La venganza es dulce como Breanna
img img La venganza es dulce como Breanna img Capítulo 5 Todo perfecto
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Capítulo 6 No seré esa mujer img
Capítulo 7 Amanda img
Capítulo 8 Lo que quieras img
Capítulo 9 Confío en ti img
Capítulo 10 Mezquina img
Capítulo 11 Harto img
Capítulo 12 Ebrio img
Capítulo 13 Anoche img
Capítulo 14 Farsantes img
Capítulo 15 aramelo img
Capítulo 16 Celos img
Capítulo 17 Acuerdo img
Capítulo 18 Pasado img
Capítulo 19 A mi lado img
Capítulo 20 Adorable img
Capítulo 21 Complicidad img
Capítulo 22 Pelea img
Capítulo 23 Besos img
Capítulo 24 Bando img
Capítulo 25 Locura img
Capítulo 26 Locura img
Capítulo 27 Drama img
Capítulo 28 Furioso img
Capítulo 29 Déjate llevar img
Capítulo 30 Tres segundos img
Capítulo 31 Preocupación img
Capítulo 32 Caer img
Capítulo 33 Problemas img
Capítulo 34 Visita img
Capítulo 35 Advertencia img
Capítulo 36 Poco a poco img
Capítulo 37 Realmente me gustas img
Capítulo 38 La cita img
Capítulo 39 Hiciste trampa img
Capítulo 40 Notas img
Capítulo 41 Broma img
Capítulo 42 Siguiendo img
Capítulo 43 La furia de Dominick img
Capítulo 44 Los Vlad img
Capítulo 45 Patricia img
Capítulo 46 Señora Vlad img
Capítulo 47 Burbuja img
Capítulo 48 Secuestro img
Capítulo 49 Disparo img
Capítulo 50 Apareció img
Capítulo 51 Así será img
Capítulo 52 Rescate img
Capítulo 53 Fin de la pesadilla img
Capítulo 54 Posibilidad img
Capítulo 55 Pruebas img
Capítulo 56 A su lado img
Capítulo 57 Epílogo img
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Capítulo 5 Todo perfecto

Las burlas pueden fácilmente encaminarte al infierno. Y de eso me doy cuenta mientras miro a mi madre que tiene los ojos rojos de tanto llorar, es malo que me ría de ella, pero es tan gracioso porque parece que me fui hace años y ella no me había visto. Y solo tengo tres semanas sin venir a visitarla y cuando estacioné mi auto frente a su casa entonces ya la tenía sobre mi cuerpo con un abrazo de muerte mientras ella lloraba como si fuera mi funeral. Ahora solo contengo las ganas de reír mientras la miro desde mi asiento.

Tengo ganas de reír ya que le prometí venir la semana pasada, pero como no vine acabo de inventar la excusa más idiota que me pudo llegar a la cabeza; mis zapatillas favoritas se rompieron y estaba dándole luto. Lo sé, muy original.

Su cabello castaño a la altura de sus hombros la hacen ver magnifica y es que mamá a pesar de estar en sus cuarenta y tres, luce como una mujer más joven e increíblemente bella. Agradezco de ella que tengo bonito pelo ya que cuando pequeña y adolecente a ella le encantaba jugar con él y gracias a eso no le tengo un pelo feo ni maltratado.

Los ojos marrones de mi madre están rojos mientras luce un vestido ajustado que se moldea a su delgada figura. Miro la casa con una sonrisa, nunca me voy a quejar de mi niñez. Realmente soy una chica afortunada que creció entre el amor de sus padres aun ellos estando separados.

Veo un suéter de hombre y mamá me sigue la vista poniéndose inmediatamente nerviosa. Suspiro mientras la observo en silencio esperando que se intimide con mi silencio y mi mirada en ella y de esa manera hable sin necesidad a que le pregunte y probablemente acabe gritándole mientras ella me grita a mí.

-Se llama Gustavo, es mi nuevo novio-suspiro y cierro los ojos para calmarme.

