Capítulo 3 No.3

Cuando Guadalupe se despertó, ya era la mañana siguiente. Ayer por la noche, tuvo un banquete francés con Ainoa, y luego tomó unas copas y bailó toda la noche. Llegaron a casa temprano en la mañana.

Guadalupe se sentía como si la hubiera aplastado un coche por la resaca. Se sentía débil y adolorida.

Ainoa entró en la habitación de Guadalupe con un vaso de leche y se lo entregó. "Las noticias en Internet se difunden rápidamente".

"¿En serio? ¿Dónde está mi teléfono?". Guadalupe tomó un sorbo de leche y tomó su teléfono, entregado por Ainoa. Guadalupe inició sesión en Twitter y comenzó a revisar.

La parte superior de los temas de tendencia fue sobre Guadalupe empujando a Laia escaleras abajo en el banquete de Rodrigo. Guadalupe deslizó su teléfono y casualmente leyó los comentarios. Casi todos estaban regañando a Guadalupe por ser despiadada. Algunas personas dejaron expuestos los antecedentes ordinarios de Guadalupe, diciendo que Guadalupe no era digna de una persona rica como Aritz. Algunos, incluso, asumieron que Guadalupe podría haber jugado algunos trucos para casarse con una familia tan rica.

El público estaba particularmente interesado en los escándalos de las familias ricas y Laia disfrutaba exponiendo su vida al público. Esto hizo que la familia Ávila casi se convirtiera en una segunda Kardashian.

"Guadalupe, no te entristezcas por esos comentarios tan duros". Ainoa consoló a Guadalupe.

"¿Triste?", Guadalupe sonrió. Luego sacó un documento de su bolso y se lo entregó a Ainoa. "Echa un vistazo".

Ainoa abrió la carpeta confundida y se dio cuenta de que era un acuerdo de divorcio. Miró a Guadalupe sorprendida y rápidamente revisó el contenido del documento. "Cariño, ¿por qué renunciaste a la pensión alimenticia? ¡Aritz debería pagarla!".

"No me importa el dinero. Vamos, toma la llave del auto y vayamos a la oficina de Aritz más tarde". Guadalupe terminó la leche de un trago y entró al baño con su bolsa de cosméticos.

Habían pasado tres años y Guadalupe no quería esperar más a Aritz.

Una hora después, Guadalupe entró directamente al edificio de oficinas del grupo Ávila en Los Angeles, con el acuerdo de divorcio. Aritz, que estaba sentado en su oficina, también fue informado de la llegada de Guadalupe por su secretaria.

Guadalupe caminó directamente a la oficina de Aritz con sus tacones altos. Llamó a la puerta y la empujó para abrirla antes de que se la abrieran. Casualmente, arrojó el documento sobre el escritorio de Aritz y dijo: "Mañana a las 9 en punto, realizaremos los procedimientos de divorcio. Espero que llegues a tiempo", dijo sin expresar algún tono amable.

Con eso, Guadalupe se dio la vuelta y se fue sin dudarlo.

Sentado en su escritorio, Aritz vio a Guadalupe irse. Sus ojos se oscurecieron gradualmente. Extendió la mano y tomó el documento de divorcio. Guadalupe ya lo había firmado.

Las regulaciones eran muy claras en cuanto a que Guadalupe había renunciado a cualquier propiedad de Aritz, incluida la pensión alimenticia.

Aritz no pudo evitar burlarse. ¿Esa mujer no quería nada?

¿Cómo podía Guadalupe ser tan asertiva?

¿O tal vez Guadalupe sólo estaba fingiendo, tratando de hacer que Aritz sintiera que a ella no le importaba un carajo su dinero?

Aritz decidió ver si Guadalupe realmente se iba a divorciar de él al día siguiente o si sólo estaba jugándole una mala pasada.

Guadalupe salió del edificio de oficinas de muy buen humor. Originalmente pensó que estaría triste cuando los dos tuvieran que separarse, pero estaba sorprendentemente tranquila.

Quizás Guadalupe se había sentido decepcionada demasiadas veces. Ahora que había decidido separarse de Aritz, se sentía más que aliviada.

Guadalupe caminó hacia el auto y llamó a la ventana. Ainoa estaba contestando el teléfono, y cuando Ainoa vio que era Guadalupe, abrió la puerta rápidamente.

"¿Quién es?". Guadalupe subió al auto y se abrochó el cinturón de seguridad, luego levantó una ceja hacia Ainoa.

"César y Leonardo, les contaré las buenas noticias, ahora estás libre y podemos reunirnos más a menudo de hoy en adelante".

"Eso es seguro". Guadalupe sonrió.

En este momento, el teléfono de Guadalupe sonó, miró la pantalla del teléfono, era una llamada desconocida.

Guadalupe lo tomó con cierta confusión.

"Hola, señorita Aranda, soy la asistente del Sr. Aranda, Sheila. Seré su asistente a partir de hoy". La dulce voz de una mujer vino del otro lado del teléfono.

Guadalupe se congeló por unos segundos antes de decir al teléfono: "¿Papá pidió que me llamara?".

"Sí, el Sr. Arana dijo que eres bienvenida a casa en cualquier momento". Cuando Guadalupe escuchó las palabras de Sheila, sus ojos se humedecieron al instante.

Hace tres años, Guadalupe estaba decidida a casarse con Aritz. Sus padres y amigos estaban todos en contra, pero Guadalupe insistió en ello. Ella creía que, si trataba a Aritz con sinceridad, a cambio la trataría de la misma manera.

Sin embargo, al final, los últimos tres años solo demostraron lo equivocada que estaba Guadalupe.

Resultó que Aritz se casó con ella no porque la amara o la admirara, sino porque Guadalupe era la segunda opción de Aritz después de que él no pudo estar juntos con Laia.

Pensando en eso, las lágrimas cayeron de sus ojos.