Prohibido Amarte
img img Prohibido Amarte img Capítulo 9 Juego
9
Capítulo 11 Premio img
Capítulo 12 Aquella noche img
Capítulo 13 Mañana img
Capítulo 14 La placa img
Capítulo 15 La pastilla img
Capítulo 16 Invitación img
Capítulo 17 El cheque img
Capítulo 18 Encuentro img
Capítulo 19 Conducta img
Capítulo 20 Desayuno img
Capítulo 21 Sobrina img
Capítulo 22 Decisión img
Capítulo 23 Justicia img
Capítulo 24 Enemigos img
Capítulo 25 Tonterías img
Capítulo 26 Patrullaje img
Capítulo 27 Excusa img
Capítulo 28 Humo img
Capítulo 29 Sensación img
Capítulo 30 Prometida img
Capítulo 31 Sospechoso img
Capítulo 32 Mentiras img
Capítulo 33 Horas extras img
Capítulo 34 Días libres img
Capítulo 35 Declaración img
Capítulo 36 Tiempo perdido img
Capítulo 37 Vestido img
Capítulo 38 La única img
Capítulo 39 Hermosa img
Capítulo 40 Última vez img
Capítulo 41 Capilla img
Capítulo 42 Hijo img
Capítulo 43 Asistente img
Capítulo 44 Cartas img
Capítulo 45 Servilleta img
Capítulo 46 La botella img
Capítulo 47 Rey img
Capítulo 48 Mala suerte img
Capítulo 49 Visita inesperada img
Capítulo 50 Enamorada img
Capítulo 51 Interés img
Capítulo 52 Una sola cama img
Capítulo 53 Otra forma img
Capítulo 54 Cena img
Capítulo 55 Zorra img
Capítulo 56 Biblioteca img
Capítulo 57 Declaración img
Capítulo 58 Enfermedad img
Capítulo 59 Ambulancia img
Capítulo 60 Vacante img
Capítulo 61 Cobertura img
Capítulo 62 Caridad img
Capítulo 63 Errores img
Capítulo 64 Animal del bosque img
Capítulo 65 La ventana img
Capítulo 66 Propuesta img
Capítulo 67 El video img
Capítulo 68 Tratamiento img
Capítulo 69 Un gato img
Capítulo 70 Chispitas img
Capítulo 71 De vuelta img
Capítulo 72 Mentira img
Capítulo 73 Enfrentamiento img
Capítulo 74 Juicio img
Capítulo 75 Suposición img
Capítulo 76 Esperanza img
Capítulo 77 Renuncia img
Capítulo 78 Circo img
Capítulo 79 Amenaza img
Capítulo 80 Problema img
Capítulo 81 Mejilla img
Capítulo 82 Venganza img
Capítulo 83 Silencio img
Capítulo 84 La verdad img
Capítulo 85 Robo img
Capítulo 86 Abandono img
Capítulo 87 Seguridad img
Capítulo 88 Tropiezo img
Capítulo 89 Nuevo comienzo img
Capítulo 90 Promesa img
Capítulo 91 Epílogo img
img
  /  1
img

Capítulo 9 Juego

¡Es ese imbécil!

Instintivamente, vuelvo la mirada hacia el frente arrepentida de haber aceptado cambiar de turno este día. Fijo la mirada sobre el cortinaje del comedor, es blanco y se nota bastante costoso, no es una tela que se venda en cualquier lado.

Sigo observando el lugar de reojo para distraerme y no pensar en ese sujeto.

"Quizás nos vimos accidentalmente y seguramente me ignoró después" me digo a mí misma para tranquilizar a mis pobres nervios.

Los ventanales dejan entrar una hermosa iluminación, todo reluce como si se tratara de un hermoso cuento de hadas, incluso el candelabro de cristal en el cielo, razo del comedor brilla con intensidad, sin embargo, nadie lo nota, todos están atentos a ese sujeto.

Hablan de autos y carreras de caballos, fútbol gaélico y rugby, temas comunes incluso para el personal, pero le prestan atención, como si se tratara de un discurso de un premio nobel, no me queda más remedio que soportar el estar parada mientras él y su compañía pertenecen ahí. Pasan alguna horas, no entiendo como es que los demás logran soportar sin hacer un gesto. Los imito, trato de permanecer recta sin hacer un solo gesto, aunque mi cuerpo se siente rígido y mis pies inflamados gracias a los tacones, observo al "Señor Aidan" y a sus invitados, ellos no me han hecho nada, pero los odio porque por ellos debo estar de pie durante mucho tiempo, a su anfitrión ya lo odio, pero reafirmo el sentimiento dirigiéndole una mirada mordaz.

Me siento tan cansada que no me importa que me mire, de todos modos no lo ha hecho el resto de la tarde, sin embargo, cuando me doy cuenta, me mira de reojo, alza la mata gruesa que tiene por ceja y se apoya sobre su mano, muestra una sonrisa maliciosa y luego se levanta de forma inesperada.

-¿Pasamos al salón? -sugiere, sus amigos se levantan aún más animados, al parecer ya conocen el camino porque marchan sin necesidad de su anfitrión. Mientras tanto, él se acerca a Tyler y le murmura algo que no logro escuchar, pero asiente obedeciendo a su orden.