Una de las cualidades por la que mi madre y yo peleamos siempre es sus muchos novios que no le duran ni dos meses cada uno. Sin mentir, mi madre es una mujer realmente enamoradiza y con un don natural para que sus novios la dejen, razón por la que en ese tiempo debo pasar tiempo con ella para escucharla insultarlos por una noche la cual ella llama, noche de luto por otro bastardo.

-Ya-es todo lo que digo resignándome-no voy a pelear mamá, eres una adulta y sabes lo que haces, solo pido que me obligues a conocerlo luego de tres meses-digo con una sonrisa-a ver si este llega a ese tiempo contigo-murmuro bajo.

-¿Dijiste algo?-niego poniéndome de pie.

-Aliméntame, muero de hambre-ella rueda los ojos para ponerse de pie mientras camina a la cocina.

-Estás muy hermosa cariño-ruedo los ojos.

-Me viste hace tres semanas y estaba igual-aseguro sentándome en uno de los taburetes.

-A mis ojos siempre te ves más hermosa-sonrío porque amo a mi madre.

-Soy hermosa-ella ríe sacando ingredientes-por cierto, adivina quien se casa-le doy una gran sonrisa.

No he vuelto a la casa de Patricia y Dominick luego de ese momento. Aun puedo sentir esa tensión tan fuerte a nuestro alrededor.

Quiero ser una mujerzuela por unos minutos y hacerle de todo a ese hombre, pero con hombres comprometidos nunca me voy a involucrar. No importa que tanto afecten mis bragas, un hombre es prohibido si tiene pareja o está comprometido. Y en este caso Dominick tiene ambas.

-¿Alice?-pregunta tanteando y yo me rio, como si fuese posible que ese alma liberal quede comprometido.

-Nopis-respondo de manera graciosa.

-Entonces no tengo idea, no es como si conociera a muchas de tus amigas-me dice y la veo limpiar sus manos para luego secarlas-entonces ¿Quién es?-le sonrío pareciendo con misterio mientras deslizo el cabello que me cae en el rostro hacia atrás, aclaro mi garganta y mi madre rueda los ojos por lo que sé que la estoy impacientando.

-Patricia-ella abre los ojos mirándome incrédula mientras se atora con su propia saliva tosiendo fuerte. Le otorgo palmaditas en la espalda y la dejo desahogar su toz.

-¿Estas bromeando?-pregunta cuando le deslizo un vaso con agua.

-Para nada, me entrego una invitación y hasta soy dama de honor porque quiere restregarme en la cara que se casará con un hombre tan caliente que ni el infierno puede contra él-mi madre arquea una ceja hacia mí-yo como que tengo un flechazo por él-murmuro encogiéndome de hombros tratando de restarle importancia.

-¿Por qué siento que hay algo más, cariño?-pregunta y suspiro.

-Porque me atrae mucho, demasiado-y es la verdad, ese hombre causa cosas en mi persona que a veces me sorprende-no negaré lo evidente, pero él es prohibido con letras muy en grande para mí. No puedo creer que ella tenga tanta suerte-susurro cerrando un poco los ojos.

-Cariño-la voz suave de mi madre me hace mirarla-¿ese hombre no te estará gustando demasiado?-ruedo mis ojos.

-Es tensión sexual mamá, no es como si vaya a enloquecer por él o cosas por el estilo-ella asiente con desconfianza-lo digo enserio-levanta las manos en señal de rendición.

-No he dicho lo contrario cariño. Solo espero que no te vayas a convertir en la amante de él, dices que a su alrededor hay tensión sexual ¿o me equivoco?-niego-entonces ten cuidado, esa tensión puede ser tu mayor enemiga. Eres demasiado valiosa para ser el plato de segunda mesa de ese hombre, trata de mantener las distancias porque no quisiera que esa atracción se convierta en amor. No quisiera verte llorar por alguien que se casará con tu peor enemiga, y no tanto por ser ella, es por el simple hecho de que él está comprometido-asiento despacio.

