Capítulo 4 Misericordia

Narra: Lise.

Atada aún hombre que no siente ni el más minúsculo sentimiento hacia mi, encarcelada en una exquisita cárcel de oro puro. No conocía la fuerza de su poder, pero eso no me detendría para salir de aquí.

No me iba ah obtener. Ese mounstro con harías de grandeza, no me iba ver caer. Había pagado un pequeño precioso por mi, pago que yo jamás acepte. Solo quería irme de aquí.

Así que formule un ágil plan para salir de esté lugar lo antes posible, y es que no tenía permitido salir más allá del portón. Y eso era lo que justamente haría, saldría por ese portón y correría con todas mis fuerzas hasta regresar ah mi hogar.

Con cuidado me salgo por la ventana, debía ser sigilosa y debía ser silenciosa, si fallaba. Mi vida se destruiría por completo.

Y no tendría más opción, que seguir luchando para salir de aquí, hasta que mi corazón deje de latir.

Narra: Nikolay.

-Deberias pensar mejor las cosas.

-Dime Nikole. ¿Que se supone que debería hacer?. Ya está aquí, no puedo solo regresarla como si se tratara de un objeto-se que en esté momento lo menos que Lise desea es quedarse a mi lado, pero no tiene más opción que simplemente adaptarse a la nueva vida que he decidido otorgarle.

-¿Acaso no la has visto?-ella toma mi mano derecha. Y penetra mi mirada, con sus ojos azules intensos-le das miedo-me alejo de mi hermana. Para así tomar un vaso de whisky.

-La decisión ya está tomada.

-Ni...-no le permito seguir.

-Basta. No importa lo que digas, nada podrá cambiar el hecho de que ya es mía. Lise Lombardo fue subastada y yo he decido comprarla, y por ende me pertenece.

-Por supuesto. Él hombre que se supone que debería cuidarla, no lo hizo. Y en lugar de eso la subasto aún...

-Mounstro sin corazón.

-No era eso lo que iba ah decir-arrescuesto un poco mi espalda en la mesa. Para así cruzar mis largas piernas y mírala ah los ojos.

-Pero si lo pensaste. No cabe más que decir, que soy el hombre más cruel del universo si es así como lo quieres ver. Pero soy tu hermano, y no importa lo que me digas, nunca la dejare libre. Eh hecho un trato y e pagado mucho dinero por ella, como para perderlo.

-Vamos Nikolay. Dime la verdad, el dinero nunca ah sido un problema para ti.

-No la dejaré libre. Ya te lo dije, eh hecho un trato y ya es mía. Es inútil que continúes insistiendo sobre este asunto.

-Solo trato de que esa pobre chica no te odie más. De lo que seguro ya te debe de odiar ahora mismo-la puerta de mi oficina es abierta, y una exaltada sirvienta se hace presente.

-Perdón por entrar de esta manera. Pero la señorita Lombardo se ah intentado escapar.

Realmente creí que después de ese tonto intento fallido. La preciosa italiana se detendría, pero la verdad. Es que no fue así.

Narra: Lise.

Seis intento fallidos. Bueno, por lo menos puedo morir con la idea de que al menos lo intente. Quise dar lo mejor de mi, pero aún así. No lo logré, y ahora me encontraba lastimada.

En el medio de la persecución me tropecé con unas redes que habían puesto en la propiedad, me enrede y resbale. Mi tobillo se encontraba realmente inflamado. Y el dolor era insoportable.

-Esto no hubiera sucedido si solo te hubieses quedado dentro de tu habitación, como sete ordenó-me reclama esté como si tuviera una autoridad en mi.

-Largo.

-Deberías pedir misericordia.

-¿Misericordia?. ¿Acaso has perdido la cabeza?. Oh ya lo veo, te crees un Dios. Pero te informo algo mounstro, no eres nada ni nunca significaras... Ahhhh-un fuerte grito sales a través de mi, al sentir como aprieta mi tobillo con fuerza.

-¿Pero que pasa aquí?. Nikolay. ¿Pero que crees que haces?-¿Nikolay?. Ahora el mounstro tiene un nombre, mis simpatía aleja el pelinegro de mi. Mientras que por mi parte, no podía parar de observarlo con odio.

