Capítulo 4 La señal que esperaba

Jeff le susurra al oido a la morena:

-Hola muñeca. -ella voltea y sonríe al ver a los dos elegantes y atractivos hombres.

-Hola mi amor -saluda con un beso en la boca a Jeff y estrecha la mano de Adam- Por fin conozco al Sr Adam Thompson. Un placer -voltea hacia su amiga- Y ella es mi super amiga Kat, la cumpleañera. -la rubia voltea, ambos se miran como si se conociesen de algún lugar.

-Hola -saluda ella, con cierta timidez.

-¿Nos vamos a una mesa o nos quedamos aquí? -pregunta Adam.

-Creo que no hay mesas disponibles -comenta Alexa.

Adam le hace un gesto con la mano para que esperen, va hasta la entrada, conversa con el gerente y segundos después regresa:

-Listo, pasemos a la zona VIP.

-Wow! Eso se llama "Ser influyente" -la sensual morena sonríe, enarcando su ceja izquierda.

-Ni tanto, es un gran amigo de la universidad.

-Pues fíjate, ni yo logré que me pusieran en esa zona y eso que usé mis encantos.

Caminan hasta la zona VIP, se sientan en la apartada mesa, los recibe el mesonero con la botella de vino francés, la descorcha para servir las cuatro copas.

-¿Y tu amiga no habla? -pregunta Adam con cierta picardía.

-Por supuesto que hablo, pero no con extraños. -se levanta y convida a su compañera al tocador -Ya regresamos -le da un guiño y toma su cartera tipo sobre de Gucci. Adam la ve alejarse, sus curvas son pronunciadas.

-Menos mal es liberal. Es super obstinada la francesita. Si sigue así, me voy y te dejo.

-Podemos cambiar si deseas, se nota que Alexa está interesada en ti.

-Vamos, es tu chica.

-No te hagas el tonto, vi como te miraba. Siempre el irresistible Adam Thompson.

-No quieras hacerme sentir peor de lo que me siento. Vine para acompañarte, no porque lo deseaba. Además no pienso ligar con ninguna. Ya me es bastante con Irene.

-Como quieras, no me caería mal, un trío esta noche, es la fantasía de todos nosotros.

-Dirás la tuya. Yo soy más realista, nada de fantasía.

Las dos mujeres regresan a la mesa. Alexa saca a bailar a Adam, pero él se excusa con un "No sé bailar" no quiere levantarle la chica a su amigo. Ya no, hace un par de años que dejó de ser el chico que todas buscaban y él terminaba complaciendo. Al recibir la negativa de Adam, toma de la mano a Jeff y salen a la pista de baile.

El silencio entre los dos resulta incómodo, pero sus miradas se encuentran a cada instante y ambos sonríen con amabilidad.

-¿A qué te dedicas Kat?

-Soy actriz.

-Wow! Debe ser muy interesante ser actriz o actor. Puedes ser quien quieras sin dejar de ser tú -responde él.

-Sí, es una vía de escape. Mucho más cuando no recuerdas quien eres, ni fuiste.

La respuesta de la rubia, resulta algo incomprensible para Adam, piensa "realmente está loca o es filósofa".

-Imagino te deben llover contratos, digo por lo hermosa que eres.

-¿No crees en el talento de las personas? Digo porque se necesita ser algo más que bella para poder ser actriz.

-¿No te caigo bien, verdad? -pregunta Adam un tanto desconcertado.

Katlen se siente apenada por lo que se disculpa con él.

-No fue mi intención, creo que no me siento del todo a gusto en este lugar.

-Si deseas vamos a otro sitio donde estés mejor.

-Me gustaría ir a un lugar menos ruidoso que con tanta gente. La verdad me aturde un poco la bulla, los gritos, el humo.

-Entonces, déjame pagar la cuenta y nos vamos.

-Pero y Alexa. -Adam voltea hacia la pista.

-Creo que no se molestará si la dejas sola. -Katlen voltea y ve a su amiga apasionadamente besándose con su acompañante.

-También creo que no se molestará, incluso pueda que nos agradezca con algún mensaje "Gracias por irse" -sonríe y Adam sonríe también.

-Entonces, si tienes buen humor. -ella rodea los ojos.- No te molestes, es broma.

Salen del bar, suben al auto. Adam conduce pensativo, quiere llevar a Katlen a un lugar como el que ella describió. Luego de dar varias vueltas decide estacionarse en el puente que está cerca del famoso Castillo de Whitehall. Aquel lugar no sólo es tranquilo, sino hermoso y mágico. Bajan del auto, Katlen parece fascinada con aquel paisaje arquitectónico de la época neoclásica del siglo XVI.

-Me acabas de sorprender, no pensé que me traerías a un lugar como este.

-¿Tanta cara de perverso tengo?

-¡Jajajaja! -Deja escapar una carcajada, Adam parece encantado con su sonrisa.

Hay algo en aquella chica que le recuerda a alguien pero que no descubre aún.

-¿Por qué me miras así?

-Disculpa es que tienes una sonrisa encantadora.

-¡Uff! Y aquí es cuando yo me sonrojo y tú te acercas y me robas un beso ¿No?.

-Me fascina la idea, realmente. Pero no quiero que me abofetees tan temprano.

La platica con Adam resulta agradable, ella también siente que lo conoce de algún lugar, pero considerando como estaba su cabeza, era posible que no lo conociera.

-Jeff me comentó que estabas recién llegada de París. Pensé que incluso eras francesa.

-¿Francesa, yo? No, en lo absoluto. Estaba desde hace unos meses en París.

-Viaje de placer o negocios.

-Tratando de recordar mi pasado. Hay cosas de él que olvidé completamente luego de un terrible accidente.

-¿Accidente?

-Sí, no recuerdo como pasó, solo que mis padres murieron y un hombre me rescató.

Adam se queda mudo con aquellas palabras.

¿Era posible que Katlen fuese la mujer que por tanto tiempo había estado buscando?

La luz de un auto alumbró su rostro en ese instante y él pudo ver la marca en su mentón.

¿Aquella era una señal del destino?

Absolutamente, sí.

-Creo que es hora de regresar, estoy un poco cansada.

-Claro por supuesto, yo te llevaré hasta donde vives. -ella sonrió, aquel hombre era tan gentil.

Durante el trayecto, Adam estaba pensativo, no sabía si decirle la verdad o esperar a que ella lograra reconocerlo. Katlen en cambio no tenía idea de quien era él, ni siquiera de que le debía la vida.