-Solo dije que hay tensión, sé que no puedo estar con él mamá-aseguro-también sé que es como un rico chocolate que no puedo comer-ella me da una sonrisa y revisa la comida.

Es verdad, él es una tentación y me gustaría caer en esa peligrosa tentación, pero no me rebajaría al nivel de Patricia. Aunque eso sea anteponer mis deseos.

-Bien, ¿Cómo está tu padre? Tiene meses que no viene de visita por aquí, es tan ingrato, luego de que le di un magnifico sexo y una hija ni se acuerda de mi-una mueca se dibuja en mis labios.

-¿Podrías obviar que tuvieron sexo? No es lindo que me los imagine, iug-ella se encoje de hombros.

-Como si eres una santa que no ha disfrutado de un magnifico sexo-no digo nada y ella ríe, mamá es un poco peculiar.

-No diré nada-le respondo haciéndola reír. Ella se adentra a cocinar mientras yo le cuento como me va en el trabajo, ella luego de yo callar hace lo mismo. Pasamos la tarde entre risas y anécdotas. Mi madre es como mi mejor amiga, puede que muchas veces nos veas lanzándonos veneno cuando nos enojamos, pero a los cinco minutos volvemos otra vez a ser esas dos mujeres que se aman y no pueden vivir la una sin la otra.

Y así paso el hermoso domingo, junto a mi madre, una de las personas que más amo.

***

Alice me mira con una sonrisa antes de mostrarme el vestido azul que sujeta sus manos. Ella habla sobre tener una cita que está destinada a la gloria porque el chico es alguien interesante que busca algo más que meterse en sus bragas. Me hace reír su manera tan soñadora con la cual se refiere al supuesto amor de su vida.

-Alice-ella deja de maquillarse para mirarme.

-¿Si?-pregunta sujetando su cabellera en un moño. Miro lo bonito que es su cabello y lo bien que luce con ella, mi hermosa barra de chocolate.

-¿Qué te traes con el amigo del retrasado con palo en el culo?-pregunto y ella me mira antes de reírse de mí.

-¿Retrasado con palo en el culo?-sonrío mientras asiento.

-Hablo de Dominick, ese imbécil cree que es algún Dios, pero solo parece que tiene un palo en el culo todo el tiempo-muerdo mis labios al recordar lo cerca que lo tuve la última vez que lo vi. Como sus preciosos ojos me atrapaban de manera profunda. Ese alemán de mierda esta increíble.

Mi teléfono suena y miro la pantalla. En ella aparece Patricia y ruedo mis ojos, al parecer mi eterna rival no tiene nada mejor que hacer un sábado por la noche que joderme los ovarios. Cuelgo sin siquiera darle importancia.

-¿Aarón?-pregunta volviendo a lo que hacía-en realidad no tengo nada con él, lo conocí en un bar hace algunos meses. Al parecer estaba muy estresado por algo y encontró una buena compañía conmigo para soltarle todos sus problemas a una total desconocida.

>> Esa noche él fue realmente amable y simpático, luego de un tiempo lo volví a ver en el mismo bar que obtuvo la temática de karaoke, no canta mal y me dijo que se llamaba Brandon. Luego de eso nos encontramos otras pocas veces-termina con su maquillaje y frente a mi comienza a ponerse el vestido. Mi teléfono suena una vez más y ruedo los ojos cuando el nombre de Patricia aparece.

-¿No se supone que con prometido que se ve tan bien ella debería estar follando en vez de querer amargarme la existencia?-le pregunto a Alice alzando mi teléfono para que vea quien es la persona que llama.

-Siento pena del hombre, pronto tendrá los cuernos más grandes de todo el lugar-me rio porque creo totalmente que es verdad.

Patricia es un tema muy especial. En realidad, si ella no follara novios ajenos hasta tomaríamos una cerveza para celebrar que ella folla con quien se le pega la gana sin importarle lo que la sociedad de mierda y llena de prejuicios diga de ella o de lo que haga. Patricia tiene esa valentía de no importarle que la tachen de puta simplemente por gustarle disfrutar de su sexualidad. Ya te digo, yo le daría un premio, pero todo se va a la mierda cuando recuerdo que ella folló a varios de mis ex novios.

