Capítulo 3 Mis simpatía

Narra: Lise.

¿Quién creería que no podrías dormía plácidamente en una habitación muchísimo mejor que mi antigua casa?. Y es que no importaba cuanto lo intentará, no había logrado pegar un ojo en toda la noche.

Quizás eso se debía al gran estrés que tenía. Al no saber quién era ese sujeto el que me había comprado, quién era su familia o cual era su nombre. Extrañaba tanto ah mi Tía Hélène o ah la familia Rinaldi, limpio mis lágrimas con tristeza al recordar el hecho de que probablemente. Jamás volvería haber Alfredo, todos mis sueños destrozado por el mostró que me compro.

No sabía con exactitud lo que había ocurrido en esa subasta, pero me negaba ah creer que mi padre me hubiera vendido por que así lo quiso. Quizás tenía una deuda o enfermedad y no tuvo de otra que hacerlo, o peor. Conociendo todo lo que posee este desconocido. Me atrevo ah decir, que quizás el lo allá amenazado de alguna cierta manera. Y es que era más que claro, que el mounstro poseía demasiado dinero.

La única incógnita que me taladraba la cabeza, era saber. ¿Porqué un hombre tan guapo me compro y me trajo a esté lugar?.

Narra: Florence.

*Videollamada entrante*

Mi corazón se encontraba sufriendo con desesperación. Sería yo la que debía decírselo, y la verdad. Es que no quería desdichar ah mi hermano.

-¿Qué es lo que ocurre?. ¿Acaso le pasó algo ah mamá?. ¿Decayó?-me pregunta con desesperación.

-Nada de eso. No tienes de que preocuparte, se está recuperando realmente muy rápido. Si estuvieras aquí, te asombrarías en la manera en la cual se está recuperando-una gran y preciosa sonrisa se dibuja en sus labios.

-No sabes lo feliz que me hace escuchar eso. Pero bueno. ¿Porqué estás de esa manera si nuestra madre está mejor?. ¿No deberías estar celebrando junto ah papá por ello?-era algo que no podía soltar con facilidad. No era cualquier cosa, ni se trataba de cualquier chica. Y es que Lise ah sido el amor de su vida desde que eran solo unos niños. Y ahora se había marchado ah no se donde, y existía una gran posibilidad de que no regrese jamás.

-Se trata de Lise-me observa con confusión.

-Oh. Ya veo, su padre la ah vuelto a tratar mal.

-No es eso-me observa aún más confundido-la ah subastado-al decir eso. No podía explicar si quiera, su rostro. Se encontraba petrificado. Y por primera vez en toda mi vida, no pude descifrar lo que sentía-lo lamento mucho Alfredo. Se que debí llamarte ah penas eso pasó, pero cuando ya lo supe. Él ya se la habían llevado.

-¿Él?. ¿De quien estás hablando Florence?. ¿Quién se la llevó y para dónde?-esta alterado y ah la misma vez, furioso y nervioso.

-El chico que la compro. No se adónde se la llevó, pero lo que si se. Es que es mayor que ella, es de cabello negro y ojos claros. No se con exactitud el color de sus ojos, pero se que tiene más de cincuenta años. Al parecer tiene mucho dinero y poder, le pago una gran suma de dinero ah su padre por ella. Todos dicen que nadie fue competencia para él en la subasta, y que nunca habían conocido ah alguien con tanto dinero y poder. También dicen que es imponente y muy controlador, está obsesionado con las chicas de diecisiete y dieciocho años. Que las trata mal y abusa sexualmente de ellas. Todos dicen que es un matón.

Narra: Lise.

Era inútil, por más que lo intentaba. No lograba dormirme, ah penas eran las siete y media de la madrugada. Me encontraba exhausta, pero no lograba poder descansar. Con cuidado me levanto de la amplia cama, para así caminar hacia la puerta y salir de la habitación.

Bajo las escaleras sin hacer ruido, y me escondo atrás de un muro, al percatarme que el mounstro se encontraba hablando con una pelinegro. La chica era de aproximadamente unos veintitrés o veinticuatro años, su cuerpo era de envidia.

Su negro cabello repasaba sus muslos, era realmente hermosa.

-Ya sal de hay-me sobre salto al oír su voz. Ella tenía el mismo asentó ruso que el mounstro, no pienso comerte. Ya sal-trago, y con pasos lentos me acerco ah ellos. Bajo mi cabeza, mientras que con mi mano derecha, pellizco disimuladamente la pálida palma de mi mano izquierda.

-Te dije que estuvieras preparada-me reclama autoritario.

-Perdon. No creí que estuvieran despiertos tan temprano-mis piernas se encontraba un poco temblorosas.

-No le prestes atención. Es un amargado-no pude evitar no sonreír al escuchar eso. Este frunce el ceño al escuchar eso, se notaba ah distancia los diferentes que eran ellos dos. Él es un mounstro, y ella mis simpatía. Quizás sea ella la que consiga poderme sacarme de aquí.

