Las lágrimas de Jee quería salir, pero no dijo ni una palabra, ella debía ser fuerte por su bebe, tenia que lograr enamorar a su marido en esos tres meses para que este pudiera decidir si era capaz de amar a nuestro hijo cuando ella falte.
Sabía que estaba pidiendo imposible pero tenia que intentarlo, era su única esperanza pues era el regalo que le dejaría a su marido ingrato.
Fueron tantos años de amor no correspondido, en el que este solo la hacia llorar y la despreciaba. Qué mas tenia que perder si ya había perdido su dignidad, lo que no entendía era el odio infundado que este le tenia pues nunca hizo nada mas que amarlo.
La voz de Sathit llego fríamente a sus oídos acercándose a ella, agarrándola del mentón. -no se que planeas hacer y realizar con esto pero dame una sola razón para caer en tus juegos.
-Siempre- susurro. Haz querido el divorcio.
-¡Si!
-Entonces, que tienes que perder –
-Espero que no sea una treta.
-Asumiré toda la culpa con nuestro divorcio.
-Eso tendría que verlo.
Este la miro.... Y Le dijo ¡ desnúdate!
-¿Qué?
-Tendremos sexo.
-Yo.
-O es que no cumplirás
-¡Si!- susurro desnudándose.
Sathit miro a su bella esposa desnuda a pesar que este no quería admitir sus sentimientos, ella tenia algo que siempre lo atormentaba y no sabia que era pero no podía negar que su mujer le movía sentimientos que no deseaba ponerle nombre solo deseaba odiarla y humillarla por haberlo obligado en un matrimonio forzado junto con sus padres.
Sathit se acerco a su esposa agarrándola de la cintura para acostarla en la cama, olvidándose que tenían una cena con sus padres, este se desnudo completamente y no entendía porque deseaba cumplir ese absurdo contrato para obtener el divorcio, puesto que cuando ella menciono la palabra divorcio, algo muy dentro de él se removió y no quiso ponerle nombre.
-¿Estas impaciente?
Ella lo observa para guardarse cada momento que pasaba con él pues podría ser el último aunque no quisiera. Esta sabia que nada duraría para siempre ni siquiera el amor que ella le tenia pues a pesar de todo lo acontecido, el amor siempre estaba allí, es posible que el amor lo perdone todo aun cuando se ha herido tanto.
Este comenzó con besos lentos sobre sus labios, tocando su cuerpo y cada una de sus curvas, Sathit introdujo sus dedos dentro de su parte intima para darle placer y prepararla para él. Este gruño entre besos pues se encontraba excitado y se odiaba por eso porque pensó que ella no le producía nada.
Es como si su cuerpo la recordara de antes.
Jee sentía que su piel estaba hecha para él, a pesar de como fue su primera vez, sabia que ahora al estar con él podría haber un enfrentamiento pues este no recordaba haberle quitado la virginidad.
Sathit se olvido de todo y se dedico a complacer a esa mujer a pesar de la circunstancias deseaba disfrutar ese momento, ya que hacia mucho tiempo no estaba con una mujer desde Dao.
-Mmm- Sathit- gimió entre besos.
-!Te penetrare!- le abrió las piernas para colocarse en posición no sin antes atacar sus pechos, lamiéndoselos como si fueran un rico helado.
De una estocada entro en ella, besándola apasionadamente. Sathit comenzó a moverse lentamente hasta ir mas rápido pues ella era tan apretada que no deseaba confirmar que lo disfrutaba.
-¡Correte!- gruño él-
-¡Tu también!-mmm. Sathit. No te preocupes... lo vio dudar.
Hasta que llego el éxtasis de la pasión sintiendo el mas orgasmo profundo que antes siento con una mujer.
Cayendo derrotaba en los brazos de su esposo quedo Jee porque había pasado el mejor sexo de su vida.
Este se levanto de la cama.
-¡Espero cumplas con lo pactado!- Le recalcó- Marchándose del lugar dejándola completamente sola en la habitación después de haber tenido sexo increíble.
Jee al ver que su marido se marchaba por fin pudo derramar aquellas lágrimas que estaba conteniendo pues en parte era porque amaba a su guapo marido pero también porque sabia que nada de lo que hiciera este podría hacer que este la amara así sea un poco.
Kun Sathit se fue a otra habitación de la mansión para evitar tener que dormir con Jee , cada día que estaba con ella sentia que estaba traicionando a Dao después de saber que ella no lo había traicionado, -Tantos malentendidos- pensó este. Si solo Jee fuera MI DAO las cosas fueran diferentes. -No me puede gustar , Jee- se quejo golpeándo el escritorio de la habitación recordando como inicio su matrimonio.