el tiempo.
- Eh... Mmm... Sí, ¿a dónde nos vemos? - ella tampoco se anda con rodeos.
- Te espero en el hotel Hesperia. - me encamino hacia ese hotel.
- Estoy en camino. - me responde Sky y yo encantado de la vida.
Cuelgo, solo necesito liberar la tensión.
«Nada más es una Universidad. Tranquilo. Nada más necesitas una noche de relajación y todo saldrá bien.».
Me animo un poco, sin embargo, aún sigo sintiendo este sentimiento amargo.
«Ya antes habías estado allí, no tienes que estar nervioso».
Era cierto, días anteriores había visitado la Universidad para dejar algunas cosas allí y conocer gente. Solo que esta vez estoy sufriendo un ataque de pánico porque es definitivo. -El quedarme allá. Mascullo llegando al estacionamiento de aquel hotel elegante.
Veo a Sky, apoyada en la puerta de su auto. Estaciono al lado de ella.
- Hey. - Me besa en la mejilla.
- Hola, ¿cómo estás? - Pregunto tomándola por la espalda baja, dirigiéndonos a la recepción.
- Bien, ¿Qué has hecho? - Pregunta con interés genuino, solo que no me importa lo que salga de ella.
- Ir a la Universidad. - Respondo cortante. Veo que la recepcionista se muerde el labio por el cuerazo que tiene en frente.
- Hola, una Suite, por favor. - Le pido, guiñándole el ojo.
- Eh... si son unas 1120 coronas noruegas. - Le tiembla la voz, no sé por qué está nerviosa, yo puedo pagar eso y más.
-¿Puedo pagar en Euros? - Pregunto ya que, si puedo pagar, pero en Euros.
- Bien, son...106, 02 Euros. - Me muestra la pantalla de su ordenador.
- Perfecto. - Le doy 150 Euros por su amabilidad hacia mí.
- Eh... Señor... (Le interrumpo) ...
- Tranquila, pequeña, lo extra es por tus esfuerzos. - Le sonrío, al parecer se derritió, me dio una llave con el número 04.
Caminar por aquellos extensos pasillos iluminados me pareció esclarecedor, no obstante, me sentía algo incómodo. Casi llegando a la Suite Sky se me abalanza y me empieza a besar sin control, casi me caigo de la sorpresa así que la pego contra la pared, pero creo que lo hice muy fuerte porque se escuchó muy profundo.
Me empieza a besar el cuello, me percato que nos están viendo.
«¿Qué?, es la misma chica de auto».
Me separo de Sky, le digo que se vaya, que ya se me fueron las ganas, me reprocha y se va.
-¿Qué ha pasado? ¿Por qué quiero ver cómo está?. - Susurro para mí me acerco hacia su puerta, escucho unas risitas. Lo que me parece tierno.
Toc, toc, toc.
Aparto un poco la mirada de vergüenza que tengo.
«¿Por qué estará tardando?».
- Por favor abre. - Le suplico, sin razón alguna.
- Está todo bien. - Pregunto con la voz ronca.
- Eh... Eh... ¿Sí?... ¿Por qué? - Las palabras salen solas de su boca, parece que está asustada.
-Agh...(Gruño)... Solo porque... (Volteo los ojos) ... Azotaste muy fuerte la puerta. -
- Eh... No gracias ya comí. - Me cierra la puerta justo en la nariz.
«Ouch, ¡Qué dolor!».
-¡Hey!, maleducada... Agh...- Quedo con la nariz estropeada.
«La curiosidad mató al gato, pero esta vez el gato quedo con la nariz dañada.».
Voy hacia mi Suite, me tiro en la cama tratando de olvidarme de ella.
***
Estoy por salir del hotel, pero observo que, a la chica, tiene un problema con su auto.
«Le iba a ayudar, pero creo que ya lo resolvió».
Antes de que se diera cuenta me siento cómodamente sobre el asiento del conductor y lo enciendo.
«Quiero ver su expresión».
- Ya listo, ya arranco. - Le digo con una sonrisa juguetona.
- Que... ¿Qué haces aquí? - Percibo que está superenojada lo que me parece tierno.
- No arrugues el ceño que te saldrán arrugas rápidas. - Le riño para que no se convierta en vieja rápida.
Me voy antes de que diga otra cosa que yo no quiera escuchar.
***
Estoy en la entrada de la Universidad, trayendo las cosas que me faltaban para tener una estancia cómoda acá.
- Hey, sabes viene una nueva. - Dice una chica que recién conocí llama Alba. En realidad, no me sorprende que la gente aquí sepa de los nuevos ingresos, cuando llegue casi me hacen una despedida de soltero.
-Dicen que es superinteligente. - Llega diciendo creo que su hermana llamada Alma.
-Y... ¿Qué tiene esta chica nueva de especial? - Pregunto algo intrigado.