Una vez más mi teléfono suena y suspiro llamando la atención de Alice quien se pone de pie y contesta mi móvil, sabe que si es por mi ella se queda llamando toda la noche y me importaría mierda porque no le respondería.

-Patricia, si soy Alice-me levanto a buscarle unos tacones que convienen con tan precioso vestido-por supuesto, ahí estará, tú tranquila-me giro a mirarla levantado unos tacones blancos que le quedarían de muerte. Ella los mira y levanta el pulgar en señal de aprobación-claro, diviértete, adiós-la veo bajar el móvil de su oreja y dejarlo en su cama.

Se acerca y toma los tacones colocándolos en sus pies, se ve increíble. Da una vuelta y yo aplaudo sonriendo al ver lo bien que se ve.

-Increíble-es todo lo que digo y ella me lanza besos.

-Ya me voy-dice tomando su bolso-por cierto, cámbiate, Patricia te pasara a buscar para que cenen, al parecer tiene algo que hablar de la boda o solo tiene ganas de restregarte al prometido-yo frunzo el ceño y ella sonríe creyéndose con eso inocente-disfruta la velada, vienen en una hora-sale corriendo antes que pueda mandarla al diablo y suspiro.

Camino hasta mi habitación y abro el closet, agarro un vestido nuevo que compre la semana pasada y entro a darme una ducha rápida.

Me pongo un vestido blanco con unos preciosos tacones plateados que me quedan increíbles, me tomo mi tiempo en maquillarme y peinarme. Hago poses frente al espejo recordándome lo hermosa que soy. La coleta apretada me queda increíble, no mentiré, me encanta mucho mi cuerpo. Mi madre desde pequeña me enseñó a amarlo, apreciarlo y adorarlo.

Si yo no amo todo de mí, estará esa inseguridad si alguien más dice amarlo, porque no le creeré. Entonces desde pequeña frente al espejo decía una cualidad que me encantaba de mí, al día siguiente dos y así sucesivamente hasta llegar a 30. Luego volvía al inicio, hasta que, sin darme cuenta, estaba enamorada de mi misma y ese ha sido el amor más bonito que he tenido en la vida.

Tocan el timbre del departamento y tomo un bolso que combina perfectamente con los tacones. Entro lo importante y cuando abro me encuentro con la sonrisa más falsa del mundo puesta en el rostro de Patricia.

Ella me inspecciona de arriba hacia abajo y hace una muesca con los labios, eso inmediatamente me hace sentir superior a ella. Porque ella está de acuerdo a que estoy preciosa, espero y eso no le cause un mal en su interior lleno de veneno.

Yo también hago mi inspección. Su larga cabellera suelta cayendo sobre su espalda totalmente lisa. Rostro maquillado perfectamente haciendo que sus ojos se vean más bonitos de lo que por si son. Un vestido verde manga larga que se ciñe a su cuerpo y tacones negros que hacen que sus piernas se vean más kilométricas, la perra sabe vestir y es preciosa, por algo, aparte de follar novios, es mi rival.

-Breanna, espero que Alice te haya dicho que iremos a cenar al restaurante donde trabajas-me sonríe mostrando su blanca dentadura-mi prometido siempre queriendo complacerme. Emily debe estar esperándonos allá-asiento.

-Por supuesto Patricia, vamos-cierro bien la puerta antes de caminar detrás de ella odiando cada segundo en donde compartimos en mismo oxígeno.

Cuando me despido del portero, veo como el cielo se abre y una luz celestial cubre a tan bello y caliente hombre que se mantiene con la mirada hacia nosotras. El traje le queda exquisito y ese rostro en una expresión agresiva le da ese toque sensual por la cual fácilmente conseguiría que una mujer que baje las bragas y le abra las piernas.

