Capítulo 5 -El punto de vista de Anna

Me despierto a la mañana siguiente y corro a bañarme. Tengo una clase a las 8:00 am. Ya son las 7:30 am cuando salgo del baño.

Cojo la primera prenda que encuentro en el armario y me la pongo. No tengo tiempo para maquillarme, así que salgo corriendo de mi habitación con la esperanza de coger un taxi a tiempo.

Veo una bandeja de comida justo afuera de la puerta. Sonrío. Sé que es obra de mi madre. La recojo y me doy cuenta de que la dejó allí la noche anterior. La llevo a la cocina antes de caminar hacia la sala de estar. No tengo la intención de despedirme de ella, todavía estoy un poco enojado con ella.

Cuando llego a la sala, la veo hablando con Pamela. Están susurrando. Se detienen cuando notan mi presencia. Pam se despide de mi madre y salimos de la casa.

"¿Qué pasa contigo y tu madre?", preguntó mientras nos dirigíamos al auto.

Me encojo de hombros. "¿Qué te estaba diciendo?"

"Nada."

"¿Nada?"

"Sí."

Permanecemos en silencio hasta que llegamos a la escuela. Sé que Pamela tiene mucho de qué hablar conmigo, pero las noticias que escuchamos ayer todavía le resultan extrañas, igual que a mí.

Cuando llegamos al recinto escolar, Pamela aparca el coche y nos bajamos. Caminamos rápido hacia el aula de conferencias porque faltan pocos minutos para que empiece nuestra primera clase del día.

Antes de poder entrar en la sala de conferencias, mi mirada se cruza con la de Tony y él rápidamente aparta la mirada. Yo también aparto la mirada y entro en la sala para mi primera clase de la mañana.

****

"No saliste con Tony anoche como tenías previsto, ¿verdad?", me pregunta Pamela mientras nos dirigimos al estacionamiento alrededor de las 3 p. m. Terminamos con la conferencia del día.

"Sí."

"Vi cómo era..."

"¿Me ignoraste?"

"Sí", responde ella. "Eso es muy malo de su parte".

"No le hagas caso al idiota."

-¿Le contaste lo que pasó? -pregunta con curiosidad.

"Estaba despotricando sobre cómo les había dicho a sus amigos que yo iba a ir y lo decepcionados que estarían todos si no iba. Ni siquiera le importó saber por qué dije que no volvería antes de decir todas esas estupideces".

"¿Qué pasa cuando se lo dijiste?"

"Solo le dije que estoy enferma. Quizá piense que miento porque hoy me veo saludable".

Pamela suspira aliviada. "Creía que le habías dicho que estabas embarazada", susurra.

-No -respondo tajante-. ¿Por qué lo haría?

"Vi cómo te miraba furtivamente en clase como si supiera algo..."

"Solo le dije que me desmayé y me llevaron de urgencia al hospital". Ella exhala profundamente. Sé que le gusta Tony y quiere que salga con él, pero lo más gracioso es que ni siquiera me siento atraída por él, hasta el día en que me invitó a salir. Descubrí que es un tipo genial, pero aquí está, arruinándolo todo de nuevo.

Dudo que alguna vez llegue a amar a un hombre como amé a Cameron. Al pensar en Cameron, me pregunto cómo se sentirá cuando sepa que estoy embarazada y que mi bebé no tiene padre.

Solo rezo para que nuestros caminos no se vuelvan a cruzar. No deseo volver a verlo, especialmente ahora que estoy embarazada del bebé de un extraño.

-Vámonos a casa. No quiero que te desmayes como ayer -me sonríe.

No hemos hablado del embarazo y sé que se supone que debemos hacerlo, pero no estoy lista para hablar de ello con nadie.

Mi cuerpo sigue negando el hecho de que estoy embarazada. Desde que el médico me anunció la noticia, la fiebre desapareció y es como si nunca hubiera estado enferma. Me siento más fuerte que nunca. Ya no me mareo y mi temperatura ya no es alta.

-No te preocupes, no lo haré -le devuelvo la sonrisa.

"¿Quieres hablar de ello?" Mis pensamientos son correctos. Ella quiere que hablemos sobre el embarazo. Sonrío con tristeza y sacudo la cabeza antes de subirme a su auto.

Es un BMW 5x5 amarillo y siempre disfruto del paseo con Pamela. Ella no conduce rápido ni es lenta.

Su padre es dueño de una empresa de telecomunicaciones mientras que su madre trabaja en la Casa Blanca. Realmente no tengo idea de qué hace la mujer allí y a Pamela no le gusta hablar de su madre ni de lo que hace. Pero está muy orgullosa de su padre y de sus logros. Pamela es la niña de sus ojos.

Viajamos en silencio. Sé que Pamela es muy comprensiva y que nunca se enojará conmigo por no querer hablar sobre el embarazo. Su silencio significa que me está dando el espacio y el tiempo que necesito para admitir y adaptarme al nuevo crecimiento dentro de mí antes de hablar finalmente de ello.

Cuando se detiene en la entrada de nuestra casa, dice: "No dudes en llamarme cuando me necesites, siempre estaré aquí para ti. Y, por favor, habla ya con tu madre, se siente mal por haberte dado una bofetada...".

"¿Ella te dijo eso?" Mis ojos están muy abiertos.

"Sí."

Me da vergüenza que mamá le haya dicho a Pamela que me había dado una bofetada.

"Nos vemos mañana, amor", me abrazó.

"Está bien, tú también". Le devuelvo el abrazo y salgo del coche. La saludo con la mano y la miro alejarse. Suspiro profundamente y me doy vuelta para ir a casa. Sé que mamá estará en el trabajo y yo estaré sola en casa hasta las 5 pm, cuando mamá regresará.

Al entrar a la casa, mi estómago hace un ruido cuando el aroma de algo llega a mi nariz. Me doy cuenta de que no he comido nada desde la mañana. Siento la presencia de alguien en la cocina y sé que es mamá.

¿Por qué está ella en casa a esta hora del día?

-Anna, ¿eres tú? -Me quedo junto a la puerta, pensando en cómo actuar en su presencia.

Las cosas han cambiado entre nosotros. Ya no soy la pequeña bebé que ella me trata como tal. Estoy a punto de convertirme en madre también y convertir a mi madre en abuela.

Estoy admitiendo la verdad ante mí misma y es vergonzoso. Cuando mamá aparece de la cocina con un delantal atado sobre el cuello, las lágrimas comienzan a correr por mi rostro. Ella corre hacia mí y yo me derrumbo en sus brazos, por completo.