-Hola, Zion... mira. - Me muestra la imagen, tardo en procesar un poco.
«Oh, es la misma chica del hotel».
-¿Y cuál será su habitación? ¿Su fraternidad?. - Pregunto sin darme cuenta de con quienes estaba.
-Epa, velocista, ¿Qué pasa? ¿Te llamó la atención? - Pregunta Alba algo ofendida.
-No es nada, solo respondan. - Les ordeno con suavidad.
-Su habitación será la numero 03 en nuestra fraternidad. - Me responde Alma muy calmada.
-Gracias. - Me voy de allí, tengo que arreglar unas cosas para estar cerca de esa chica.
Nunca me imaginé estar haciendo locuras por una chica que acabo de ver ni siquiera conocer, solo intercambie algunas palabras con ella.
Sin embargo, yo a esto, bueno, lo que estoy sintiendo no lo llamaría amor a primera vista sino más bien interés a primer olido.
Dicen que cuando te enamoras o como sea, lo haces por medio de los ojos, que cuando ves a esa persona, cada facción, los ojos, su piel, su cabello, su actitud corporal.
Lo que irradia, es por los ojos, al darme cuenta leyendo en uno de los artículos de la infinidad de libros en mi biblioteca, las personas se enamoran es por el olfato, como huele, las feromonas.
No tengo mucho de haberme mudado hacia la fraternidad de las chicas, no me molesta que sean chicas, solo me importa una de ellas.
«¿Ya se habrá mudado? Pienso con detenimiento, ya que escucho estragos en la habitación 03. Voy a salir a ver»
Salgo de la habitación y siento un golpe en el pecho.
«Eres tú».
-¡Ouch! - Es lo único que sale de su boca.
- Oh, nos volvemos a encontrar. - Reacciono ante aquel encuentro para mi suerte, es justo lo que esperaba.
- Tú... ¿¡Tú qué haces aquí!? - Pregunta con una cara única, casi haciendo un puchero.
- Ja, ja, ja, me encantan tus expresiones... (Me acerco a su oído y susurro)... Ahora te informo que somos vecinos. - Le muerdo la parte superior de su oreja. Para que se vaya acostumbrando a mí.
- Eh... (Se enrojecen sus mejillas) ... No tienes derecho... (La interrumpo, poniendo mi dedo índice en la comisura de sus labios) ... -
-Shhh, claro que tengo el derecho. - Le guiño el ojo.
«Quiero conquistarla, pero presiento que va a ser difícil».
-Oye, ¿Además, como un hombre, va a vivir con nosotras?, ¿Tú no tienes una fraternidad expresamente para hombres? - Pregunta poniendo la típica distancia de protección.
- Ajem... Mira en mi fraternidad todas las habitaciones están ocupadas y me acabo de inscribir, así que me dieron esta habitación. - Señalo el número 04 que tiene puesta la puerta.
«¡Que excusa más barata Zion, ni siquiera el tipo del supermercado te la compra!»
- Agh. - Gruñe, con toda la intención del mundo me golpea el hombro con el suyo al pasar.
«No puedo evitar no enamorarme de esa chica.».
***
Se me ha hecho algo tarde, para entrar en la clase de relaciones humanas.
«Pensar en esa chica hasta tarde no es bueno para ti. Me riño mentalmente desvelarme, no fue buena idea.
Con la voluntad de no sé dónde me vestí súper ninja y corrí hasta acá».
Al entrar observo todo el salón buscándola efectivamente, está a lo último, pero para mi sorpresa me está observando. Me tardo un poco en sentarme al lado de ella para que siga admirando este Adonis que tiene en frente.
Después de saber su nombre, me quedé encantado, le iba a responder su última pregunta, pero llego el profesor.
«Al menos no sabe que yo planeo encontrármela casi todo el tiempo, y si no puedo el mismo destino me ayuda».
Sin embargo, como causas del destino, otra vez me toca una nueva situación peculiar, pero que la voy a aprovechar al máximo.
Y antes de que pudiera rechistar le pongo el antifaz, vamos al pasillo, me aseguro de que no haya tanta gente y la cargo entre mis brazos, quería sentirla, es muy suavecita y más cuando hoy se vistió luciendo una falda que le queda divina.
Así que tendré cuidado de que nadie más la vea, llegamos al salón de música, veo la pluma y me llevo a Paulette a dar varias vueltas.
En una de esas conversaciones con ella escucho "Su paquete es más grande".
«Tengo la certeza de confirmarte mi querida Paulette que sí, es muy... cómo decirlo... fuera de lo estándar.».
Para decir la verdad, me sorprendí cuando me invito a almorzar junto a ella, pero esta oportunidad no es la excepción, la voy a aprovechar. En realidad, mentí, si sabía dónde quedaba la estatua, pero quería pasar más tiempo con ella.