-Nikole. Ya vete, tu no tienes nada que hacer aquí-valla. Mis simpatía también tienen un nombre, creo que hoy es el día de las sorpresas.

-Ni...-él no la deja pronunciar una vez más su nombre.

-Largo-la preciosa mujer traga con coraje, para así salir de la habitación. La señora de Mancini entra ah la habitación, con las manos temblorosas y realmente nerviosa. Ella no era la culpable de nada de esto. Pero sentía mucha lástima al verla de esa manera, realmente se preocupaba por mi, o por lo menos, era de esa manera como decidí ver las cosas.

-Señor. El doctor....-no la deja ni siquiera terminar de hablar.

-Dile que se marche, la señorita Lombardo ah demostrado una desobediencia castigable, fue ella misma la que se causo dicha inflamación o quizás fractura. Ella misma tendrá que arreglárselas-la sonrisa del mounstro con harías de grandeza, declarar esas palabras, con una pequeña sonrisa dibujada en sus labios, es un hecho que es un mounstro sin sentimientos.

-Pero...-la ama de llaves se marcha al ver la mirada dominante del mounstro, este cierra la puerta. Quedando ah solas conmigo, si antes creía que no tenía corazón. Ahora lo confirmo, Nikolay como se apellide. No siente remordimiento por nada.

-¿En serio me dejaras así?.

-¿Ahora me culpas ah mi de lo que te ocurrió?-no podía creer lo cínico que era-no eh hecho más que ofrecerte las comodidades que nunca tuviste-¿Acaso esperaba que le agradeciera por su "bondad´´?.

-Me compraste-le reclamo con los ojos llorosos-tu destruiste mi vida.

-Vamos. ¿Realmente continuarás con lo mismo el resto de tu vida?. Vamos preciosa...-ahora soy yo la que lo interrumpo.

-Lisa. Mi nombre es Lisa-le comento cruzándome de brazos.

-Eso no es verdad-lo observo con intriga-es Lise-no pude evitar abrir mi boca con asombro-¿No creerás que compraría ah una mujer sin antes saber su nombre o apellido, o si?-dejo salir una risa sarcástica.

-Eres un idiota.

-Y tu preciosa.

-¿Debería sentirme halagada por las simples palabras de un mounstro sin ningún rastro de sentimientos?.

-¿Y por qué no?. Ahora soy tu dueño-frunzo el ceño al escuchar tal ridiculez.

-No por mucho. En cinco meses ya seré mayor de edad y no te perteneceré más-él lástima una vez más mi tobillo. Pero esta ves, retengo mi grito. El dolor era terrible, pero por ningún motivo. Le daría la satisfacción de verme sufrir, bueno. Más de lo que ya estoy sufriendo.

-Eso lo veremos. Preciosa-con su arrogancia por los cielos, sale de mi habitación. Dejándome una vez más sola con este gran dolor.

(....)

-Ahh..-me quejo del dolor.

-Disculpa-el mounstro ordenó estrictamente que ningún doctor me revisara. Pero no prohibió que Monik, la hija de la señora de Mancini me ayudara con mi tobillo inflamado-no te debes preocupar tanto. Solo está inflamado, no presenta síntomas de alguna fractura. Lo que si debes es tomar reposo-me indica ella con dulzura. Era muy hermosa, rubia de ojos verdes. Su rostro era sin duda alguna, perfecto. Como si lo hubiesen esculpido los mismos ángeles.

-No puede intentar escapar. Si no su tobillo jamás sanará-me regaña la señora de Mancini. Si alguien me trataba bien, además de mis simpatía. O mejor dicho, Nikole. Esa era la señora de Mancini y ahora su hija.

-Debes cuidarte mucho-me indica la chica con dulzura. Suelto un gran suspiro de decepción.

-Si solo pudiera hacer eso.

-Y lo puedes hacer.

-Necesito salir de aquí.

-¿Tan mala es tu relación con el joven Volkov?.

-¿Quien?-pregunto un poco confundida.

