Se Embaraza de su Tío Millonario
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Se Embaraza de su Tío Millonario

Librosromanticos
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Capítulo 1 01

Sofía observó con ojos brillantes por las lágrimas contenidas cómo el avión se elevaba por encima de las nubes, dejando atrás el país en el que había pasado los últimos años de su vida. Después de completar sus estudios en el extranjero, ahora regresaba a su tierra natal, llena de esperanzas y temores por lo que le deparaba el futuro.

Mientras contemplaba el paisaje cambiante a través de la ventanilla, su corazón latía con una mezcla de emoción y aprehensión. Recordaba vívidamente la última vez que había pisado ese aeropuerto, hace varios años, cuando partió llena de sueños y ambiciones. Ahora regresaba, con la sensación de que una parte de ella había cambiado irrevocablemente.

Cuando el avión tocó suavemente la pista, Sofía sintió que un nudo se formaba en su garganta. Respiró profundamente, tratando de calmar los nervios que la invadían. Finalmente, el momento había llegado.

Al salir del avión, Sofía buscó con la mirada a la persona que había venido a recogerla. Entonces, lo vio. Alejandro, su tío, se encontró al final del pasillo, con una sonrisa cálida y los brazos extendidos. Sofía sintió que el corazón le daba un vuelta al verlo.

Desde el primer momento en que sus miradas se cruzaron, Sofía percibió una conexión eléctrica entre ellos, una atracción que parecía ir más allá de los lazos familiares. Alejandro era un hombre alto, de facciones angulosas y mirada penetrante, con un aire de madurez y seguridad que la cautivaba.

Cuando Alejandro la envolvió en un fuerte abrazo, Sofía sintió que una corriente recorría su cuerpo. La cercanía de su tío le provocaba una sensación de calidez y seguridad, pero también un sutil cosquilleo que le resultaba perturbador. Trató de ignorar ese sentimiento, atribuyéndolo al simple hecho de reencontrarse después de tanto tiempo.

-Bienvenida a casa, Sofía -dijo Alejandro con su voz grave, mientras le acariciaba suavemente el cabello-. Te he extrañado mucho.

Sofía se separó lentamente de él, sintiendo que un rubor le subía a las mejillas.

-Yo también te he extrañado, tío -respondió, esforzándose por mantener la compostura.

Alejandro la observó con detenimiento, admirando la belleza que la joven había adquirido durante sus años de ausencia. Sus ojos verdes brillaban con una intensidad que parecía atravesarle el alma, y ​​su esbelta figura se movía con una gracia cautivadora.

-Has crecido tanto, Sofía -comentó Alejandro, sin poder ocultar el asombro en su voz-. Eres toda una mujer ahora.

Sofía suena tímidamente, consciente de la forma en que su tío la estaba mirando. Algo en esa mirada la inquietaba, despertando en ella sensaciones que no debería estar experimentando.

Mientras reconocían el equipaje, Sofía se esforzaba por mantener una conversación ligera, evitando que sus pensamientos la traicionaran. Sin embargo, a medida que salían del aeropuerto y se dirigían al auto de Alejandro, la tensión entre ellos parecía palpable.

Una vez dentro del vehículo, el silencio se volvió incómodo. Sofía miraba por la ventanilla, observando cómo los edificios y las calles conocidas iban apareciendo a su alrededor. Alejandro, por su parte, mantenía la vista fija en el camino, pero de vez en cuando lanzaba miradas furtivas hacia su sobrina.

- ¿Cómo has estado, Sofía? -preguntó Alejandro, rompiendo finalmente el silencio-. Cuéntame todo lo que has hecho durante estos años.

Sofía se volvió hacia él, encontrándose con esos ojos oscuros que parecían querer leer en lo más profundo de su alma.

-Bien, tío -respondió, esforzándose por sonar casual-. Los estudios han sido intensos, pero ha valido la pena. Ahora estoy lista para volver y empezar una nueva etapa.

Alejandro asintiendo, una leve sonrisa curvando sus labios.

-Me alegra mucho de tenerte de vuelta -dijo, y Sofía pudo percibir la sinceridad en su voz.

Mientras Alejandro conducía, su mirada se desviaba ocasionalmente hacia Sofía, admirando su belleza y su madurez. Sofía, por su parte, luchaba por mantener la calma, consciente de la creciente tensión que parecía envolver el ambiente.

Cuando finalmente llegaron a la casa de Alejandro, Sofía sintió un nudo en el estómago. Era el lugar donde había pasado gran parte de su infancia, donde había forjado una estrecha relación con su tío. Ahora, esos recuerdos parecían teñirse de una nueva e inquietante realidad.

Sofía se detuvo en la entrada, contemplando el paisaje familiar. Alejandro la observaba en silencio, consciente de la emoción que reflejaba el rostro de su sobrina.

-Bienvenida a casa, Sofía -dijo Alejandro, colocando suavemente una mano en su hombro.

Sofía se volvió hacia él, sintiendo que su corazón latía con fuerza. La mirada de Alejandro la envolvía con una intensidad que le resultaba abrumadora, despertando en ella una mezcla de sentimientos que no lograba comprender.

En ese momento, Sofía supo que nada volvería a ser como antes. El regreso a su hogar había desatado una tormenta de emociones que parecía amenazar con trastornar su mundo por completo.

            
            

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