-Ve ah tu habitación. Arréglate, tienes una hora exactamente para hacer todo lo que necesites-me indica imponente, así que solo asiento cabizbaja, para así darme la vuelta y marcharme por donde había venido.

No sabía lo que tenía preparado para mi. Y eso realmente me inquieta, mis ojos se encontraban rojos debido al llanto. Unas grandes ojeras decoraban la parte de abajo de mi ojos, mi piel lucia realmente pálida. Creí que después de darme una ducha y cepillarme los dientes me sentiría mejor, pero no fue así.

Cada vez me sentía peor. Mis grises ojos se encontraban apagados, y mi castaño cabello. Era lo único que se veía bien en mi, no era para nada la definición de una mujer hermosa.

Soy tan horrenda y patética, tengo ojeras. Soy más pálida de lo normal, mis ojos cambian de color. Mi cuerpo no es el más hermoso, y mi castaño cabello propasaban mis muslos, meticulosamente enrollo como siempre todo mi cabello en una cola, me encontraba intranquila. Mis sentimientos o opiniones, nunca habían importado.

Pero estar aquí, dudo mucho que tomen en serio mis deseos.

La puerta de mi habitación es abierta, el mounstro entra ah ella. Y cierra la puerta al pasar, guarda sus manos en sus bolsillos y me escanea completa con la mirada.

-Crei que había sido claro cuando te dije que estuvieras preparada.

-Y lo estoy-me observa extrañado-ya me hacie si ah eso se refiere. Y si se refiere ah mi vestimenta, temo que no tengo nada acá. Eh dejado todas mis pertenencias en mi hogar, solo me pude cepillar los dientes y el cabello. Y tome una ducha-le explicó con dolor.

-En el clóset se encuentra tú guarda ropa.

-¿Clóset?-pregunto extrañada, el pelinegro se acerca ah una gran puerta, que ciertamente creí que no tenía permitido abrir. Pero este la abrió, dejando ah la vista. Un gran guarda ropa con cientos de prendes, el clóset era mucho más grande que mi antigua casa. Dios, está habitación era más grande que mi casa y unida ah la casa de la familia Rinaldi. La ropa era hermosa. Había tanta variedad, y todas eran de mi estilo.

-¿Te gusta?-no pude evitar no mirarlo con odio.

-¿Es acaso una pregunta capciosa?. Es evidente que esto es más que hermoso, todo esto es maravilloso. Pero solo tengo una pregunta.

-¿Y es...?.

-¿Cuantas chicas has traído aquí?. ¿Ah cuántas más le has arruinado la vida?-no podía sentir agradecimiento con él, esto no fue algo que yo quisiera. Fue algo que me forzaron hacer. Se muy bien que este desconocido básicamente me esta dando la oportunidad de vivir como una reina, pero aquí la pregunta del millón es. ¿A que costo?.

-Disculpa. No sabía que te sentías de esa manera-suelto una amarga carcajada al escucharlo decir eso.

-Dime una cosa. ¿Acaso te ah importado algo?. Solo me compraste y...-él no me deja terminar.

-Te agradecería que controles tus palabras y tu tono de hablarme. Si estás aquí ahora, no es sólo por mi. Si no por tu padre, que fácil es eliminarlo de esta ecuación y echarme toda la culpa a mi.

-¿Realmente me crees una idiota?. Lo peor de todo es que no tengo que conocerte o saber como fue que ocurrieron las cosas, todo esta más que claro-le expreso con odio. Esté se acerca con el ceño fruncido y muerto de rabia, estar tan cerca de él me hacia sentir tan pequeña he insignificante, y esa es solo una razón más por la cual debería de estar lo más lejos posible de él.

-¿Enserio piensas de esa manera, no crees que estas siendo muy injusto conmigo?.

-¿Quién te crees para decir que eso es una verdadera injusticia? Injusticia es lo que me estas haciendo.

-Usshh... No te equivoques preciosa, realmente no me conoces-él se aleja de mi y sale de la habitación. Caigo al piso, no estaba dispuesta ah vivir el resto de mi vida ah su lado. Y es que nunca podría perdonarle el hecho de que me comprará como si fuera un objeto. Debía salir de aquí, y tenia que hacerlo ahora.

..................................................................................................................................................................................................................................................................................................................

..................................................................................................................................................................................................................................................................................................................

Hola mis lectores hermosos. Aquí les voy a poner el nombre de mis redes sociales. Por si desean seguirme:

Facebook: Neryana Rincón.

Instagram: Mazulyneryana.

Instagram: Soy-nery88.

Instagram: MR.

Tiktok: Soy-nery88.

Bueno mis lectores hermosos. Los amo ❤ Eso es todo por hoy.

Besitos😘😘😘😘😘

            
            

COPYRIGHT(©) 2022