-El joven Nikolay-me aclara la madre de la chica.

-Oh..-ahora sabía su apellido-¿Que clase de apellido es ese?.

-Pues el normal-me confiesa sonriente. Pero al ver que su respuesta no me dio gracia, borro su sonrisa y me observo con seriedad-¿Acaso sabes quién es?.

-Un monstruo. Eso es lo que es.

-De verdad que no le tienes miedo lo que te puede llegar hacer. Su familia tiene un poder increíble en Rusia, son indestructibles-así que mi instinto no había fallado. Con razón que todos hablaban con acentos rusos.

-Monik-yo me inclino un poco ah ella y la observó con atención-¿Acaso tienes una idea de adónde estamos?-quizas ella me podría ayudar ah salir de aquí.

-Pues es la mansión de los Volkov-me aclara ingenua.

-No. Me refería....-su madre es la que interrumpe nuestra conversación.

-Ya es suficiente. Señorita Lombardo, debe descansar. De otra manera, no logrará sanar su tobillo-las dos rusas se alejan de mi para así marcharse y dejarme con la puerta cerrada y ya la luz apagada de mi habitación, suelto un gran bufido completamente decepcionada, quizás Monik podria ayudarme, o tal vez no.

Narra: Monik.

-¿No crees que la señorita Lombardo hace preguntas extrañas?. Es como si estuviera aquí en contra de su voluntad.

-Usshhh...-mi madre me observaba con enojo-trata de hablar más bajo. ¿Acaso has olvidado de quién es esta mansión?.

-¿Pero que ocurre?. ¿Porqué no puedo hablar con libertad?.

-Monik. Esto no es algo que te implique, escucha muy bien lo que te digo. No contestes ninguna pregunta que te haga la señorita Lombardo.

-¿Pero porque?. ¿Que es lo que está ocurriendo?-abro mi boca con sorpresa al escuchar la idea de mi cerebro-¿Acaso el joven Volkov la secuestro?-menciono en voz baja. Mi madre abre los ojos con sorpresa, para así darme un golpe en la cabeza-oye.

-No digas eso más nunca. ¿Acaso no vez la gravedad de tus palabras?-le frunzo el ceño mientras que sobo la zona en la cual me había golpeado-esto es asunto del joven Volkov y la señorita Lombardo. Nosotras solo somos parte de la servidumbre, no debemos entrometernos en sus asuntos, lo mejor será que no hables mucho con la señorita Lombardo. Ah demostrado ser muy problemática, y el joven Volkov no está muy contento por ello-esto era algo muy raro.

-¿Así que solo trabajaremos sin hacer ninguna pregunta?. ¿Y que tal si realmente la tiene secuestrada?-mi madre tira la charola en el lava platos, para así darse la vuelta y mirarme desafiantemente.

-¿Acaso crees que soy millonaria y que trabajo aquí por gusto?-me pregunta enojada.

-Yo nunca eh dicho eso-se acerca ah mi furiosa por mis palabras anteriores.

-Lo lamento. Pero no somos ricas, esto significa que debemos conservar este trabajo para poder vivir. Monik, hija-toca mi rostro con su mano derecha. Mientras que me observa con dulzura-esta es nuestra vida. Haber dime. ¿Tú crees que el joven Volkov acepte que nos intrometamos en sus asuntos?.

-Pero....

-No, nos echaría ah la calle deimediato-me da la espalda para volver ah lavar los platos dónde había comido la señorita Lombardo-asi que lo mejor será que te guardes tus comentarios fuera de lugar. Y empieces ah trabajar-solo asiento me limito asentir. Para así lavar los platos dónde había comido el joven Volkov.

-Si. Perdón.

-Una cosa más. Pasado mañana llegarán los hermanos del joven Volkov-abro mis ojos con impresión al escuchar tal noticia.

-¿Como?. ¿Vendrán todos?.

-Por lo que escuche. Si-había pasado tantos años desde la última vez que vi al hijo mayor del señor Volkov-así que te quedaras en la casa de tu tía Ingrid mientras se marchan.

-De acuerdo.

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