El señor Aidan, cómo dice Anna que debo llamarlo, se va de la habitación sin volver a mirarme. Tyler se aproxima a nosotros y señala a varios en la fila, por suerte a mí no me señala y pasa derecho.

-Los que señale recojan el comedor, limpien y continúen con sus tareas, los demás vengan conmigo-indica caminando hacia la misma puerta por la cual se fue el "Señor"

Los demás obedecen su orden, se dedican a asear con diligencia el comedor y retiran los platos con restos de comida. Mientras tanto, los desdichados que al parecer debemos seguir sirviendo nos miramos unos a otros, en total somos cuatro hombres y dos mujeres.

Avanzamos sin romper la fila siguiendo a Tyler, él nos guía hacia el siguiente piso, pero no entramos al salón de juegos, sino a una pequeña habitación contigua que conecta con el salón de juegos, de haber sabido que existía, hubiese escapado por ahí antes de que ese desagradable sujeto me viera esa noche.

Tyler explica lo que se supone haremos, los hombres atenderán a los invitados, servirán las copas y llevarán aperitivos si es necesario, la mujeres estaremos en la sala, abriremos las botellas, e iremos corriendo a la cocina si es necesario y además debemos encargarnos de limpiar en caso de un accidente.

-Apresúrense-indica aplaudiendo como si nosotros fuéramos animales entrenados. Le dirijo una mirada mordaz antes de comenzar con mi deber.

La noche avanza de prisa, pero hay tensión entre los que servimos al percatarnos que ya están lo bastante ebrios para que comiencen a pedir estupideces.

Abro una botella más, exhausta, mis dedos me duelen por el sacacorchos. Repentinamente, escucho un escándalo en el salón de juegos, dejo lo que estoy haciendo y me asomo con curiosidad hacia el interior, la otra chica con la que comparto la pena de servir también se encuentra sobre el marco de la puerta observando.

Dos de los invitados se están matando a golpes, sus amigos intentan separarlos, pero es imposible gracias a la adrenalina y el alcohol.

Nuestros compañeros ayudan a la tarea cuando ya hay sangre de por medio y en el esfuerzo algunas copas salen volando y se estrellan contra el suelo. Una de las chicas es empujada accidentalmente y cae sobre el vidrio roto.

Mi compañera y yo, quienes somos, tal vez, las únicas sobrias dispuestas ayudar, entramos al salón.

Corro auxiliar a la joven que se ha cortado la mano, entre las dos la levantamos y la sentamos lejos del alboroto.

Alzo la mirada, Aidan observa a sus amigos desde un sofá rojo, mientras bebe una copa de champán y una pelirroja le acaricia el cuello.

¡Ese maldito no piensa hacer nada!

Lo miro igual que una víctima a un criminal harta de su comportamiento, él alza una ceja y sonríe, después le proporciona un beso en los labios a la chica y posteriormente se levanta.

Me ignora cuando pasa a mi lado, camina en dirección hacia los hombres que llama amigos y deja caer sobre uno de ellos su bebida.

-¡Lárgate!-le ordena mostrándose inclemente. Se crea un silencio sepulcral, entonces su amigo se levanta y lo mira de arriba abajo.

-¿Q-que haces? -le cuestiona, apenas logra articular las palabras, pero no puede sostenerse sin tambalearse de aquí para allá.

-¿No escuchaste?-le recrimina irritado-te dije que te largues.

-Me las vas... a pagar maldi...to-alza la voz y vuelve a tambalearse hacia atrás, el servicio lo sostiene para que no caiga sobre el que yace en el suelo. No parece estar en sus cinco sentidos.

-Quítenlo de mi vista-ordena, dos hombres del servicio lo toman de los brazos y prácticamente se lo llevan arrastrando.

Aidan gira hacia los demás y sonríe tratando de calmar la situación.

-Empieza a recoger-sugiere un compañero al aproximarse a mí, no parece ser más grande que yo tal vez tenga entre veinte o veintidós años. Asiento y me entrega una bandeja con la que comienzo a levantar el vidrio roto

-¿Estará bien que se vaya solo?-le cuestiona un pelinegro de ojos verdes.

-No te preocupes por él, estará bien-le escucho murmurar, su voz no suena tan alcoholizada como pensé. Deduzco que sus amigos ya conocen su desfachatez al besar a otra mujer que no es su prometida y no les molesta ni les preocupa-que tal si jugamos algo para divertirnos.

-¿Y qué juego será? -cuestiona de forma provocativa la misma chica con la que se besó.

-Se llama bebe hasta embriagarte-alude casi orgulloso, camina hasta una mesa donde hay precisamente tres vasos boca abajo y una botella de whiskey-tres de nosotros beberán whiskey seco, al beber un vaso cantaran el pedazo de una canción, quien pueda cantarla hasta el final sin equivocarse gana.

-¿Cuál será el premio?-pregunta una voz masculina.

-Conservar sus empleos-expresa dirigiendo la mirada hacia los que pertenecemos al servicio.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022