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No sabía en qué había terminado la noche... ni siquiera lograba recordar cómo había llegado a esa habitación donde estaba despertando...
Miro a su alrededor sintiendose perdida; lo primero que noto es que parecía ser una habitación muy lujosa, aún llevaba puesto su pomposo vestido de novia.
- Buenos días - escucho de pronto una voz masculina, dirigió su mirada hacía la puerta de la habitación donde se encontraba el dueño de aquella voz, no pudo evitar sonreír al recordar que se trataba de aquel hombre al que habían dejado plantado en el altar.
- Buenos días, Dereck - el hombre pareció sorprendido de que aún recordara su nombre pero se compuso rápidamente de la sorpresa inicial.
- Me parece que estamos en desventaja. Tu conoces mi nombre pero yo no conozco el tuyo - se adentro en la habitación con paso lento, Monserrat tuvo la impresión de que tenía un aura fiera y salvaje que gritaba peligro.
- Me llamo Monserrat - expreso, en cierto punto el hombre tenía razón; ella al menos conocía su nombre a pesar de ser dos desconocidos.
- Monserrat - el repitió el nombre como si intentará familiarizarse con el, como si la saboreara en su boca antes de señalar hacía uno de los muebles de la habitación donde reposaban algunas prendas - me tomé el atrevimiento de pedir que te trajeran ropa. Supongo que no deseas pasearte por la ciudad usando ese vestido de novia.
- Gracias - fue lo único que consiguió decir, su mente estaba vuelta un lío, le dolía la cabeza y seguramente tenía una de las peores resacas de la historia.
- Bebe - el hombre señaló la mesita de noche junto a la cama, dónde reposaban algunos analgésicos y un vaso de jugo de naranja - date un baño y cuando estés lista, ven a mi encuentro...
- ¡Espera! - pidió cuando el hombre iba a marcharse, se apresuró a ponerse de pie luchando contra la falda de su vestido, Dereck la observó arqueando una ceja; cuando estuvo frente a él le dió la espalda señalando el cierre de su vestido - ¿me ayudas con eso?... es casi imposible que lo haga por mi misma...
Dereck dudo, observando la figura femenina de pie junto a él, no se había tomado el tiempo para detallar a la mujer pero ahora que lo hacía, debía admitir que se veía realmente hermosa con su vestido de novia. Lo que le hacía preguntarse ¿por qué estaba ella en el salón?, ¿por qué una mujer vestida de novia irrumpe en otra boda?.
- Claro - finalmente extendió sus manos hacía ella, ayudándole a bajar el cierre de aquel vestido, pudo ver la lencería que se ocultaba debajo por lo que rápidamente desvío la mirada a cualquier lugar de la habitación - te espero afuera - huyo del lugar con rapidez.
Monserrat se deshizo del pesado vestido, bebió el jugo de naranja junto con los analgésicos para finalmente adentrarse en el baño; observó todo a detalle, sin duda debían encontrarse en un hotel de lujo o algo por el estilo ¡nada más el baño era casi del tamaño de su habitación en su departamento!, poseía una bañera y jacuzzi, no aguanto la tentación de llenar la bañera con agua caliente y de burbujas, se sumergió en el agua disfrutando de su calidez; de como sus músculos comenzaban a relajarse...
Después de unos 40 minutos finalmente se encontró con Dereck en la sala principal de aquella suite. El hombre estaba de espaldas a ella, observando por el enorme ventanal de cristal que regalaba una espectacular vista de la ciudad.
- Dereck - pronunció su nombre para llamar su atención, de inmediato él se giro a mirarla y ella tuvo la impresión de que en sus ojos brillo una emoción desconocido.
Y así fue, Dereck debía admitir, que ahora que la miraba a detallé; Monserrat era bastante bonita además que l vestido que había elegido para ella le había quedado a la perfección.
- ¿Te apetece desayunar? - ofreció el hombre, señalando hacía la mesa del desayuno surtida con una infinidad de platillos.
- La verdad, no tengo tiempo - respondió la muchacha mirando la hora en su teléfono celular - gracias por el vestido y por no abandonarme en la calle en medio de mi borrachera.
- No hay de que. Después de todo no cualquiera declara su "amor" delante de cientos de invitados, a un hombre que no siquiera conoce - no pudo evitar esbozar una ligera sonrisa ante su comentario, a sus ojos Monserrat era una mujer demasiado atrevida.
- Jaja eso no fue nada. Duele más la vergüenza pública - le guiño un ojo.
- Puedes llegarte todos los regalos que desees - señaló hacia donde reposaban todos los regalos recibidos en la boda.
- Eso no me interesa, después de todo es solo un matrimonio de mentira. Ya sabes para aparentar ante tus invitados... que pena que esa mujer te dejará plantado por irse con su amante.
- Si una verdadera pena...
- Bueno... ahora me marchare... hora de trabajar.. Adiós, un gusto haber compartido la boda contigo - Dereck la acompaño hasta la salida de la suite, Monserrat se marchó convencida de que nunca más lo volvería a ver... ¡Que equivocada estaba!.
- Señor - apareció el secretaria de Dereck, quien se había mantenido al margen de toda la situación entre su jefe y esa mujer - ¿piensa decirle la verdad?, ¿que usted le había pagado a esa mujer para que fingiera dejarlo plantado en el altar?.
- No... por el momento no, será interesante descubrir quién es está mujer... después de todo ahora es mi esposa - Aseguro con una sonrisa soberbia. Aunque Monserrat pensaba que toda su boda había sido solo un teatro para que Dereck no se avergonzada más delante de sus invitados, nada podía estar más alejado de la realidad.
- Debió decirle que el matrimonio era real - opino Andruw, el secretario de Dereck - ella piensan que todo ha sido falso.
- En su momento lo haré... será divertido ver su reacción. Preparate para ir a la compañía - Dereck se alejó, dispuesto a tomar su desayuno antes de cumplir con sus labores como CEO.
- Esto va a ser un completo desastre - suspiro Andruw, estaba más que convencido que aquella mujer; Monserrat, y su jefe eran como el agua y el aceite; imposibles de compaginar... ¿Cómo podía terminar una historia que había comenzando con el desastre?. Ese era un misterio que tendría que resolver...