-Buenas noches-él me mira y por un momento parece sorprendido del cambio que doy. Bueno, no siempre la cenicienta anda andrajosa, tiene sus momentos de lucir como estrella, bueno, ese es precisamente mi caso.

Me acerco con toda la intensión de joder un poco a mi archí enemiga y poso mis labios en su mejilla dejando un suave beso. La fragancia masculina de este hombre me marea al ser tan exquisita y eso hace que el alejarme sea tan difícil.

Aun cuando llevo tacones no estoy a la altura de esta montaña, de hecho, a pesar de estar un poco más alta no llego ni a su barbilla, maldito gigante.

-Buenas noches señorita Breanna-me saluda y le regalo una sonrisa amable que termina cuando Patricia hace un gesto que logra que la magia entre nosotros acabe.

-Cariño, creo que debemos estar en marcha. Emily debe estar esperándonos-comenta sujetando su brazo de manera posesiva, me encojo de hombros y él se suelta para abrir la puerta trasera de su lujoso auto.

-Gracias-musito entrando.

Me acomodo en lo que él hace lo mismo con Patricia y luego enciende el auto poniéndolo en marcha. En el momento que Patricia comienza a manosearlo me incómodo y deseo haber venido en mi coche. Ella al parecer olvida que mi hermosa presencia sigue en este coche.

-Breanna-levanto la mirada y miro a Patricia quien se gira un poco para mirarme-¿no crees que la noche esta estupenda?-pregunta sin perder su enrome sonrisa.

-Está hermosa-le concedo en voz suave. Por el retrovisor me encuentro con los hermosos ojos de Dominick que me miran curiosos, eso provoca que una pequeña sonrisa se aloje en mis labios. Él separa su mirada para seguir mirando las calles frente a él mientras que Patricia se arregla el maquillaje me permito darle unos vistazos fugaces, enserio que me encanta este hombre.

Lástima que no se encuentra en mi menú.

Al llegar abro yo misma la puerta y bajo. Sonrío porque me encanta el lugar donde trabajo.

Dominick al parecer esta noche está sacando todo su lado amable y enreda cada uno de sus brazos en uno de Patricia y el otro en uno mío. Por un momento nuestras miradas se encuentran y me permito regalarle una pequeña sonrisa.

Alucino en el momento en que las cuevas de sus labios se elevan.

Él me sonrió.

No estoy loca, él lo hizo frente a Patricia.

Nos adentramos al precioso y espacioso lugar. El señor Joseph aparece en nuestro campo de visión con una pequeña sonrisa que se agrada al verme del brazo de su sobrino.

-Tío-saluda Dominick con una seña con la cabeza.

-Tu mesa ya está lista-le responde y yo me separo para poder ir a besar su mejilla. Esta semana no lo he visto.

-Vaya, mis ojos se deleitan con tanta hermosura-una sonrisa enorme cruza mis labios.

-A que me veo bonita-él me hace girar y suspira.

-Si no amara a mi esposa y no te viera como una hija, fueses la mujer de mi vida-responde y es lindo cuando elevan tu autoestima.

-Joseph-Patricia besa su mejilla apartándome. Joseph le sonríe.

-Mi sobrino tiene suerte de tener dos mujeres tan hermosas como ustedes de sus brazos-Dominick sigue con su porte serio.

-Iremos a la mesa tío, gracias por apartarla-él asiente y Dominick sujeta a su prometida-nos adelantamos, Breanna-quiero suspirar con mi nombre en sus labios.

Joseph y yo los vemos alejarse y aunque tenga un pequeño pinchazo en el pecho, tengo que reconocer lo bien que se ven juntos. Parecen esa clase de pareja que puede pisotear a otros de lo bien que se ven juntos. Ambos son increíblemente hermosos.

-¿Todo bien?-pregunta Joseph mirándome.

-Todo perfecto, hablamos luego-beso su mejilla y él me regala una sonrisa paternal.

Con un suspiro camino a la mesa llena de víboras.

                         

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